La demanda europea de gas ha disminuido un 20% desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Como resultado, se prevé que el consumo de GNL (gas natural licuado) del continente alcance su punto máximo en 2025. Es la principal conclusión del último informe 'European LNG Tracker' presentado por IEEFA (Institute for Energy Economics and Financial Analysis).

Europa ha capeado la crisis energética y se ha preparado para seguir frenando el uso de gas, gracias en parte a medidas de eficiencia y al despliegue de energías renovables, asegura. La capacidad combinada de las terminales de importación de GNL de Europa podría ser tres veces mayor que la demanda esperada de GNL para 2030.

El consumo de gas de Europa en 2023 cayó a su nivel más bajo en 10 años. El informe revela que la caída de la demanda de gas ha sido impulsada principalmente por Alemania, Italia y el Reino Unido.

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Dado que los mercados estaban reduciendo rápidamente su dependencia del gas ruso tras la invasión, el IEEFA había previsto anteriormente que las importaciones de GNL aumentarían en 2023 para compensar el déficit. Sin embargo, la demanda de GNL en Europa se mantuvo estable año tras año.

A pesar de esto, los países continúan construyendo nueva infraestructura de GNL. Desde febrero de 2022 se han puesto en funcionamiento ocho terminales de importación y se espera que otros 13 proyectos estén operativos para 2030. Esto significa que la capacidad combinada de las terminales de GNL de Europa podría ser tres veces mayor que su demanda esperada de GNL para finales de la década.

"Dos años después de la invasión rusa de Ucrania, el sistema energético europeo es más diversificado y resiliente. La crisis se ha controlado hasta cierto punto, se han intensificado las medidas de eficiencia y se han acelerado las instalaciones de energías renovables y bombas de calor", ha dicho Ana María Jaller-Makarewicz, analista líder de energía para Europa en IEEFA.

"Esto ha preparado al continente para seguir reduciendo la demanda de gas", ha puntualizado.

"Después de haber experimentado los peligros de poner en riesgo la seguridad del suministro energético al depender demasiado de una fuente, Europa debe aprender de sus errores pasados y evitar volverse demasiado dependiente de Estados Unidos, que proporcionó casi la mitad de sus importaciones de GNL el año pasado".

Importaciones rusas de GNL

El éxito de Europa en reducir las importaciones rusas de gas por canalización contrasta con sus crecientes envíos de GNL desde el país. Entre 2021 y 2023, el suministro ruso de GNL a Europa aumentó un 11%; los envíos a España se duplicaron y a Bélgica se triplicaron. Turquía y Grecia comenzaron a importar GNL ruso en 2022.

España, Francia y Bélgica recibieron el 80% de las importaciones rusas de GNL de Europa el año pasado.

Las terminales europeas que importaron más GNL ruso entre 2021 y 2023 fueron Zeebrugge (Bélgica), Montoir-de-Bretagne (Francia), Bilbao (España), Gate (Países Bajos), Dunkerque (Francia) y Mugardos (España).

Desde febrero de 2022, Europa ha añadido 53.500 millones de metros cúbicos (bcm) de nueva capacidad de regasificación de GNL. El año pasado, ocho de las 37 terminales de importación de Europa tuvieron tasas de utilización inferiores al 50%.

Se están planificando 94 bcm adicionales de capacidad de importación de GNL nueva o ampliada y se espera que esté operativa en 2030. Esto elevará la capacidad de GNL de Europa a 405 bcm.

"En los últimos dos años, Europa ha transformado su sistema energético y ha implementado métodos para disminuir los efectos de la crisis energética", ha añadido Jaller-Makarewicz.

"Este es el momento de examinar qué políticas funcionaron y continuar con ellas mientras se implementan nuevas estrategias que podrían darle a Europa la ventaja para gestionar los riesgos en el futuro", ha concluido.