Pese a que en diciembre 2021 se comprometió con trabajadores, Xunta y Gobierno central a parar la producción sólo por dos años, la realidad es que en enero de 2024 comenzó a mostrarse remolona en el cumplimiento del plan.

Tanto es así, que cuatro meses después anuncia su venta. "A mediados de mayo se presentaron las ofertas no vinculantes, pero lo llevan con tal 'secretismo' que no ha trascendido a los trabajadores quiénes son los que pujan por la fábrica", señala a EL ESPAÑOL-Invertia, José Antonio Zan, presidente del comité de empresa de Alcoa.

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Pero ya hay varios grupos industriales que mostraron interés en el pasado y que podrían seguir interesados. "El que más suena es el Grupo Trafigura, una multinacional de comercialización de productos básicos de Singapur que comercia con metales básicos y energía", explican fuentes del sector a este diario.

"No son los únicos candidatos interesados, también estaría la siderúrgica española Sidenor, otra española, Atlas Holding, estadounidense que produce para las industrias de refinería, petroquímica, química, energía e industria en general, o Alvance British Aluminium".

Y se mueven otros nombres más, como "la australiana Metalcorp, una empresa del sector metalmecánico dedicada al diseño, fabricación de piezas en acero, HR y galvanizada".

Para los trabajadores de Alcoa, "el quid de la cuestión no es quién nos compren, sino por qué no se está produciendo como dijo Alcoa, precisamente en un año en el que el coste de la energía -con el que justificó su cierre en 2022- está muy barato, con precios de entre 4 euros y 10 euros/MWh".

Mejoras industriales

El acuerdo al que se llegó entonces incluía una serie de inversiones para la mejora de la planta como los acuerdos PPA (contratos de suministro a largo plazo) para el suministro de energía renovable, invertir más de 90 millones de euros para la "viabilidad" de la planta y mantener la plantilla original.

"No se han hecho todas las inversiones comprometidas para empezar", apunta Zan, el representante sindical.

"Pero lo poco que se ha hecho ya ha conseguido que uno de los clientes de la fábrica de San Cibrao, Cortizo, fabricante de soluciones en aluminio y PVC, haya dicho que estamos produciendo el mejor aluminio que hayamos hecho nunca".

Para Zan los números salen. "Para fabricar una tonelada de aluminio se necesitan 15 MW de electricidad, un coste que, junto con el precio de la alumina, no suma más de 1.000 euros la tonelada".

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Si en el mercado internacional "el precio de la tonelada de aluminio se paga a entre 2.600 y 2.700 euros, no hay que hacer muchos cálculos para ver que es rentable su producción".

Después de cuatro meses del despertar de la fábrica lucense de Alcoa, "sólo están funcionando 32 cubas de las 512 cubas que se podrían utilizar, y hay pedidos a reventar, no entendemos por qué quiere dejar de fabricar una materia imprescindible para el desarrollo industrial en España".

Así que, aunque la planta de aluminio primario tiene una capacidad de producción de 232.000 toneladas al año de aluminio, sólo producirá un 6% si no cambian las cosas.

De hecho, se apunta a que los novios de Alcoa tienen como objetivo que su aluminio se vendiera a la fabricación de coches eléctricos, que son diferentes a los de combustión interna, porque las baterías de litio son pesadas y es difícil conseguir una gran autonomía. Así que, para compensar el peso de las pilas y las variables asociadas al uso por parte del consumidor, el aluminio está adquiriendo un mayor protagonismo.

¿Insolvencia?

Pero deberán darse prisa en firmar el acuerdo de compraventa, si Alcoa no está jugando al escondite. En la segunda mitad del año se agotarán los fondos reservados por la multinacional estadounidense para la fábrica gallega, que podría verse abocada entonces a un proceso de insolvencia.

Y mientras tanto, Alcoa sigue reclamando al Ejecutivo central ayudas financieras, el desarrollo de un marco energético competitivo y estable, la extensión de la concesión portuaria a partir del 2027 y agilidad en la tramitación de los parques eólicos de las empresas con las que la multinacional tiene suscritos acuerdos de suministro de energía a largo plazo.

"Lo que debería hacer la dirección de la compañía es hablar claro, vender como han dicho, y devolver todas las ayudas que han recibido por parte de las Administraciones por haber incumplido sus compromisos", concluye Zan.