Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola, ha comunicado este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la resolución de su contrato de fusión con PNM Resources por el incumplimiento de las condiciones previstas para el cierre de la operación.
A principios de enero de 2022, Iberdrola declaró su intención de hacerse con PNM Resources a través de su filial Avangrid extendiendo el vencimiento del contrato de fusión suscrito por ambas compañías para acelerar su crecimiento en el mercado de Estados Unidos.
En su momento, el regulador del Estado de Nuevo México tumbó la compra por parte de Iberdrola, a través de su filial Avangrid, de PNM Resources. El no a la operación fue unánime por parte de los cinco miembros de la comisión, que consideraron que los riesgos del acuerdo superan los beneficios prometidos a los contribuyentes estatales.
De esta manera, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán renuncia a la que era su gran movimiento para crear un 'gigante' energético en Estados Unidos con un valor de mercado tras la fusión superior a los 20.000 millones de dólares (unos 18.140 millones de euros).
La filial estadounidense de Iberdrola, que reafirmó los objetivos que había anunciado al mercado para 2023, subrayó que "tiene la intención de seguir centrándose en sus sólidas oportunidades de crecimiento, con más de 9.000 millones de dólares (unos 8.170 millones de euros) en proyectos de capital incremental garantizados orgánicamente durante el período de tramitación de la fusión".
"Nos centraremos en entregar más de 5.000 millones de dólares (unos 4.535 millones de euros) en proyectos de capital bajo nuestros planes tarifarios multianuales de Nueva York y Maine más 2.000 millones de dólares (unos 1.815 millones de euros) incrementales en proyectos de capital relacionados con la transmisión de energía limpia en Nueva York, repotenciando más de 5.000 millones de activos renovables, bajo los beneficios de la Ley de Reducción de la Inflación, y el desarrollo de nuevos proyectos de energía renovable, incluida la energía de Vineyard Wind, el primer proyecto eólico marino a gran escala en la nación", ha añadido el grupo.
Iberdrola celebrará su Capital Markets Day el próximo 21 de marzo, en el que avanzará la actualización de su plan estratégico y previsiones para los próximos años y, también, la que será su 'hoja de ruta' en Estados Unidos, un país clave para el grupo y que se erige en su principal destino inversor para los años 2023-2025, con el 47% de la cifra total de 47.000 millones de inversión récord.
Crecimiento en EEUU
Por su parte, PNM Resources ha destacado que ella había aprobado la extensión del plazo, aunque lamentó que Avangrid no la aceptara y pusiera fin a la fusión.
"Estamos muy decepcionados con la decisión de Avangrid de rescindir el acuerdo de fusión y los beneficios propuestos para nuestros clientes, comunidades y accionistas", ha afirmado Pat Vincent-Collawn, presidenta y consejera delegada de PNM Resources.
En una operación que se anunció en plena pandemia, a finales de 2020, la fusión se encontró en 2021 con el escollo de la negativa en la aprobación de la Comisión de Regulación Pública de Nuevo México, después de haber obtenido el resto de todas las aprobaciones necesarias.
No obstante, a principios de enero de 2022, Iberdrola declaró su intención de hacerse con PNM Resources a través de su filial Avangrid extendiendo el vencimiento del contrato de fusión suscrito por ambas compañías para acelerar su crecimiento en el mercado de Estados Unidos.
En su momento, el regulador del Estado de Nuevo México tumbó la compra por parte de Iberdrola, a través de su filial Avangrid, de PNM Resources. El no a la operación fue unánime por parte de los cinco miembros de la comisión, que consideraron que los riesgos del acuerdo superan los beneficios prometidos a los contribuyentes estatales.
De esta manera, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán sufrió un revés en su gran operación en un mercado como el de Estados Unidos, que suponía un valor de empresa implícito de aproximadamente 8.300 millones de dólares (unos 7.007 millones de euros), considerando una deuda neta más ajustes de aproximadamente 4.000 millones de dólares (unos 3.377 millones de euros).
La adquisición iba a suponer la creación de una de las mayores compañías del sector norteamericano, con diez eléctricas reguladas en seis Estados (Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas) y el tercer operador de renovables del país, con una presencia total en 24 estados.