MADRID, 14 (Portaltic/EP)
Apple ha defendido su colaboración con Estados Unidos en la investigación de los dos iPhones utilizados por los autores del atentado terrorista en una base militar en Pensacola (Estados Unidos) en diciembre, que el FBI le ha reclamado desencriptar.
La compañía de Cupertino ha publicado un comunicado este martes, recogido por Bloomberg, en el que se ha defendido de las acusaciones del director de la agencia, Barr, que aseguraba que la compañía no estaba proporcionando "ayuda sustancial" en el proceso de investigación del atentado, en el que tres soldados estadounidense murieron tiroteados por un miembro del ejército de Arabia Saudí.
"Rechazamos la definición de que Apple no ha proporcionado ayuda sustancial en la investigación de Pensacola. Nuestras respuestas a las varias peticiones desde el ataque han sido rápidas, completas y están en marcha", ha declarado un portavoz de la compañía de tecnológica en el comunicado.
Apple asegura haber respondido "en pocas horas" a las peticiones del FBI, siete en total entre el 6 y el 14 de diciembre, proporcionando información como las copias de seguridad de iCloud, información de la cuenta y datos de transacciones de múltiples cuentas.
La compañía de Cupertino proporcionó al FBI "varios gigabytes de información" en total, que constituyen, según Apple, "toda la información que tenemos". Asimismo, han asegurado que no fueron notificados de la existencia de un segundo iPhone en la investigación hasta el 8 de enero, respondiendo también en horas.
"Continuaremos trabajando con el FBI, y hemos ordenado a nuestros equipos de ingenieros que proporcionen asistencia técnica adicional", ha declarado Apple, que, no obstante, ha recordado también que "no existen las puertas traseras solo para los buenos", en referencia a la imposibilidad de desbloquear los dispositivos encriptados.
Apple ya vivió una situación especial tras el atentado terrorista en San Bernardino (Estados Unidos), que causó 14 muertos en diciembre de 2015. A pesar de las peticiones del gobierno estadounidense se negó a desbloquear los iPhones utilizados por los terroristas. Estados Unidos tuvo que pagar a un grupo de hackers israelí para que encontrase una puerta trasera en los dispositivos.