Algunos llaman al gigante estadounidense Blackrock el "propietario del mundo". Y puede que lo sea. En menos de 30 años, este monstruo de la inversión ha crecido de la nada hasta convertirse en el administrador de dinero ajeno más grande del mundo.
Los activos que maneja valen la asombrosa cifra de 10 billones de dólares estadounidenses, una cifra con 12 ceros. Para poner esto en perspectiva, si Blackrock fuera un país, tendría el tercer PIB más alto del mundo.
Y ahora, también se ha convertido en el principal propietario del sector energético español, al participar como socio mayoritario del control de empresas tan estratégicas para España como Iberdrola, Repsol, Naturgy, Enagás, Redeia y Solaria.
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Estos movimientos coinciden con sus objetivos en materia de sostenibilidad y descarbonización. En 2012, lanzó un negocio de infraestructura climática que desarrolla estrategias de inversión para promover soluciones climáticas.
Es el primer accionista de Repsol, con un 5,475%, seguido de JP Morgan, que se erigió hace unos días en el segundo máximo accionista de Repsol con un 5,366% de su capital.
Y en tercera posición el fondo noruego Norges Bank, que controla de manera directa un paquete de más de 57,9 millones de acciones de Repsol representativo del 4,535%.
¿Conflicto de intereses?
En el caso de Redeia, en marzo pasado, Blackrock superó el umbral del 5%, y en Enagás también se hizo en las mismas fechas con más capital. Aumentó su presencia en su capital pasando del 5,002% hasta el 5,56%.
En la renovable Solaria, Blackrock es el segundo accionista con un 4,46% de los derechos de voto.
Con todo ello, la gestora más grande del mundo ya tiene sillones en los consejos de administración de las principales energéticas del país, y más aún, de la principal petrolera en España, la principal eléctrica (presente en toda la cadena de valor) y ahora en la principal gasista. Esta nueva incorporación a su cartera podría chocar en un conflicto de intereses entre compañías del mismo sector, pero con objetivos diferentes.
Además, al estar en Enagás y Redeia, también participa de las decisiones de los dos operadores del sistema gasista y eléctrico respectivamente, además de transportistas principales de estos dos suministros.
Apuesta por la sostenibilidad
"Nos centramos en la sostenibilidad no porque seamos ambientalistas, sino porque somos capitalistas y fiduciarios de nuestros clientes", aseguró en una carta a sus inversores Larry Fink, director ejecutivo de Blackrock, hace un tiempo.
Larry Fink y Blackrock creen que la inversión tiene un potencial único para lograr cambios positivos. La firma se ubica como el principal proveedor de ETF a nivel mundial.
Blackrock persigue una estrategia de sostenibilidad corporativa que se centra en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de sus operaciones y aumentar la eficiencia de sus operaciones, siempre que sea posible.