De las 'Chicas del cable' al 5G: 96 años en los que Telefónica no deja de conectar personas
La operadora se acerca a su centenario fiel a su legado pero con la mente puesta en culminar su transformación digital.
26 abril, 2020 02:33Noticias relacionadas
En la villa de Madrid, el Cine Ideal proyectaba El encanto de New York con Baby Peggy y se inauguraba la nueva temporada de zarzuela con Sol de Sevilla. Ese mismo día, el joven Gumersindo Rico constituyó una nueva sociedad en la notaría de la Carrera de San Jerónimo número 17 que, 96 años después, se convirtió en uno de los pilares del tejido empresarial español y una empresa clave para que los españoles se mantengan conectados durante este confinamiento.
Era el 19 de abril de 1924 y las paradojas de la vida nos dicen que Rico, primer secretario general de Telefónica -entonces constituida como Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE)- tuvo que soportar, como la gran mayoría de los primeros empleados de la operadora, la temida gripe española que solo seis años antes había azotado a nuestro país.
Ha pasado casi un siglo y Telefónica sigue conectando personas. En 1924 lo hacía a través del teléfono y con conexiones que tardaban en producirse casi dos horas y hoy lo hace a través de internet, la televisión y la inteligencia artificial. Diferente tecnología, pero una misma filosofía: conectar personas. Uniendo españoles ahora más que nunca, en momentos de incertidumbre y de alerta sanitaria. De la gripe española al Covid-19, Telefónica siempre ha estado ahí.
“Puede cambiar el mundo, pero nunca cambiará nuestra necesidad de conectar con los demás. 96 años trabajando para que, pase lo que pase, sigamos conectados”, dice la operadora en su campaña lanzada para conmemorar su nuevo aniversario.
Las casualidades del destino han querido que Telefónica celebre su cumpleaños en el momento en el que sus redes han tenido que soportar el mayor tráfico de su historia, pero como en todos los años que le han precedido, ha logrado mantener la conectividad y el servicio.
A punto de cumplir un siglo, Telefónica compite con las grandes tecnológicas extranjeras para ser una compañía digital al servicio de la nueva sociedad conectada. El objetivo del actual presidente, José María Álvarez Pallete, es que la compañía tenga el mismo impacto en sus clientes que Amazon, Microsoft o Google. Convertir una operadora de cables y redes en un proveedor de tecnología.
“Estamos más cerca de convertirnos en la compañía que queremos ser”. En estos momentos, Pallete y su equipo construyen la Telefónica de los siguientes 100 años, pero siempre reivindicando y asumiendo el legado de la compañía, un legado que conviene conocer para entender su ADN. Un relato que está íntimamente ligado a la historia de España y a los avances tecnológicos y sociales del mundo.
Desde las Chicas del cable, pasando por las Matildes, la llegada del hombre a la luna o la explosión de demográfica, siempre ha existido algún vínculo de Telefónica con los españoles. Los teléfonos fijos, las cabinas, los teléfonos móviles, los smartphones, internet, Aura, Movistar Home, Movistar+. Telefónica siempre ha estado ahí.
El primer presidente fue Estanislao de Urquilo y Ussía (1924-1945) que durante sus más de 20 años al frente de la compañía marcaría los comienzos de Telefónica y un propósito principal que, a lo largo de la historia, nunca cambiaría: facilitar la comunicación entre personas.
Eran los tiempos de las Chicas del cable, las operadoras que desde el edificio de Gran Vía 32 conectaban los sueños de cientos de españoles que descubrían poco a poco las bondades de la comunicación a distancia. “¿Con qué población desea hablar? Con Barcelona hay dos horas de demora, cuelgue y le llamaremos”. Durante mucho tiempo ésta fue una de las frases más repetida de las operadoras de Telefónica.
El 1 de enero de 1930 se dieron por finalizadas las obras del edificio de Gran Vía realizado por Luis Ignacio de Cárdenas y que sería, además, el primer rascacielos en España. Sería en este mismo edificio de Telefónica, aún inconcluso, donde se realizaría la primera llamada telefónica entre España y América. Fue un 13 de octubre de 1928 con la conversación entre el rey Alfonso XIII y el presidente de Estados Unidos Calvin Coolidge.
Fue en 1928 cuando se instaló el primer teléfono público de España, en Viana Park, dentro del parque del Retiro. Todavía quedan algunos de sus sucesores en alguna calle de España, dentro una cabina ubicada con un logo de Telefónica antiguo y probablemente con un aparato en desuso. Antes de los teléfonos móviles eran la única vía para comunicarse fuera del hogar.
Y vino la Guerra Civil y la posguerra, tiempos duros para todos los españoles, pero en los que Telefónica siguió creciendo a medida que crecía la necesidad de que todos estuviesen conectados. Una etapa liderada por José Navarro Reverter y Gomis (1945-1965) que estuvo marcada por la fuerte evolución del servicio y cuandoTelefónica alcanzó la cifra de 8,71 teléfonos por cada 100 habitantes.
En 1950 su plantilla ya se situaba en los 14.723 empleados y en 1954 se alcanzó el millón de teléfonos instalados en España. Aunque la demanda superó la capacidad de las instalaciones y se quedaron más de 200.000 peticiones a la espera. Definitivamente la telefonía había llegado para quedarse.
El final de la época de José Navarro y el inicio de la de Antonio Barrera de Irimo (1965-1973) estaría marcada por la llegada de las ya míticas Matildes. Telefónica salía a bolsa y se lanzó una campaña en televisión en la que el actor José Luis López Vázquez hablaba con su mujer Matilde, contándole que había comprado acciones de la operadora “y a Matildita (su hija) también”.
López Vázquez estaba dentro de una cabina de teléfonos haciendo una parodia del mediometraje La cabina, de Antonio Mercero y protagonizada por él mismo, que ganó un Emmy en 1973 y es considerado un clásico del género del terror. La campaña fue todo un éxito y los españoles se lanzaron en masa a comprar Matildes. Entre 1965 y 1973 el capital pasa de 20.000 millones a los 85.000 millones de pesetas.
¿Y la llegada del hombre a la Luna? Telefónica también fue protagonista. En la misión del Apolo XI de 1969, en la que Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en pisar la Luna, se necesitó instalar un circuito transatlántico para la transmisión de datos a gran velocidad. Para monitorizar el recorrido del cohete en el espacio, eran necesarias estaciones de comunicación de características especiales.
Y sólo tres centros en todo el mundo tenían capacidad para cumplir con este cometido y el de Telefónica de Robledo de Chavela fue uno de ellas. Los otros dos se encontraban en Estados Unidos y Australia. Carlos González Pintado fue durante más de cuatro décadas el jefe de operaciones del complejo de Madrid y tiene muchos recuerdos de aquel día histórico para Telefónica y para el mundo.
Como contaba en una entrevista con la propia Telefónica hace un par de años, “poner el pie en la luna era algo simbólico, pero en ese momento ya estábamos en el suelo lunar. Eso era tremendo y desde la base de Madrid pudimos vivirlo de forma exclusiva. Tras el aterrizaje les dijeron a Armstrong y a Aldrin que durmieran un poco y a mí me hizo gracia". La primera foto de la Tierra tomada desde la Luna fue también recibida en la estación de Robledo.
Al comenzar los años 70, Telefónica se convertía en la primera empresa del país con 100.000 accionistas, 20.000 millones de capital y 32.000 empleados en su plantilla. Por esas fechas, en 1971, se produce uno de los desarrollos tecnológicos más innovadores de la historia de la compañía: La Red Especial de Transmisión de Datos, la primera comercial del mundo en su género.
Entrando en la época del presidente Tomás Allende y García-Baxter (1976-1980) se alcanzan los diez millones de teléfonos instalados en España y se logra un nuevo hito en 1981 cuando el Rey Juan Carlos I pone en servicio el teléfono número 12 millones de España.
Un crecimiento que se consolidaría en 1987 cuando Telefónica empieza a cotizar en la Bolsa de Nueva York las acciones que poseía el Banco de España. Hace pocas semanas el propio José María Álvarez Pallete dio la campanada de apertura en Wall Street confirmando que la apuesta la operadora era a largo plazo.
En 1986 Telefónica lanzó Ibertex una aplicación que permitía difundir, a través de una red de telecomunicación, la información desde un sistema informático hasta un terminal en el que los usuarios podían consultarla.
Pero habría que esperar hasta 1990 para que se realizase la primera conexión a Internet en España utilizando IXI, la red paneuropea de alta velocidad, que transmitía a 64 Kbps. Una velocidad que ahora parece irrisoria si se compara con los 600 Mbps que alcanzan las conexiones de fibra óptica, pero que en su época fue una auténtica revolución.
Sería ya en la época de Cándido Velázquez-Gaztelu (1990-1996) y Juan Villalonga Navarro (1996-2000) cuando la telefonía móvil se expandería e internet de alta velocidad llegaría a todos los rincones de España. En 1991 ya había más de 1.000 máquinas conectadas a internet en todo el país.
El año 1994 fue decisivo en el desarrollo de la telefonía móvil, tanto por el proceso de liberalización emprendido como por el cambio de actitud del mercado. Es así como a finales del año el servicio MoviLine rondaba el medio millón de clientes y disponía de una cobertura equivalente al 98% del territorio. Se comienza a implantar la infraestructura de MoviStar, el servicio de telefonía móvil digital de Telefónica.
El 15 de septiembre de 1999, Telefónica hizo una apuesta tecnológica y puso en marcha de manera comercial el ADSL, la conexión de alta velocidad antecesora de la fibra óptica. El argumento comercial fue la simultaneidad de la provisión de la banda ancha con el uso del teléfono trayendo las tarifas planas para disfrutar de Internet, que permitían no estar pendientes del tiempo de conexión.
Es entonces cuando se sobrepasa la cifra del millón de usuarios de internet en el hogar, en su mayoría de gente joven. La actividad más frecuente era la consulta del correo electrónico.
Con la llegada de César Alierta a la presidencia la compañía lanza en 2003 Imagenio, un servicio que incluía servicios de internet de alta velocidad, televisión y vídeo bajo demanda a través del ADSL, sin interferir en el funcionamiento de la línea telefónica. Pero lo mejor estaría por llegar. En 2003 Telefónica trae en exclusiva el smartphone que cambiaría el mundo: el iPhone 3G. Las colas en la sede de Gran Vía (reconvertida ya en una Flagship), empezaron a las siete de la tarde del día anterior.
Y vendría la revolución tecnológica. En 2011 crearon la aceleradora Wayra, para apoyar a emprendedores y start-ups y poco tiempo después nacía Open Future con estos mismos objetivos. Se comenzaba a gestar la cuarta plataforma de la operadora, la de los datos, el cloud, la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT).
Pero antes llegaría la gran revolución comercial. En el año 2012 nació Movistar Fusión de la mano del presidente de Telefónica España de ese entonces, Luis Miguel Gilpérez. El producto unía por primera vez en una sola tarifa internet, líneas móviles, linea fija y televisión. La convergencia alcanzaría su maduración con la compra de Digital+ en 2015 y el nacimiento de Movistar+ como operador, pero también como factoría de contenidos.
En 2016 llega José María Álvarez Pallete a la presidencia con el objetivo de convertir todo este legado en una nueva Telefónica, una compañía digital para los próximos 100 años. Bajo el mandado de Pallete se ha logrado el despliegue de red de fibra óptica más grande de Europa y Latinoamérica, tener más clientes de fibra en España que en Alemania, Reino Unido, Francia e Italia juntos y ser protagonista de la llegada del 5G tecnología que ya se ha lanzado en Inglaterra y que en los próximos meses lo hará a España.
Pallete es un convencido de que Telefónica debe ser un actor principal de la revolución digital y social y que no hay que mantener el statu quo ante el desafío tecnológico. El modelo telco está agotado y hay que "ir más allá" combinando lo mejor de la vieja Telefónica -infraestructura de redes, capilaridad comercial, marcas fuertes y experiencia de cliente- junto con lo mejor de la nueva: unidades tecnológicas punteras e infraestructuras de última generación.
Es la Telefónica de los próximos 100 años, una Telefónica basada en los datos, en la inteligencia artificial y en un nuevo contrato social en el que la compañía debe participar de la digitalización junto con sus clientes.
Han pasado 96 años y las Chicas del cable ya no conectan Murcia con Bilbao, pocos saben que sus acciones en algún momento se llamaron Matildes o que el edificio de Gran Vía alguna vez fue el centro neurálgico de las telecomunicaciones de España, pero Telefónica sigue apostando por lo mismo: conectividad y acercar a las personas, antes con teleoperadoras, hoy con 5G, la tecnología ultrarrápida de datos móviles.
96 años después Telefónica tiene 344,3 millones de accesos en todo el mundo, 48.422 millones de euros en ingresos anuales, 1,6 millones de kilómetros de fibra desplegada en todo el mundo, 128 millones de unidades inmobiliarias pasadas, 96% de cobertura de 4G en Europa y 73% en Latinoamérica, 113.819 empleados en todo el mundo. Y un propósito: seguir siendo la principal plataforma de conectividad de sus clientes y la puerta a los servicios del mundo digital.
*Artículo realizado con la colaboración del equipo de redes sociales de Telefónica.