Algunas personas han acudido en los últimos días a su gasolinera de confianza y se han dado cuenta que el precio de la gasolina ha bajado un poco. Sin embargo, al mismo tiempo habrán escuchado que el precio del petróleo ha caído en picado. Por lo tanto, se darán cuenta que ambas tendencias no son proporcionales.
Si piensan eso, tendrán razón. Es cierto que los combustibles están más baratos que hace unas semanas, pero seguramente, no han experimentado la reducción de costes que cabría esperar. Y los datos confirman esta particular situación que mantiene en vilo a muchos conductores.
El coste del barril se encuentra en estos momentos a 66 dólares. Pero hace tan solo unas semanas, en pleno auge del verano, llegó a rozar los 100 dólares. Sin embargo, esa caída no se ha traducido de manera real, ya que de media, el precio de la gasolina y del diésel solo se ha reducido apenas unos céntimos el litro.
¿Por qué no ha bajado el precio de la gasolina?
El final del verano siempre supone un momento muy importante para el precio de la gasolina. Una situación que se debe a la alta afluencia de los desplazamientos que hay durante las vacaciones. Por ello, en el mes de julio, el precio del combustible tocó su pico en una época que los petroleros conocen como el driving season.
Desde ese momento, el petróleo se ha abaratado en un 20%. De hecho, solo este pasado martes cayó un 4,3%. Sin embargo, la media del precio de la gasolina se ha mantenido estable dentro de unos mínimos. Ha pasado del 1,64€ de media al 1,55€.
Mientras el petróleo ha caído ese 20%, la gasolina solo ha bajado un 5,4%. En el caso del diésel, esta situación es más extraña, ya que sólo ha bajado un 3,4%. Unos datos que proceden directamente del boletín petrolero de la Unión Europea y que llaman aún más la atención, ya que el barril de petróleo se encuentra en unos mínimos que no se alcanzaban desde diciembre del año 2021. La pregunta es qué ha pasado con ese 15% restante.
Una de las cuestiones que siempre reivindican las petroleras es que el refino es un producto muy caro y que conlleva una serie de costes. Por ello, el precio de la gasolina no desciende al mismo ritmo que el del propio petróleo. Sin embargo, la diferencia es especialmente alarmante entre el precio del barril y lo que después se refleja en el surtidor.
El motivo de esta bajada se produce porque los mercados internacionales interpretan que está próximo un receso en el crecimiento económico. Por ello, se trata de una mala noticia a nivel global. La OPEP ha recortado la previsión de ventas de petróleo en 80.000 barriles diarios y deja ahora su producción en 2 millones al día.
Esta decisión se debe a una previsión a la baja en el consumo de países como Estados Unidos y China. Por lo tanto, esto hará que todas las economías mundiales sufran un frenazo. Además, la situación del petróleo es la misma que van a experimentar materiales como el cobre o el hierro, evidenciando el freno en las economías industriales.