La proliferación de los coches eléctricos en las próximas décadas tendrá muchas consecuencias energéticas. Una de ellas tiene relación con las baterías que emplean estos vehículos. El ion litio es preciado por ser una tecnología cara de fabricar y, a día de hoy, la mejor fuente de acumulación de electricidad.
La pregunta es qué se puede hacer con todas esas baterías cuando ya no sirvan para los coches. La consultora McKinsey & Company se ha propuesto responder a esta duda. En primer lugar, señala que en el futuro habrá teravatios-hora repartidos entre todos los automóviles. Una inmensa fuente de acumulación.
Sin embargo, la vida útil de la batería será menor que la de un vehículo, por lo que a los diez años aproximadamente habrá que cambiarla. Para un coche hay que cumplir ciertos estándares: que la batería tenga operativa más del 80% de su capacidad y se descargue como mucho un 5% en 24 horas. Más allá de esto convendrá reemplazarla.
Aun así tiene todavía mucha vida por delante. El reciclaje y la reutilización de las baterías se ha convertido en una necesidad acuciante. Sobe todo debido a la escasez de ciertos materiales, como el cobalto o el propio litio.
Ya se han planteado algunas iniciativas para la reutilización. La francesa Renault ha puesto en marcha un programa llamado 'Advanced Battery Storage'. Su idea es emplear las baterías desgastadas del modelo eléctrico Zoe para crear acumuladores gigantes. De esta forma, una planta solar o eólica podrían almacenar electricidad en momentos de pico, en lugar de verterla toda a la red.
Renault se ha planteado crear acumuladores con 60 MWh de capacidad, suficiente para cubrir las necesidades de un pueblo con 5.000 habitantes. El fabricante de coches se propone hacer aquí algo similar a la batería gigante de Tesla en Australia, pero usando módulos que ya han cumplido su ciclo de vida en los automóviles.
Incluso las baterías de plomo y ácido, las que llevan los coches de combustión interna, tienen solución de reciclaje. El MIT encontró una fórmula para aprovecharlas en la construcción de paneles solares. Un alarde ingenieril para hacer un guiño a las renovables.
Una necesidad global
En su estudio de la situación, McKinsey & Company indica las ventajas de la reutilización de las baterías. Una vez hayan finalizado su vida útil en los coches tendrán que pasar de nuevo por la fábrica para hacer algunos ajustes. Y después podrán servir para otras aplicaciones más exigentes.
La consultora calcula que en el año 2030 habrá disponibles más de 200 GWh en acumulación en baterías de segundo uso. Este volumen sería mayor que la demanda global de ion litio ese mismo año, que constituirá un mercado de 30.000 millones de dólares.
* Este post fue publicado originalmente en Blogthinkbig.com