Los inversores afinan sus carteras ante una reactivación de las compras en 2025: ponen el ojo en la eólica hibridada
Acciona, Endesa, Masdar, Repsol, FRV... el mercado renovable asiste una recuperación de las operaciones de M&A tras meses de parón.
Los inversores afinan sus carteras ante una reactivación de las operaciones en el mercado de las energías renovables. Tras un año de parón —en un contexto marcado por desplome de los precios del mercado mayorista de la electricidad y la subida de los tipos de interés— los fondos y las grandes utilities vuelven a poner la lupa en el mercado de las energías verdes.
Hace dos semanas, Endesa alcanzó un acuerdo de compra con Acciona para una cartera de 34 centrales hidráulicas por 1.000 millones de euros, su mayor operación desde la OPA de la italiana Enel en 2009.
Este acuerdo se produce en un momento clave para el sector, coincidiendo con otros movimientos estratégicos de gran envergadura, como la adquisición de la cartera solar de Endesa por parte de Masdar, el avance de las negociaciones entre Repsol y Aramco, el relanzamiento de la venta de FRV, y la operación de Cúbico.
"El mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) en el sector renovable se encuentra en una etapa de dinamismo creciente", asegura a este diario Ignacio Paz, socio de Energía e Infraestructuras de White & Case, quien asesoró a Acciona en la reciente macrooperación hidráulica.
"Por un lado, la recuperación de los precios de la energía ha mejorado significativamente la valoración de los activos renovables, haciendo que estos resulten más atractivos para compradores potenciales. Por otro, el descenso de los tipos de interés está reduciendo el coste de capital, un factor clave para financiar operaciones de adquisición, especialmente en un sector donde las inversiones a largo plazo son esenciales", explica Paz, quien anticipa un aumento de las operaciones en 2025.
Hasta 2022 o principios de 2023, el mercado experimentó un gran interés comprador, lo que dio lugar a "procesos de venta espectaculares, en los que llegamos a tener 15 ofertas buenas y precios muy competitivos", recuerda Marcos García, socio de Cuatrecasas y especialista en M&A de Energía e Infraestructura.
Sin embargo, la volatilidad de precios y el encarecimiento de los costes de capital provocaron un enfriamiento en el mercado. "A esto se sumó el recalentamiento inicial del mercado, que generó desajustes de precio entre las expectativas de vendedores y compradores. El vendedor se acostumbró a ver el megavatio en RTB (ready to build) a 300.000 euros, un precio que no era sostenible", ejemplifica García.
Pero el final de 2024 ha traído consigo un entorno más favorable, con el incremento de los precios de la electricidad y la bajada de los tipos de interés. "No hemos vuelto a la bonanza de 2022, pero sí hay un interés más serio", afirma García.
"El efecto psicológico de la bajada de precios se está acabando y nos encontramos en un momento de estabilización de las condiciones", añade.
Perspectivas positivas
Las perspectivas para el sector son positivas, con un creciente interés por las energías eólicas, la hibridación y el almacenamiento en baterías. Según Francisco Solchaga, socio de Araoz & Rueda, "el mundo de las renovables es una montaña rusa".
Solchaga explica que en septiembre comenzó a haber más presión por parte de los vendedores debido a factores regulatorios, ya que los promotores se enfrentan a límites de tiempo para construir sus proyectos tras obtener las autorizaciones administrativas de construcción (ACC). "Ante esta situación, muchos han decidido vender proyectos para hacer caja, aunque eso implicara bajar precios. Los compradores, por su parte, están aprovechando esta situación para adquirir proyectos a precios más bajos", afirma.
En el escenario actual, la energía eólica está ganando protagonismo frente a la fotovoltaica. Según Ignacio Paz, las grandes utilities y fondos de inversión tienden a considerar la eólica como un negocio más industrializado y estructurado, con tickets de inversión más altos, lo que les otorga mayor estabilidad y previsibilidad.
Los proyectos eólicos que incluyen la posibilidad de hibridación, como la combinación con otras tecnologías renovables como la fotovoltaica e incluso la hidráulica, y aquellos equipados con sistemas de baterías para proporcionar mayor flexibilidad, son los que despiertan un mayor interés de los inversores.
Dos perfiles de compradores
En líneas generales, existen dos perfiles de inversor:
➔ El inversor financiero: suelen ser fondos de infraestructuras, de pensiones, soberanos o, en general, private equities. Dependiendo de su perfil de riesgo, pueden centrar su interés en activos renovables, bien sean operativos y maduros (brownfield) o incluso en desarrollo (greenfield). Los inversores en activos brownfield buscan proyectos que generen ingresos a largo plazo, permitiendo distribuir dividendos de forma inmediata.
➔ Las grandes utilities y las plataformas renovables de los fondos de inversión: Estos prefieren adquirir proyectos en etapas más tempranas de desarrollo. Su estrategia se basa en asumir el proceso de construcción y puesta en funcionamiento de los proyectos, para luego ponerlos en operación y maximizar el valor añadido durante su desarrollo.
Esto se ve reforzado, sobre todo, por su idoneidad para proyectos de repotenciación, es decir, la renovación de infraestructuras existentes cuando llegan al final de su vida útil con el objetivo de aumentar su eficiencia y vida útil.
Por el contrario, el mercado fotovoltaico enfrenta retos significativos, como una alta competencia que ha reducido la rentabilidad para los inversores y una mayor exposición tanto de bancos como de inversores, lo que ha generado señales de saturación. "La fotovoltaica está mostrando signos de saturación, lo que puede hacerla menos atractiva para los inversores en el futuro", concluye Paz.
La hibridación y el almacenamiento
El problema en el sector renovable español, según Marcos García, no es de generación, sino de almacenamiento y transporte de energía.
"La hibridación con baterías permite almacenar energía y verterla cuando los precios son más favorables. Además, la hibridación eólica-fotovoltaica permite maximizar el uso del acceso a la red, aprovechando diferentes momentos del día y condiciones climáticas", dice el socio de Cuatrecasas. Esta combinación de tecnologías hace que los activos renovables sean mucho más atractivos para los inversores.
La falta de mecanismos de capacidad para el desarrollo de sistemas de almacenamiento en baterías, así como las limitaciones en el acceso a la red y las insuficientes interconexiones internacionales con mercados clave como Francia y Portugal, impactan directamente en el mercado renovable.
"La implementación de una conexión estratégica entre España y Lombardía podría ser un factor clave para aliviar estas restricciones y maximizar el potencial de exportación de energía fotovoltaica", revela el socio de White & Case.
El futuro del sector dependerá en gran medida de la capacidad para superar estos desafíos regulatorios y de infraestructura. Como expone Francisco Solchaga, "las baterías permiten gestionar mejor la energía, almacenarla durante periodos de precios bajos y venderla cuando los precios sean más altos. Combinar fotovoltaica con baterías o con eólica maximiza la continuidad del suministro y optimiza los ingresos".
Sin embargo, todavía falta regulación que facilite el desarrollo de baterías en España, lo que está frenando el potencial de crecimiento de este sector.