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La Unión Europea puede reducir su dependencia de las importaciones de litio para producir baterías para 2030 con 28 proyectos de minería, refino e integración que están en marcha. Se satisfaría así el 53% de la demanda de producción extraída y logrando la autosuficiencia potencial en litio procesado, según un informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E).

El estudio de la organización sostiene que Europa tiene un potencial significativo para producir litio, pero se necesita concentración y las políticas adecuadas para desarrollarlo de manera sostenible.

T&E explica que como elemento crítico en todas las químicas de baterías de iones de litio, ya sean 'NMC' (Níquel, Manganeso y Cobalto), 'LFP' (Fosfato de Hierro y Litio) u otras, el litio será necesario en las baterías para vehículos eléctricos durante mucho tiempo.

Se proyecta que la demanda mundial de litio aumentará más del doble, alcanzando 2,5 millones de toneladas equivalentes de carbonato de litio (LCE) para 2030.

Chile, Australia, Argentina y China representan el 80% de las reservas mundiales conocidas de litio, por lo que la UE es un importador neto de litio y obtiene carbonato e hidróxido de litio principalmente de Chile, China y Estados Unidos.

Si bien Australia, China y Chile dominan actualmente la extracción de litio y el procesamiento se concentra en China, para 2030 otros países del continente americano, África y Europa desempeñarán un papel cada vez más importante en el mercado. De hecho, representan el 37% de la producción extraída mundial y el 24% de la producción refinada en 2030).

Además, la producción de litio conlleva una huella de carbono y de agua, según la fuente, la región y el proceso implementado. Una reciente evaluación del ciclo de vida (LCA) realizada por Minviro, encargada por T&E, examinó la intensidad de carbono y agua de la producción de hidróxido de litio monohidrato para baterías de iones de litio basadas en níquel.

El estudio analiza seis operaciones de producción distintas (existentes y futuras) en Alemania, Portugal, Australia y China.

Un 83% menos impacto

Entre las conclusiones de este estudio está que la extracción directa de litio (DLE, por sus siglas en inglés) de salmuera geotérmica en Alemania destaca como la más ecológica, generando un 83% menos de emisiones que el método más intensivo en carbono, la extracción de litio de mica de roca dura en China.

La producción basada en espodumena en Australia y Portugal tiene un impacto moderado debido a procesos de alta demanda energética, aunque Portugal se desempeña mejor gracias a una mezcla energética más limpia.

Además, la producción de mica en Alemania y la extracción directa de litio (DLE) de salmuera geotérmica tienen un uso directo de agua relativamente bajo, lo que se ve respaldado por el bajo factor de escasez de agua en Alemania.

Al comparar las salmueras, el DLE es un 50% menos intensivo en agua que la salmuera chilena. La intensidad en el uso del agua en la ruta de la espodumena en Portugal se ve agravada por el mayor factor de escasez de agua en Portugal y el uso de reactivos (por ejemplo, ácido sulfúrico).

La producción de mica en China tiene el mayor consumo de agua entre las rutas analizadas, siendo cuatro veces mayor que la ruta de mica en Alemania y casi tres veces mayor que la ruta de DLE.

Mitigar impacto ambiental

Aunque el análisis de ciclo de vida (LCA) destaca la complejidad de los impactos ambientales en las diferentes rutas de producción de litio, existen soluciones que pueden mitigarlos.

Las huellas de carbono se pueden reducir mediante el uso de energías renovables, la innovación y la eficiencia de los procesos, mientras que los impactos en el agua pueden abordarse implementando nuevas tecnologías como la extracción directa de litio, tecnologías de recuperación y reciclaje, sistemas de circuito cerrado y técnicas de deshidratación de relaves.

En regiones costeras áridas, la desalinización podría ser una opción si se combina con tecnologías energéticamente eficientes y las mejores prácticas de gestión de residuos, señala el estudio.

Finalmente, el estudio de T&E explica que para aumentar la producción nacional de litio de manera sostenible, la Comisión Europea debería respaldar proyectos estratégicos en el marco de su Ley de Materias Primas Críticas que empleen tecnologías innovadoras y respeten las mejores prácticas en materia de emisiones, agua, gestión de residuos y biodiversidad.

Además, indica que como parte de la taxonomía de la UE para actividades sostenibles, la Comisión Europea debería establecer umbrales de litio de "bajas emisiones" para atraer capital privado; por ejemplo, T&E recomienda 10 kg de CO2e/kg de hidróxido de litio monohidratado para 2030.

Asimismo, señala que los gobiernos europeos y las empresas también deberían acelerar las inversiones en tecnologías energéticamente eficientes y que ahorren agua, que puedan exportarse a nivel mundial.