Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial y sus socios se unen para abordar los desechos electrónicos

Siete entidades de la ONU se han unido, apoyadas por el Foro Económico Mundial y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) para abordar los desechos electrónicos. Un informe conjunto muestra que el mundo desecha en la actualidad aproximadamente 50 millones de toneladas de desechos electrónicos y eléctricos ('e-waste') por año, mayor en peso que todos los aviones comerciales jamás fabricados, o suficientes torres Eiffel para llenar Manhattan, en Nueva York; pero sólo el 20 por ciento se recicla formalmente.

De manera informal, millones de personas en todo el mundo (más de 600.000 solo en China) trabajan para deshacerse de los desechos electrónicos, gran parte de los cuales se realizan en condiciones de trabajo perjudiciales para la salud y el medio ambiente. El informe, 'Una nueva visión circular para la electrónica: es hora de un reinicio global', presentado este jueves en Davos, dice que tecnologías como la computación en la nube y el Internet de las cosas (IoT) apoyan la "desmaterialización" gradual de la industria electrónica.

Si nada cambia, la Universidad de las Naciones Unidas predice que los desechos electrónicos podrían casi triplicarse a 120 millones de toneladas para 2050. En términos de valor material, esto representa una oportunidad que vale más de 62.500 millones de dólares por año, más que el PIB de la mayoría de los países y tres veces la producción de las minas de plata del mundo.

El informe conjunto exige una nueva visión de la electrónica basada en la economía circular y la necesidad de colaboración con las principales marcas, pequeñas y medianas empresas (PYME), el mundo académico, los sindicatos, la sociedad civil y las asociaciones en un proceso deliberativo para cambiar la situación del sistema. El documento señala la importancia de las nuevas tecnologías, ya que, aunque los desechos electrónicos están creciendo, las tecnologías desde el Internet de las cosas a la computación en la nube muestran un enorme potencial y podrían conducir a una "desmaterialización" y un mejor seguimiento de los productos, la devolución y el reciclaje.

Las principales marcas mundiales, gobiernos y otras organizaciones apoyan la iniciativa con compromisos y proyectos para abordar los desechos electrónicos y construir una economía circular. En concreto, para capturar el valor global de los materiales en los desechos electrónicos y crear cadenas de valor circulares globales, el informe también apunta al uso de nuevas tecnologías para crear modelos de negocios de servicio, un mejor seguimiento de productos y programas de devolución de fabricantes o minoristas.

El documento señala que la eficiencia de los materiales, la infraestructura de reciclaje y la ampliación del volumen y la calidad de los materiales reciclados para satisfacer las necesidades de las cadenas de suministro de productos electrónicos serán esenciales para la producción futura. Y si el sector de la electrónica se apoya con la combinación de políticas adecuada y se administra de la manera correcta, podría llevar a la creación de millones de empleos decentes en todo el mundo, según los autores del informe.

Las organizaciones firmantes del escrito piden la colaboración con multinacionales, PYMES, empresarios, instituciones académicas, sindicatos, sociedad civil y asociaciones para crear una economía circular para la electrónica donde se diseñen los residuos, se reduzca el impacto ambiental y se cree un trabajo decente para millones de personas.

LOS ESFUERZOS ACTUALES, INSUFICIENTES

El nuevo informe apoya el trabajo de la 'E-waste Coalition', que incluye a la Organización Internacional del Trabajo (OIT); la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT); el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI); el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación e Investigación (UNITAR); la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), y Secretarías de los convenios de Basilea y Estocolmo.

El documento expone ejemplos de buenas iniciativas, como la inversión de 2 millones de dólares del Gobierno de Nigeria, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y la Agencia de Medio Ambiente de Naciones Unidas para iniciar la industria formal de reciclaje de desechos electrónicos en Nigeria. La nueva inversión aprovechará más de 13 millones de dólares en financiación adicional del sector privado.

Según la Organización Internacional del Trabajo, en Nigeria más de 100.000 personas trabajan en el sector informal de desechos electrónicos. Esta inversión ayudará a crear un sistema que formalice a estos trabajadores, dándoles un empleo seguro y decente mientras se captura el valor latente en las 500.000 toneladas de desechos electrónicos de Nigeria.

Además, en la región de América Latina y el Caribe, un proyecto de desechos electrónicos de la ONUDI, cofinanciado por el FMAM, busca apoyar el crecimiento económico y social sostenible en 13 países. Desde la modernización de las instalaciones de reciclaje de desechos electrónicos hasta el establecimiento de estrategias nacionales de gestión de desechos electrónicos, la iniciativa adopta un enfoque de economía circular, al tiempo que mejora la cooperación regional.

Otro informe de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE) lanzado hoy por el Foro Económico Mundial, con el apoyo de la Estrategia Accenture, describe un futuro en el que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial proporcionan una herramienta para lograr una economía circular de manera eficiente y efectiva, y donde todos los materiales van acompañados de un conjunto de datos digitales (como un pasaporte o huella digital de los materiales), que crean un "Internet de los materiales".

"Los esfuerzos actuales son insuficientes para abordar este problema de rápido crecimiento. Necesitamos desarrollar políticas innovadoras. Necesitamos establecer y monitorizar objetivos para poder medir si nuestras políticas tienen algún impacto", dice el rector de la UNU, David Malone, subsecretario general de la ONU.