El mundo vive una situación de crisis energética que está especialmente marcada por la caída de los precios del petróleo. Una situación que tiene implicaciones significativas para España, así como para el resto de países de Europa. 

Por ahora, el precio del barril de petróleo se encuentra en un mínimo que no se registraban desde el mes de diciembre del año 2021, llegando a bajar incluso hasta los 66 dólares por unidad. Por su parte, el brent ha llegado a situarse por debajo de los 74 dólares la unidad. Esto representa una caída de más del 10%.

Los analistas políticos y económicos aseguran que los cambios que se están produciendo están relacionados con la disminución de las tensiones geopolíticas presentes en algunas zonas del mundo como Libia o Israel. No obstante, todo sigue marcado por el impacto de la situación postpandemia. Ahora, esta bajada de precios tiene un efecto muy importante en España.

¿Qué pasa con la bajada de precios del petróleo?

España es un país que depende en gran medida de las importaciones de energía. Por ello, la disminución del precio del petróleo puede aliviar las presiones inflacionarias en sectores como el transporte o la industria. Por ejemplo, el precio de la gasolina se ha reducido, aunque en un porcentaje mucho menor al esperado. Sólo alrededor del 5% en este combustible y del 3% en el diésel

Los españoles han visto como año tras año el encarecimiento de la energía ha afectado a sus facturas de la luz o de los combustibles. Una situación que se ha repetido en el resto de Europa, ya que es una región que, en líneas generales, es importadora de petróleo. Por ello, la caída de los precios podría contribuir a una mejora en la balanza comercial y una reducción de la inflación.

La noticia negativa es que hay factores que podrían limitar esta caída de precios. En paralelo, la OPEP ha informado que retrasará su aumento de producción en previsión de la llegada de una fase de nulo crecimiento debido a una menor demanda de petróleo de países como China o Estados Unidos. La limitación en la oferta de crudo llevada a cabo también responde a un intento por estabilizar los precios. 

Un factor clave que influye en el mercado petrolero es el estado de las economías de estos países. En el caso de Estados Unidos, los indicadores económicos recientes muestran una contracción por cuarto mes consecutivo. Esto se traduce en una desaceleración de la actividad económica. Por consiguiente, el mercado laboral también se ha enfriado. 

Esta situación podría provocar que la Reserva Federal aplique una serie de recortes, tal y como ya se especula en el país. Y en China, la situación no es mucho mejor, ya que sus índices evidencian una contracción por tercer mes consecutivo.

La desaceleración de ambas economías afectará de manera directa a la demanda global de petróleo. Y para cerrar este maremágnum económico, la volatilidad en los mercados ha aumentado de manera considerable en los últimos meses, generando una gran incertidumbre en los mercados.