Ribera deja el Ministerio para la Transición Ecológica sin presentar el PNIEC o convocar subastas eólicas y de capacidad
Tecnologías como la eólica marina, el hidrógeno verde, sectores como el de las baterías o inversiones en redes eléctricas tendrán que esperar.
18 septiembre, 2024 02:27La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha elegido a la hasta ahora vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, como su segunda al mando, encargándole la supervisión de una amplia cartera que incluye la política climática y de competencia. Ahora sólo le queda por delante el trámite de pasar una audiencia de confirmación en el Parlamento Europeo.
Ribera ha dirigido la cartera centrada en temas de energía y medioambiente de 2018 y ha ido ganando peso tanto en el Gobierno como dentro del PSOE a lo largo de estos años. En 2020 pasó a ser vicepresidenta cuarta y un año después vicepresidenta tercera.
Ahora, con su salida a Bruselas, deja sin cerrar los flecos para poner en marcha los mecanismos de capacidad, una bombona de oxígeno al tan esperado almacenamiento y tampoco termina de cuajar las subastas de eólica marina.
Con su salida, también deja en el aire si se mantendrá el calendario de cierre de centrales nucleares que firmó en 2019 con las grandes propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy).
Y, para broche aún se espera, y con retraso de tres meses, que publique el texto definitivo del Plan Nacional de Energía y Clima 2030 (PNIEC), que debería haber hecho a finales de junio.
Aunque fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica han señalado en varias ocasiones a este periódico que "se espera publicarlo en breve", el retraso ya es llamativo. Pero lo que se conoce hasta ahora es una mayor ambición en todos los objetivos en materia de renovables, biometano, hidrógeno verde y almacenamiento.
Al menos, España no es el único que se retrasa. Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, República Checa y Rumanía tampoco han presentado sus estrategias finales de energía.
Hidrógeno y renovables
No sólo no ha puesto en marcha los mecanismos de capacidad ni, como consecuencia, convocado las primeras subastas que darían un marco regulatorio y una seguridad a la inversión de las baterías, el bombeo hidráulico, impulsarían los agregadores de la demanda e incluso darían continuidad a los ciclos combinados en un contexto de baja demanda de gas.
Tampoco ha hecho mención sobre futuras subastas de renovables, que el sector fotovoltaico ve ahora con mejores ojos, tras sufrir un primer año de 'canibalización' de los precios y prever que este próximo no será muy diferente.
También se espera la regulación que incentive la inversión en redes eléctricas y queda pendiente impulsar la demanda eléctrica, que sigue de capa caída.
Tampoco ha hablado de cuál es el programa para el esperado paquete de hidrógeno verde, que debe impulsar el mercado de este nuevo vector, así como la ley de industria de cero emisiones neta.
Por último, Ribera, ya desde Bruselas, deberá liderar cómo la fijación de un sistema de precios puede lograr que la electrificación sea "un motor de cambio".
Captura y almacenamiento de CO2
En materia energética, también queda continuar con la profundización de la Unión Energética de Europa. Es una prioridad clave, junto con decidir cómo transformar el sector energético de Europa y cómo esto va a afectar al contexto español.
También quién sustituya a Teresa Ribera en la cartera de Transición Ecológica deberá observar cómo está el suministro de gas, la fortaleza de las redes eléctricas, los planes para acelerar la transición energética y mantener los objetivos a 2035 en reducción de emisiones o eficiencia.
Y, por último, hay tecnologías de las que no se ha puesto ni la primera piedra. El pasado mes de julio el Gobierno de España sacó a exposición pública el anteproyecto legislativo de la Ley de Industria y Autonomía Estratégica, que tiene previsto que se apruebe a finales de este año 2024.
En su artículo 23, Protección a la industria intensiva en energía, el Gobierno dice expresamente que "se fomentará entre otros, [...] la captura, uso y almacenamiento de carbono para las emisiones de difícil abatimiento". Esto es que se debe impulsar proyectos de CCUS que la Unión Europea considera imprescindibles para reducir las emisiones de CO2 y alcanzar los objetivos propuestos para 2035.
Por el momento, España es el último país de Europa en proyectos de captura y almacenamiento de CO2, aprobando solo 2 proyectos de tecnología CCUS, con ayudas europeas, según la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (Pteco2).