Agustín Escobar (Siemens): "Duplicar la red en España es inviable, el coche eléctrico y la IA pueden ser las soluciones"
- "La trasformación digital va mucho más lenta en las pymes, donde sólo hay un 50% de implementación de soluciones digitales"
- "Con Portugal tenemos muchas cosas en común. Podríamos poner en valor la red energética de la Península Ibérica si desarrollamos estrategias conjuntas"
- "Transportar hidrógeno a través de la infraestructura que conectará Barcelona y Marsella es un proceso poco eficiente"
- "Lo más innovador que tenemos es la combinación de metaverso industrial con inteligencia artificial generativa"
El sector industrial asiste a una revolución tecnológica sin precedentes. Hannover Messe 2024 (Alemania), el evento de tecnología industrial más importante del mundo, reúne a empresas de toda la esfera para presentar las soluciones más innovadoras del ecosistema actual. Entre los casi 4.000 expositores, bajo el lema "Accelerate Transformation", el stand de Siemens destaca por su constante afluencia de visitantes.
El gigante alemán trabaja para impulsar esta transformación digital con la sostenibilidad y la democratización tecnológica como ejes centrales. A pocos kilómetros de distancia de la feria de Hannover, Agustín Escobar, presidente y CEO de Siemens España, recibe a EL ESPAÑOL-Invertia para explicar cuáles son los grandes retos que afronta la industria nacional en esta transformación.
¿Qué proyectos innovadores están presentado en Hannover Messe?
Uno de los principales proyectos que estamos presentando es el que desarrollamos con Ekonoke en España, que permite la producción de lúpulo sostenible y resiliente. Este cultivo requiere mucho espacio y agua, algo que se está complicando con el cambio climático. La tecnología para farming indoor consigue varios ciclos de cosecha al año con una calidad altísima. De hecho, ahora Ekonoke va a hacer un despliegue industrial con Estrella Galicia, que se han hecho con un 20% de la compañía.
Otro de los casos que presentamos es el de la empresa catalana de distribución bonÁrea. La idea surgió en la pandemia, cuando se dispararon los pedidos online. Coger los productos de cada pedido era tedioso y muy costoso, así que primero empezamos con la automatización de este proceso. Ahora estamos introduciendo digitalización e inteligencia artificial.
¿El ritmo de transformación digital está siendo igual en los diferentes sectores industriales nacionales?
La transformación digital empezó muy fuerte en grandes industrias. Por ejemplo, el 90% de la industria automovilística ya utiliza nuestra tecnología para procesos de automatización y digitalización. Otro caso es el de Navantia, que diseñó con nosotros el programa Astiero 4.0, para digitalizar desde el diseño de los barcos hasta las propias plantas de producción.
Sí hemos visto que las pymes van mucho más lentas. De hecho, sólo hay un 50% de implementación de soluciones digitales en la pequeña y mediana empresa. En Siemens Xcelerator, nuestra plataforma empresarial para acelerar este cambio, tenemos ya 130 casos de uso ya publicados. Queremos que las industrias aprovechen estos casos, en los que ya hay experiencia, para democratizar estas soluciones. Es prioritario que la nueva tecnología esté disponible para las pymes en España.
Las subvenciones son clave para impulsar las tecnologías más incipientes, ¿cómo valora la estrategia de Estados Unidos y la de Europa?
Estados Unidos ha tomado una manera de actuar más rápida que Europa. Su estrategia es incentivar el opex (gasto operativo), en lugar del capex (gasto de capital). De esta forma, cuanto antes estés operando, antes vas a recibir las ayudas. Además, defiende la autonomía estratégica porque quiere que la inversión se quede dentro del país.
La diferencia en Europa la vemos en los Perte. Pese a que se han publicado ya convocatorias de los 12 Pertes, los fondos europeos todavía no están fluyendo. Los requisitos de las convocatorias son complejos.
¿Cree que será posible materializar las inversiones del Plan de Recuperación europeo antes de la fecha límite de 2026?
Casi todos los proyectos estarían listos en 2026 si se hubieran empezado en el momento en el que se aprobaron para España los 140.000 millones de euros. La primera línea del Perte de descarbonización se ha convocado a principios de este año y todavía no se han asignado los fondos. Las otras tres líneas todavía no han salido. Nosotros estamos esperando a la cuarta porque hay algunos de nuestros proyectos que pueden optar a esa línea. Se espera que esta convocatoria salga a finales de año, por lo que es muy complicado que lleguemos a 2026.
Una de las tecnologías que se quieren impulsar con estos fondos es el hidrógeno verde, ¿qué papel jugará en la reindustrialización del país?
España tiene una posición privilegiada por su terreno y su recurso renovable. La Península Ibérica es lo más competitivo que hay dentro de Europa. Transportar hidrógeno a través de la infraestructura que conectará Barcelona y Marsella es un proceso poco eficiente. Primero tienes que generar el hidrógeno, que tiene un coste energético alto. Luego, tienes que comprimirlo para transportarlo, con lo que vuelves a tener otro alto coste. La oportunidad del hidrógeno está en que España pueda generar una ecosistema alimentado con ese vector y que nos ayude a reindustrializarnos.
¿Perciben una resistencia de la industria a incorporar el hidrógeno verde a sus procesos?
Evidentemente, la industria mira su cuenta de resultados. Hoy en día, el hidrógeno verde es claramente más caro que el hidrógeno gris, pero si queremos que la década de los 30 sea del hidrógeno verde tenemos que empezar a hacer proyectos y coger experiencia. Además, si creemos verdaderamente en la descarbonización tendrá que haber exigencias en el futuro de productos libres de emisiones.
Aquí tenemos el caso del acero verde. Los requisitos cada vez van a ser más exigentes y no va a haber más remedio que desarrollar esta industria. Sí habrá algo de diferencia de costes respecto al acero no descarbonizado, por lo que es probable que una parte se traslade a los precios. Ahí es donde está la diferencia entre apoyar ese tipo de proyectos en el capex, que es lo que ha hecho Europa, o la visión americana de ayudar en el opex.
¿Tiene sentido llevar el hidrógeno al transporte ferroviario?
El hidrógeno tiene sentido cuando son líneas muy largas. Estamos hablando de locomotoras con alcances de cerca de 900 km. Sin embargo, un tren de baterías, que puede tener una autonomía de 120-130 km, es una solución válida en la mayoría de los usos. De hecho, recientemente en Siemens iniciamos el servicio comercial de nuestro primer tren con baterías. Si la línea está electrificada, probablemente ya no tenga ningún sentido usar hidrógeno porque los trenes son cada vez más eficientes.
Otro punto clave para atraer industria al país es la disponibilidad de red eléctrica, pero eso requerirá grandes inversiones en los próximos años...
Si proyectamos las necesidades de red que hay para los próximos 10 años, tenemos que invertir y desarrollar la misma cantidad de infraestructura que hemos hecho en los últimos 100 años. Además, construir una nueva línea de alta tensión requiere entre 7 y 10 años. Ahí tenemos un cuello de botella, pero la tecnología puede ayudar.
Si tú añades inteligencia y empiezas a desarrollar conceptos, como las microrredes y comunidades energéticas, puedes aumentar el rendimiento de la red que ya tienes. Hacer más con menos es clave y el software juega un papel clave en el aprovechamiento de la infraestructura existe.
¿España está implementando estos conceptos?
Se está empezando ya a trabajar, pero todavía hay muchísimo alcance. Cuando España inició su desarrollo fotovoltaico, se ponían plantas de unos 49 MW para acceder a la bonificación. Eran casi un fondo de pensiones. El modelo en Alemania fue muy distinto. Se basaba en poner paneles en las casas, combinar el autoconsumo con acumulación de calor, y en el futuro incluir la carga del vehículo eléctrico. Ahí hay un desarrollo grandísimo y España tiene un enorme margen de mejora.
El vehículo eléctrico puede ser una solución al problema de la red. Cuando tengas un parque lo suficientemente grande de vehículos eléctricos el flujo energético no será unidireccional, habrá también flujos bidireccionales. En los que tú tengas un nivel de demanda muy alto, los vehículos pueden estar aportando energía a la red.
La tecnología para eso está desarrollada, no hay nada más que inventar. Si a esto le sumas inteligencia artificial para mejorar algoritmos y que en tiempo real puedas ajustar la carga entre los puntos de consumo y generación, no deberíamos tener ningún problema. Pero eso implica una visión estratégica que hay que desarrollar.
¿Hay competencia entre países por atraer industria?
Europa compite con Estados Unidos y China. Pero dentro de Europa, España está compitiendo también con otros países. Francia no tiene tanto recurso renovable como nosotros, pero ha apostado por la nuclear, lo que les permitirá ser muy competitivos. También es importante apuntar que podemos competir con todos o quizás buscar alianzas. Con Portugal tenemos muchas cosas en común, podríamos poner en valor la red energética de la Península Ibérica si desarrollamos estrategias conjuntas.
Precisamente la saturación de las redes está frenando el despliegue de la industria de los centros de datos en España...
A la Península Ibérica llega todo el cableado de fibra óptica desde América y España tiene el recurso renovable que demandan los centros de datos. Para tener más centros de datos necesitas tener resuelto el tema de la energía. Y ahí es donde tienes que tener esa visión estratégica de cómo va a evolucionar tu red, hacer simulaciones y combinar todos los recursos tecnológicos que tienes hoy en día. Esto es clave para tener un equilibrio adecuado y evitar tener que invertir. Lo que no tiene sentido es duplicar la red al estilo del siglo pasado. Es inviable. Sólo por tiempo no llegaríamos.
Siemens también tiene su rama financiera, ¿cómo ven el interés del mercado por los centros de datos y otras innovaciones?
Estamos viendo mucho apetito de los bancos, como Santander o Deutsche Bank, por proyectos de data centers. De hecho, nosotros estamos cada vez más activos en utilizar esa rama financiera. Tenemos casi el 5% de EIT InnoEnergy como vehículo de inversión. Next 47 [unidad separada del resto de sus divisiones que financia de proyectos innovadores desarrollados por startups] inició con 1.000 millones de euros para hacer inversiones en startups. También hacemos inversiones de forma discreta. Unas 40 inversiones con participación en equity, en proyectos de compañías diversas, entre las que está el reciente acuerdo firmado por Fertighy, para construir una planta de fertilizantes de bajas emisiones en España.
El interés de las empresas por la IA generativa está creciendo exponencialmente, ¿qué propone Siemens en este sentido?
Lo más innovador es la combinación de metaverso industrial con inteligencia artificial generativa. La plataforma de Nvidia incluye metaverso industrial con fotorrealismo.
Permite hacer simulaciones para detectar posibles optimizaciones, eficiencia de producción, optimizaciones de costes, trazabilidad de producto, mejoras de diseños de fábrica... incluso en las simulaciones podemos poner personas interactuando con robots que identifican en qué momentos puede haber alguna posible colisión de un robot con las personas. Todo esto te permite tener la fábrica completamente simulada, antes incluso de poner la primera piedra.
Hay otro factor clave que se incluye en todas las soluciones de IA que es la opción de democratizar su uso. Es decir, que la IA no se convierta en una tecnología exclusiva de grandes compañías, sino que también hay que extender sus ventajas a las pymes. En Siemenes hemos integrado nuestra plataforma de Mendix, que es nuestra aplicación de low cost, junto con el motor de inteligencia artificial de Amazon Web Services. De este modo, cualquier desarrollador puede introducir algoritmos de IA en cualquiera de las aplicaciones que desarrolle de forma mucho más sencilla.