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HRW denuncia que China emplea una aplicación móvil para efectuar detenciones arbitrarias contra la minoría uigur

2 mayo, 2019 10:18

Los residentes de la región están identificados en una base de datos que les sigue a todas partes y juega un papel protagonista en "detenciones arbitrarias" y "vigilancia masiva"

La ONG pro Derechos Humanos Human Rights Watch ha denunciado que las autoridades chinas están recurriendo a una aplicación de telefonía móvil para efectuar "detenciones arbitrarias y vigilancia ilegal masiva" sobre la minoría uigur en la región occidental de Xinjiang.

El informe, de 68 páginas, aporta pruebas de lo que considera "un estado de vigilancia policial" en esta región china escenario de una política de represión sistemática contra 13 millones de musulmanes uigur como parte de una campaña para cercenar lo que Pekín describe como "terrorismo doméstico".

Human Rights Watch asegura que ha conseguido, en este sentido, reproducir la aplicación que las fuerzas de seguridad emplean para identificar a la población uigur ante la llamada Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas, una base de datos que identifica y señala a personas potencialmente amenazadoras para la estabilidad del Gobierno central.

"La Policía de Xinjiang está recabando información de manera ilegal sobre comportamientos perfectamente legales de la población, y la está usando en su contra", según la investigadora de la ONG, Maya Wang. HRW ha conseguido, además, pantallazos de la mencionada aplicación.

La plataforma se centra en 36 tipologías de individuo "sospechoso", desde personas que han dejado de emplear sus teléfonos móviles a fieles que acuden con "excesivo entusiasmo" a las mezquitas, pasando por individuos que "han dejado de socializar con sus vecinos".

Todos los residentes de Xinjiang viven a la sombra de una plataforma que vigila movimientos, facturas o pagos, hasta formar, según HRW, una "verja virtual" que restringe la libertad de movimiento de los individuos según su nivel de amenaza.

"Entras en un centro comercial y de repente suena una alarma", lamenta un ex residente de la zona. "Me metieron en un centro de detención. Les dije 'chicos, soy inocente' y me contestaron que me quedara en mi casa, que no fuera a lugares públicos. Me dijeron que era mejor opción en comparación con lo que me había pasado", explica.

Más ejemplos: el sistema detecta si una persona que está echando gasolina no es propietaria de ese vehículo; emite una alerta a os funcionarios y recomienda la línea de acción a seguir. Un viaje demasiado largo al extranjero, un teléfono "perdido", mensajes "sospechosos" o relaciones interpersonales son motivos de investigación, como la adquisición de un nuevo teléfono.

Sobre la base de estos criterios "tan amplios como dudosos", el sistema acaba estableciendo una red de potenciales sospechosos que acaban interrogados, como mínimo, sin asistencia de su abogado.

HRW recuerda que las autoridades de Xinjiang han recabado datos biológicos de todos los residentes, entre ellos muestras de ADN, huellas dactilares o del iris.

"Bajo el presidente Xi Jinping, un gobierno que ya era represivo se ha convertido en una pesadilla distópica", ha lamentado Wang, quien ha pedido a la comunidad internacional que, dada la imposibilidad de convencer a Pekín para que cambie de actitud, fomenten sus propias políticas de privacidad, para convertir el ejemplo chino en un triste y solitario caso y que esta "práctica espantosa" no se extienda.