Técnicas Reunidas sale a flote por su plan internacional y de descarbonización: devolverá las ayudas de la SEPI

La pandemia puso la puntilla a una situación complicada que arrastraba de años atrás y la compañía consiguió que la SEPI contribuyera a su rescate con un préstamo participativo por importe de 175 millones y un préstamo ordinario de 165 millones con cargo al fondo para apoyar a las empresas estratégicas. Fue el segundo mayor rescate después de los 550 millones concedidos a Celsa.

Ampliación de capital, participación en proyectos millonarios en países europeos y de Oriente Medio, apuesta por la descarbonización, especialmente por tecnologías relacionadas con el hidrógeno verde o la captura de CO2... en estos tres años, ha puesto en marcha una estrategia exitosa para sanear sus cuentas. 

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Así que ha anunciado que este jueves 22, comenzará a proceder al pago de la primera cuota de amortización, por importe de 33 millones de euros, del préstamo de la SEPI.

En estricto cumplimiento de los plazos previstos en el calendario de pagos acordado en los contratos de financiación entonces firmados, Técnicas Reunidas va a proceder ahora a efectuar el primer pago.

Asimismo, y de manera simultánea, la empresa llevará a cabo el pago de la liquidación de los intereses correspondientes al tramo ordinario, por importe de 3,3 millones de euros, y a los intereses del tramo participativo, por importe de 10,7 millones. Los dos tramos del préstamo contemplan un plazo de amortización de cuatro años y medio desde su otorgamiento, con vencimiento en agosto de 2026, si bien el tramo ordinario establece amortizaciones parciales durante la vida de este.

Proyectos en marcha

En el último año, Técnicas Reunidas ha luchado por conseguir participar en proyectos energéticos por todo el mundo. La ingeniería española identificó una cartera de oportunidades de 69.000 millones de euros y está intentando hacerse con contratos por 8.500 millones de euros hasta 2025.

Del 'pipeline' total, dos terceras partes se concentran en las actividades de petroquímica (34% del total), gas natural (29%) y otras tecnologías bajas en carbono (13%), mientras que el refino se limita al 21%. 

"Proyectos tienen muchos, pero porque ahora ofertan por cualquier cosa sea en Europa o fuera", explican fuentes conocedoras de la compañía a EL ESPAÑOL-Invertia. "Lo que está claro es que los proyectos en Europa salen adelante porque surgen con el beneplácito de la UE".

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"Esto significa que como son proyectos subvencionados, van a ser rentables. La cuestión es si los de fuera van a conseguir que también lo sean". Pero las mismas fuentes reconocen que "la empresa va mejor, sí, porque hay proyectos y por tanto, se contrata mucha gente".

En enero del año pasado, comenzó logrando un contrato de casi 1.000 millones de euros para la ingeniería y posterior construcción de una planta industrial en Kazajistán, un complejo de producción de amoniaco, urea, ácido nítrico y nitrato de amonio. Todos estos productos tienen como finalidad los fertilizantes.

En agosto de 2023, la petrolera de propiedad estatal QatarEnergy adjudicó a la ingeniería española un proyecto por un valor estimado de más de 598 millones de euros para desarrollar equipamientos para conectar la ciudad industrial de Ras Laffan con nuevos tanques de gas natural licuado (GNL) e instalaciones de exportación al norte del país.

Hace poco menos de un mes, Técnicas Reunidas anunciaba que había conseguido, junto al grupo chino SEG (Sinopec Engineering Group), dos contratos en Arabia Saudí por más de 3.000 millones de euros.

En concreto, la compañía energética Saudi Aramco les adjudicó el desarrollo de nuevas instalaciones de fraccionamiento de líquidos de GNL en Arabia Saudí.

Transición energética

La empresa que preside Juan Lladó también está trabajando en proyectos de transición energética y de descarbonización de la industria. Estudia participar en la cadena de valor del hidrógeno, con la economía circular y con la captura de carbono. Desarrolla dos proyectos en España de bioetanol de segunda generación y amoniaco verde.

De hecho, en septiembre pasado, anunciaba un proyecto de hidrógeno verde en Australia de 8.000 millones de euros potenciales. En cualquier caso, esta inversión solo se hará real si las negociaciones emprendidas por el cliente para cerrar la financiación concluyen de forma satisfactoria.