El crédito hipotecario se encarecerá en España como consecuencia de los cambios normativos introducidos el pasado mes de noviembre, que modificó el reparto de los gastos del préstamo entre la entidad prestamista y el hipotecado, así como por la ampliación a nueve meses del plazo legal antes de que pueda dar comienzo el proceso de ejecución hipotecaria por impago, frente a los tres meses anteriores, según señala la agencia Fitch.
"Prevemos que el crédito hipotecario residencial será más caro en España después del Real Decreto promulgado en noviembre de 2018 que resultó en un nuevo reparto de los costes hipotecarios entre prestatarios y prestamistas menos favorable a los segundos", señala la agencia.
La calificadora de riesgos, que el pasado viernes mantuvo sin cambios su rating 'A-' con perspectiva estable para la deuda de España, anticipa una subida media del precio de la vivienda del 5% en 2019 y del 4% en 2020, lo que profundizará aún más el deterioro en el acceso a la vivienda en España, puesto que los salarios se incrementarán a menor ritmo que los precios de las casas.
"La accesibilidad de la vivienda continuará su deterioro gradual en 2019, puesto que los salarios se incrementarán más lentamente que los precios de las casas", señala Fitch, advirtiendo de que este fenómeno será más pronunciado en las grandes ciudades, donde la liquidez disponible y los compradores corporativos han impulsado al alza los precios.
Por otro lado, Fitch calcula que al menos la mitad de las nuevas hipotecas en 2019 serán contratadas a tipo fijo, ante la perspectiva de que ofrezcan mejor desempeño en comparación con las hipotecas a tipo variable cuando los tipos de interés suban en el medio plazo, lo que contrasta con el dominio prácticamente absoluto del mercado de los préstamos a tipo variable en el pasado.
Asimismo, la agencia pronostica que el crédito hipotecario nuevo ralentizará su crecimiento al 7,5% en 2019 y al 5% un año después, frente al 10% estimado para 2018, anticipando cierta relajación en la concesión de hipotecas, aunque no espera que los criterios más laxos se trasladen a un empeoramiento de los atrasos en los pagos, que Fitch confía en que se mantendrán en las proximidades del 6%.