La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha hecho pública la autorización a Hunosa (la antigua empresa pública de la industria del carbón) al uso del agua de mina para la producción de hidrógeno verde en el Pozo Fondón, una emblemática explotación minera ya clausurada situada junto al río Nalón en Sama de Langreo (Principado de Asturias).
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) también ha publicado en el BOE la concesión del aprovechamiento de aguas de la bocamina La Nalona -ubicada en el Fondón-.
Es un nuevo hito en el avance de la planta proyectada en Langreo y cuyo desarrollo se enmarca en el proyecto Mine-to-H2, cuyo objetivo es contribuir a la descarbonización de sectores clave y promover la transición hacia un entorno y una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
La concesión del uso del agua de mina La Nalona es un nuevo avance del proyecto. Hunosa ya tiene autorizada por la distribuidora la conexión para el suministro eléctrico de la planta y en la actualidad está en marcha la tramitación administrativa municipal.
Mine-to-H2 consiste en la reutilización de una antigua mina de carbón para la producción de hidrógeno verde a partir de energía renovable. Básicamente, el hidrógeno se producirá con el agua que vierte la antigua bocamina y energía eléctrica renovable generada parcialmente por una planta fotovoltaica que se instalará en otro antiguo espacio minero.
Todo un proyecto de economía circular y enfocado a la movilidad sostenible en el área central de Asturias.
El proyecto, impulsado y liderado por Hunosa, cuenta con otros socios industriales como Duro Felguera y Alsa, además de la Universidad de Oviedo y el instituto polaco GIG-PIB. La iniciativa cuenta con un presupuesto de 18 millones de euros, de los que el cincuenta por ciento, 9 millones, procederán de fondos europeos a través de las ayudas RFCS (Research Fund for Coal And Steel).
El proyecto situará a Langreo en el mapa del hidrógeno renovable español y europeo y consolidará al pozo Fondón como paradigma de la transición ecológica: una antigua explotación de combustible fósil, el carbón, se convierte en un referente de las energías renovables con esta planta de hidrógeno verde y la red de calor (district heating) de energía geotérmica y biomasa que ya está en funcionamiento.
La segunda fase del District Heating Pozo Fondón fue precisamente inaugurada la pasada semana y ya funciona con geotermia de agua de mina y combustión de biomasa, lo que ha permitido extender el servicio a otras cinco edificaciones.
Mejora así su eficiencia y reduce la dependencia del bombeo a través de una solución altamente innovadora y pionera en Europa. La instalación permite ya reducir más de 1.300 toneladas de emisiones de CO2 al año y genera a sus clientes unos ahorros garantizados en el gasto energético de al menos el 10% frente a los combustibles tradicionales.
La futura planta, de 2,5 MW y escalable hasta 5 MW permitirá, entre otras cosas, la producción de hidrógeno verde mediante electrólisis, recuperando el calor de dicho proceso para integrarlo en la red de geotermia que Hunosa tiene en el District Heating Pozo Fondón, así como incorporar parte del hidrógeno a la red de gas natural existente, acoplándose con el sector de la calefacción.
El proyecto, con una duración de cuatro años y medio, también incluye la puesta en servicio de un nuevo modelo de autobús interurbano propulsado con hidrógeno verde mediante pila de combustible, contribuyendo así a descarbonizar el transporte de pasajeros por carretera.
Será, además, la base para el estudio y demostración de diversas tecnologías y un ejemplo de cómo los grandes proyectos pueden apoyar el desarrollo de modelos de negocio ecológicos en las regiones carboníferas.