El Gobierno marroquí ofrece 300.000 hectáreas de terreno público a los inversores que quieran instalar proyectos relacionados con el sector del hidrógeno verde, como parte de una superficie de cerca de un millón de hectáreas destinadas a este sector. Se dividirán en parcelas entre 10.000 y 30.000 hectáreas, según el volumen de las propuestas.
El anuncio se hizo público en un decreto difundido este mes por el primer ministro, Aziz Akhannouch. Con éste, se pone en marcha ‘Oferta de Marruecos’, una serie de medidas para promover las inversiones en el ámbito del hidrógeno verde, un sector con el que el país magrebí se plantea desarrollar su economía.
El plan se aplica a los proyectos integrados, desde la generación de electricidad a base de las energías renovables y la electrolisis, hasta la transformación del hidrógeno verde al amoniaco, al metanol y al combustible sintético, además de los servicios logísticos relacionados.
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Está destinado a los inversores o grupos de inversores interesados en producir hidrógeno verde y sus derivados, tanto el dirigido al mercado local, a la exportación o a ambos. Alrededor de un centenar de inversores nacionales e internacionales han mostrado interés por la producción del hidrógeno verde en Marruecos, según el documento gubernamental.
De esta manera, Marruecos tiene la intención de capitalizar sus recursos naturales, su posición geográfica estratégica y su capital humano para desarrollar el sector del hidrógeno verde, considerando que “el país está favorablemente posicionado en el mapa mundial del hidrógeno”, presumió Akhannouch.
Iniciativa de Mohamed VI
El rey Mohamed VI instó al gobierno a emprender la realización “rápida y cualitativa” del proyecto ‘Oferta de Marruecos’, en su discurso por el 24 aniversario de la subida al trono.
El objetivo es aprovechar al máximo las bazas de que dispone el país en el ámbito de las energías renovables, sobre todo del hidrógeno verde, y responder lo mejor posible a los proyectos presentados por los inversores mundiales en este sector.
Marruecos dispone de medios que permiten producir hidrógeno verde y sus derivados, entre ellos el metano y el amoniaco utilizados por la empresa pública marroquí OCP.
De esta manera, el soberano pidió elaborar, en el plazo más breve, una ‘Oferta Marruecos’ “operativa e incitativa” que abarque toda la cadena de valor del sector del hidrógeno verde en Marruecos, que incluirá, además del marco reglamentario e institucional, el esquema de las infraestructuras necesarias.
Está previsto que el hidrógeno verde sea un vector principal de la energía y uno de los principales impulsores de la transición energética y del crecimiento sostenible en Marruecos.
De hecho, en su intervención en un panel sobre el tema ‘Energía, seguridad y movilidad’, organizado en el marco de la cumbre ‘Italia-África: un puente para un crecimiento común’, Akhannouch destacó que Marruecos es líder regional y africano en energías renovables desde hace 15 años, un liderazgo que se ha reforzado gracias a su compromiso con el desarrollo del hidrógeno verde.
Crecimiento de energías renovables
La inversión en energías renovables en Marruecos experimentará un salto cualitativo de aquí a 2027, en particular por parte del sector privado, según las previsiones de la ministra de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, Leila Benali.
“La inversión en energías renovables se ha acelerado desde 2021, a través del refuerzo y desarrollo de la red eléctrica nacional. Su volumen anual se cuadruplicará en 2027 en comparación con el período 2009-2022”, manifestó Benali en una intervención en el Parlamento de Rabat. El gobierno ha asignado un presupuesto de casi 2.300 millones de euros hasta el 2027, para “la integración óptima de las energías renovables y el suministro de electricidad a las distintas regiones”.
La ministra además anunció el lanzamiento de una convocatoria de manifestaciones de interés para un enlace eléctrico de alta tensión (3 gigavatios) sobre una distancia de 1.400 kilómetros, que transportará la electricidad del sur al norte del país.
Según las cifras aportadas por la política, Marruecos había acumulado una capacidad total de casi 4,6 gigavatios en energías renovables, incluidos 852 megavatios en energía solar, para una inversión de alrededor de 3.000 millones de euros. Desde el lanzamiento de la estrategia energética nacional en 2009, el país ha invertido 6 millones de euros en proyectos de energías renovables.
Leila Benali señaló también que más del 50% de los proyectos de energía eólica han sido desarrollados por el sector privado. En el país vecino se ve como un éxito la aceleración del ritmo de inversión en energías renovables y en la red eléctrica nacional, a través del plan nacional de equipamiento eléctrico.
En coordinación con la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE), se ha programado la construcción de una capacidad adicional de 9,6 GW hasta 2027. La capacidad adicional de las energías renovables suministra 7,5 GW, para una inversión de cerca de 7,5 millones de euros.
Plantas eólicas y solares
Además, el país vecino ha sabido explotar su posicionamiento en el continente africano para la producción de hidrógeno. Ha diseñado parques eólicos y plantas de energía solar. Entre los proyectos emprendidos por el rey Mohamed VI en la última década, hay que destacar la planta Noor en Ourzazate, la central solar concentrada más grande del mundo, que lanzó en 2009.
“Hoy producimos 560 kw/h y tenemos además tres grandes proyectos solares, que deberían entrar en servicio a principios de 2027 a más tardar, en la región de Midelt”, precisó Akhannouch.
De hecho, Marruecos es el potencial abastecedor a Europa de hidrógeno verde, como fuente de energía renovable de futuro para el continente. Las energías renovables, junto al gas y al turismo, son tres sectores en plena evolución en el país vecino.
En la actualidad, las energías renovables en Marruecos representan más del 40% de la matriz energética. Durante la Cumbre del Clima de París, la COP21, el país magrebí anunció un objetivo del 52% para que la generación total de energía provenga de renovables en 2030, incluida la hidroeléctrica. Hay que tener en cuenta que en la Unión Europea es del 55%.
Esto significa que, en la próxima década, se deberían construir 1,6 GW eólicos, que se sumarían a los 11 parques eólicos ya existentes que reúnen una capacidad instalada de 1.455 MW, según los datos de 2019.
Una revolución de la que ya están participando algunas empresas españolas y otras tantas europeas.
Es el caso de la hispano alemana Siemens Gamesa, que trabaja junto con la italiana Enel Green Power en la construcción del parque eólico de Bojador, situado en el sur de Marruecos, con una capacidad total de 301 MW, dentro del Proyecto Integrado de Energía Eólica de 850 MW lanzado en 2016. La multinacional se encarga de los 87 aerogeneradores en el parque de Bojador.
En todo caso, la presencia de empresas españolas del sector energético es mucho más amplia. Es el caso de Coverwing, Soluna Technologies Ltd, Incom o Iveravante, entre otras.