Dice el refrán castellano que no es más rico el que más tiene si no el que menos necesita. Por ello, muchas veces para poder tener más dinero o una capacidad económica más holgada, no solo basta con ganar más dinero, ya que en ocasiones la cuestión principal no es ingresar más, si no poder ahorrar. Una de las cuestiones que más influye en el ahorro de una persona o de una familia son los gastos domésticos como la luz.
Actualmente vivimos una nueva época de subida de costes. No solo de la luz, también del agua o de muchos productos de la lista de la compra. Uno de los principales motivos de esta difícil situación es la inflación. En líneas generales las familias buscan cómo reducir estos gastos, especialmente el consumo eléctrico.
Para ello, se suelen poner en marcha algunas tácticas como las facturas de la luz adaptadas o los electrodomésticos de bajo consumo para evitar sorpresas a final de mes. Sin embargo, el precio de la luz cambia a diario y fluctúa tanto que escapa de nuestro control. Por eso, es casi imposible ahorrar de estas formas y tenemos que apostar por soluciones más drásticas como apagar algunos de nuestros electrodomésticos.
¿Cuál es el electrodoméstico que más luz gasta?
Aunque muchas personas no lo crean, apagar los electrodomésticos es una de las pocas maneras efectivas de ahorrar en el gasto de la luz. Sin embargo, lo que muchas personas tampoco conocen es que aunque los apaguemos, no se produce un gasto cero de electricidad.
Simplemente se ponen en modo de espera, también conocido como stand by. Y en términos de gasto, es lo que se conoce como consumo vampírico, ya que siguen usando energía aunque no estén en funcionamiento. Siempre se produce un gasto residual. Sin embargo, hay un aparato de todos los que tenemos en la casa que es especialista en gastar cuando no lo usamos. Por ello, es el que más energía consume de todo nuestro hogar.
Este es el televisor. Estos aparatos que usamos para entretenernos e informarnos y para estar al día de todo, pero a distancia, son los que más electricidad consumen aunque los tengamos apagados. O más concretamente, en ese modo stand by. Sobre todo porque su función en esos momentos es nula para nosotros.
Es un imprescindible en todos los hogares españoles, pero también en algunos dormitorios o incluso en cocinas. Los usamos para ver informativos, series, películas o incluso vídeos. Pero cuando no, siguen consumiendo tal y como nos muestra esa luz roja que nunca apagamos.
Si por ejemplo lo comparamos con otros como la nevera o la lavadora, el gasto energético es mucho mayor incluso en pleno auge de la tecnología y de los aparatos conocidos como smart.
Uno de los motivos por los que estos nuevos televisores consumen tanto es porque suelen estar conectados a internet, lo que les permite actualizarse de manera constante. Además, siempre están preparados para encenderse y rara vez fallan.
¿Cómo podemos reducir el gasto eléctrico?
Una de las mejores formas para reducir el gasto de electricidad cuando no estamos usando el televisor es desenchufarlo. Por ejemplo, un buen momento para hacer esto es en verano, cuando las familias abandonan la casa para irse de vacaciones. Ahí, desconectarlo de la luz es la mejor opción.
A lo largo del tiempo, el consumo medio de entre 0,5 y 3 vatios puede suponer del 10% al 20% más en la factura de la luz a fin de mes. Otra buena idea, que no requiere desenchufar el aparato, es ajustar parámetros como el brillo, ya que reducen su consumo.
Así, puede estar en funcionamiento, pero consumiendo menos luz. Y no podemos olvidar el hecho de apostar por modelos que traen incorporada la opción de ahorro de energía. Para hacernos una idea aproximada del gasto, algunos estudios aseguran que una televisión que esté en modo de espera gasta entre el 2,25 y el 5% de la electricidad que usa cuando se enciende.
Por ello, hay que estar muy pendientes de estos aparatos al igual que solemos estarlo con las lavadoras, los hornos o las secadoras, las otras reinas de la tabla de gastos domésticos anuales.