La UE quiere elevar la captura de carbono en 50 millones de toneladas de CO2 para 2030 con proyectos masivos
En la actualidad, sólo hay 73 instalaciones en distintas etapas de desarrollo en la Unión Europea y Reino Unido, insignificantes con el objetivo fijado.
22 enero, 2024 02:41Bruselas no ve otra opción para aumentar de forma drástica sus esfuerzos de eliminación de dióxido de carbono que apostar masivamente por los proyectos de captura y almacenamiento de CO2 (CCS o CAC, por sus siglas en inglés).
De hecho, la Comisión Europea (CE) prevé anunciar el próximo 6 de febrero un plan con objetivos ambiciosos para poder alcanzar la neutralidad climática en la región para 2050, e incluso impulsar una reducción del 90% de las emisiones para 2040.
Se espera que se alcance la colosal cifra de "al menos" 50 millones de toneladas de CO2 por año en 2030 y "hasta" 450 millones de toneladas para 2050. El objetivo es asombroso considerando que la tecnología de captura de carbono no está muy extendida actualmente.
Y sorprende aún más porque en la actualidad sólo existen 73 instalaciones en distintas etapas de desarrollo entre la UE y Reino Unido. Aún así, la carrera por liderar este nicho de negocio se ha disparado, según datos del último informe de Global CCS Institute.
La próxima propuesta de Bruselas, publicada por POLITICO y Bloomberg, llegará junto con la tan esperada hoja de ruta de la UE que establece cuánto debería reducir el bloque sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2040. El consejo asesor científico de la UE ha recomendado recortes de al menos el 90% con respecto a los niveles de 1990.
Declaración de Aalborg
Este plan coincide en el tiempo con la Declaración de Aalborg (Dinamarca) que firmaron Países Bajos, Suecia, Francia, Alemania y el país anfitrión el pasado mes de noviembre.
Su pretensión era, esencialmente, reafirmar el papel que desempeñan estas tecnologías en la transición energética y en la estrategia de descarbonización de la Unión Europea.
En junio de 2023, la Comisión lanzó una convocatoria de pruebas y una consulta pública sobre la gestión industrial del CO2: captura, utilización y almacenamiento de carbono. Era la antesala de esta nueva estrategia de la UE para el despliegue de medidas que permitan llevar a cabo dicha gestión.
La CCS implica capturar una parte del dióxido de carbono que se emite en una fuente industrial, como una refinería de petróleo o gas fósil, una planta petroquímica o una estación de generación eléctrica, y luego transportarlo y almacenarlo. Pero no sólo, también cementeras, acereras, papeleras y/u otras industrias químicas podrían estar interesadas en estas tecnologías.
Las emisiones de carbono se pueden capturar de muchas maneras, incluso atrapándolas antes de su liberación, lo cual es más rentable, y eliminándolas de la atmósfera.
Para 2050, dice la propuesta, "las emisiones restantes de las industrias de la UE tendrán que ser capturadas y almacenadas, en particular las de los sectores del cemento y la química". Y aún así, para alcanzar los objetivos del bloque, el documento dice que la UE reconoce que tendrá que eliminar de la atmósfera entre 100 y 200 millones de toneladas adicionales de CO2.
Medida positiva o negativa
Según un informe de Marketresearch.biz, el mercado mundial de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) se valoró en 2.100 millones de dólares (unos 1.980 millones de euros al tipo de cambio actual) en 2021 y se espera que alcance los 12.159 millones de dólares (11.1655 millones de euros) en 2031, creciendo a una tasa compuesta anual del 19,2% entre 2022 y 2031. Por el momento, no se está cumpliendo.
Se espera que el mercado se impulse por la creciente demanda de recuperación mejorada de petróleo (EOR, por sus siglas en inglés). Pero la falta de instalaciones de almacenamiento y las fugas de CO2 desde los almacenamientos subterráneos son algunos de los factores restrictivos clave de la industria.
Con todos estos obstáculos, Bruselas prevé que, para lograr sus objetivos, será necesario construir rápidamente una industria relativamente nueva en toda Europa. Además de la tecnología necesaria para atrapar o eliminar el carbono, la UE también requiere nuevos métodos para transportar y almacenar el CO2 capturado, afirma.
Esto requerirá "políticas más ambiciosas y mejor coordinadas a nivel nacional, así como una planificación estratégica de infraestructura a nivel de la UE", según el documento que se presentará a principios de febrero. Y estas cadenas de suministro de eliminación de carbono, añade, "deberían volverse económicamente viables" para 2040 para que la UE alcance sus objetivos climáticos.
A día de hoy, es Estados Unidos quien va ganando terreno en este negocio, según el informe 'Captura, utilización y almacenamiento de carbono' de la Agencia Internacional de la Energía. En 2022 anunció importantes oportunidades que se espera que impulsen el desarrollo de estos proyectos, incluida nueva financiación por de la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura de 2021 y cambios favorables en los créditos fiscales para esta tecnología en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022.
Pero no todo es oro lo que reluce. Las organizaciones ecologistas y los científicos del clima no ven claro esta vía para luchar contra el exceso los gases de efecto invernadero.
Según el informe 'Las Sucias Doce' de Greenpeace, "la planificación estratégica de las petroleras se centra sobre todo en la CCS y en las compensaciones de carbono, es decir, enfoques muy controvertidos cuya eficacia para reducir las emisiones es cuestionable".
En definitiva, se abre un nuevo campo de juego en torno a estos proyectos, pero hay que hilar fino para evitar que sea una nueva estrategia para seguir emitiendo CO2.