El Gobierno británico anuncia su apoyo a dos proyectos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CCS) como parte de una inversión en el sector de 22.000 millones de libras (más de 26.000 millones de euros) durante los próximos 25 años.
Así lo adelantó este jueves el diario británico Financial Times (FT), que especificó que los proyectos denominados HyNet y East Coast Cluster pretenden capturar las emisiones de fábricas y plantas energéticas del norte de Inglaterra y el norte de Gales y almacenarlas en los lechos marinos de la Bahía de Liverpool y del Mar del Norte, respectivamente.
La tecnología naciente de los proyectos CCS, que el Gobierno británico considera crucial para reducir las emisiones de carbono del Reino Unido a cero neto para 2050, implica atrapar el dióxido de carbono a medida que se produce. Pero no solo. También requiere comprimirlo y bombearlo bajo tierra, a veces hacia depósitos de petróleo y gas en desuso, para evitar que se libere a la atmósfera.
La capacidad de captura de carbono a nivel mundial alcanzó los 51 millones de toneladas el año pasado y supuso el 0,14 % de las emisiones globales, según la organización de investigación energética BloombergNEF.
Sin embargo, persisten las dudas sobre viabilidad comercial y técnica a gran escala de la tecnología y es controvertida entre ambientalistas, que creen que la industria la utiliza para prolongar la vida de los combustibles fósiles.
Tras el anuncio, organizaciones medioambientales como Greenpeace comentaron que el monto millonario previsto para esta inversión debería dedicarse a crear nuevos empleos en la industria de la energía verde, como la eólica marina o para desarrollar un programa de aislamiento climático para viviendas.
"Para un Gobierno que se ha comprometido a atajar la crisis climática, 22.000 millones de libras es mucho dinero para gastar en algo que va a prolongar la vida de la producción de petróleo y gas que calienta el planeta", apuntó en un comunicado el director de políticas de Greenpeace, Doug Parr.
Reino Unido emitió 384,2 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en 2023, según cifras provisionales del Gobierno, y no es la primera vez que el país muestra interés en los proyectos CCS.
En 2015 se descartó un plan inicial para destinar 1.000 millones de libras a esta tecnología, tras enfurecer a los líderes del sector energético; y en 2023 el exministro de Hacienda conservador Jeremy Hunt también comprometió una inversión millonaria de 20 años para los proyectos CCS, pero no llegó a ponerse en marcha antes de las elecciones generales.
El plan del Gobierno laborista, que abarca el próximo cuarto de siglo, prevé capturar entre 20 y 30 millones de toneladas de dióxido de carbono antes de 2030, así como aportar tranquilidad y brindar certeza a la industria pesada en su intento por descarbonizarse.