Así será la nueva Comisión Nacional de la Energía que aspira a ordenar el sector energético ante la transición
El martes se conocieron algunas cuestiones clave de su configuración, como sus funciones, organigrama, estructura o modo de financiación.
21 febrero, 2024 02:42El Consejo de Ministros ha remitido a información pública el anteproyecto de ley por el que se restablece la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que en el año 2013, bajo un Gobierno del PP, pasó a estar integrada en la Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC) junto a otros reguladores.
El martes se conocieron algunas cuestiones clave en la configuración del nuevo organismo, entre las que se encuentran sus funciones, organigrama, estructura o modo de financiación.
La CNE estará adscrita al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) liderado por Teresa Ribera. El nuevo organismo desempeñará funciones regulatorias, consultivas y de asesoramiento, así como la resolución de conflictos entre operadores.
La CNE será una entidad estatal con plena autonomía, independiente del Gobierno y sometida a control parlamentario y judicial. Sus funciones incluirán la supervisión de mercados eléctricos, de hidrocarburos líquidos, de gas natural y de hidrógeno verde y otros gases renovables.
Además, llevará a cabo inspecciones, sanciones, arbitraje y tramitará reclamaciones. También se encargará de liquidar tarifas y precios regulados.
En cuanto a la supervisión de inversiones empresariales en el sector energético, instruirá expedientes y hará propuestas al Miteco, que tomará decisiones y establecerá condiciones. La CNE actuará como órgano consultivo y participará en la elaboración de normativas relevantes para sus funciones.
La nueva CNE contará con tres divisiones: una para Electricidad, otra para Hidrocarburos y Nuevos Combustibles, y una tercera llamada Inspección, de reciente creación, con el propósito de fortalecer sus funciones de supervisión.
Consejo y financiación
Al igual que la CNMC, el nuevo ente estará integrado por siete miembros (el presidente, el vicepresidente y cinco consejeros), que tendrán un mandato de seis años sin posibilidad de reelección y deberán acreditar cinco años de experiencia vinculados a este ámbito.
Su elección deberá pasar por la Comisión de Transición Ecológica del Congreso de los Diputados, que tendrá capacidad de veto.
Los recursos para financiar la nueva entidad provendrán de asignaciones anuales en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), activos y derechos de su propiedad, así como de los ingresos generados por ellos. Además, la CNE puede recibir "otros recursos legalmente atribuibles". Cada año, la CNE preparará un proyecto de presupuesto que enviará al Ministerio de Hacienda.
Adicionalmente, el Gobierno establecerá un fondo específico cuya función principal será manejar las liquidaciones relacionadas con las actividades reguladas en el sector energético: el Fondo para la Gestión Económico-Financiera de las Liquidaciones del Sector Eléctrico y del Sector del Gas (FGLSEG).
Este fondo se encargará de administrar los ingresos y pagos asociados a las liquidaciones de peajes, cargos, cánones, precios y retribuciones reguladas en los sectores eléctrico y gasista, así como las transferencias contempladas en los Presupuestos Generales del Estado destinadas a estos sectores.
Esta iniciativa responde a una solicitud explícita de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) con el objetivo de mejorar la transparencia en los flujos económicos vinculados a estas actividades, los cuales están reflejados en las facturas.
Antecesores de la CNE
La semilla de la CNE tiene sus raíces en la Ley 40/1994, que regula el Sistema Eléctrico Nacional, promulgada durante el último mandato del político socialista Felipe González.
En ese momento, la legislación estableció la creación de una Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (CSEN), vinculada al Ministerio de Industria y Energía. Su función principal consistía en regular el sistema, asegurando la objetividad y transparencia de su funcionamiento y preservando la independencia de sus integrantes.
En 1998, durante la presidencia de José María Aznar, la función del regulador se amplió más allá del ámbito eléctrico, transformándose en la Comisión Nacional de Energía (CNE). Esta expansión, que no se asumió hasta 2001, respondió a la interdependencia de los diversos sectores energéticos, la similitud de problemas en algunos de ellos y la creciente interrelación empresarial.
La creación de un único regulador para los mercados energéticos suscitó, desde el inicio, y al igual que ocurrió en otros países europeos, importantes debates en la creación del organismo regulador.
La existencia de la CNE llegó a su fin en el año 2013. En ese momento, el PP tomó la decisión de fusionar la CNE con otros organismos reguladores especializados, como la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el Comité de Regulación Ferroviaria, la Comisión Nacional del Sector Postal y la Comisión Nacional de la Competencia (CNC).
La justificación detrás de esta unión era lograr mayor eficiencia y tener una posición más equitativa en la supervisión de las empresas. A pesar de tener sólo una década de existencia en ese momento, la CNMC ha sido objeto de debate entre diferentes gobiernos en relación con su eventual separación.