Fachada de la sede de Grupo MásMovil en Madrid.

Fachada de la sede de Grupo MásMovil en Madrid. Marta Fernández Europa Press

Tecnología

La nueva MásMóvil-Vodafone nacería con una deuda de 10.000 millones y sin capacidad de inversión

Si los amarillos compran a los rojos la compañía resultante tendría una deuda inicial equivalente al 77% de su valor total.

18 marzo, 2021 02:05

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La posible integración entre Vodafone y MásMóvil para crear el segundo operador español de telecomunicaciones se está convirtiendo en una partida de ajedrez en la que ninguno de los dos contendientes se niega a claudicar. Es una realidad que las dos operadoras llevan meses buscando puntos en común, pero no es menos cierto que se avanza de manera lenta y sin desbloquear cosas tan básicas como la fórmula de integración.

Hace unas semanas existía un cierto consenso en que las dos operadoras buscaban una joint venture en la que participar al 50% y solo faltaba acuerdo en la valoración de las compañías. No obstante, fue imposible acercar posturas lo que obligó a MásMóvil a mover ficha y a poner 7.500 millones de euros sobre la mesa para intentar volver al plan original de comprar los activos de la británica en España, según contó Vozpópuli.

Una operación que, como ha adelantado Expansión y ha confirmado Invertia, estaría avalada por BNP Paribas y un crédito de aproximadamente el 90% del valor total, entre unos 6.800 y 7.000 millones de euros. Por su parte, los actuales dueños de MásMóvil, Lorca Telecom, aportarían entre 700 y 500 millones.

Unas cifras que asustan al mercado ya que de confirmarse esta operación -una integración en la que Vodafone tendría la última palabra- estaríamos ante una nueva entidad que nacería completamente endeudada y sin capacidad industrial ni de inversión.

Fuentes financieras cercanas a la operación indican que de cerrarse una venta de estas características la nueva entidad resultante tendría una deuda inicial de más de 10.000 millones de euros. A los 7.000 millones de deuda que contraería Lorca (KKR, Cinven y Providence) se sumarían los 2.000 millones de deuda que ya tiene MásMóvil, más la deuda que pudiese tener actualmente Vodafone España.

Deuda insostenible

Esto significa que la nueva entidad resultante tendría una deuda equivalente al 77% de su tamaño potencial, fijado en fuentes financieras por encima de los 13.000 millones de euros. Algo completamente insostenible para una compañía que se convertiría de facto en la segunda mayor operadora española tras Telefónica.

Incluso si se hacen realidad las sinergias que plantea HSBC, de casi 3.000 millones, el problema además pasa por los elevados intereses que generaría esta deuda en un contexto ultracompetitivo del mercado español. Las fuentes consultadas hablan de un interés anual no menor del 3% al 4%, lo que elevaría los pagos a 300 o 400 millones de euros cada año.

Pagar esta cifra anualmente, sólo en intereses, complicaría mucho la marcha financiera de la compañía y la generación de caja. Según un reciente informe de Santander Investment la entidad resultante de la unión de Vodafone y MásMóvil tendría unos ingresos anuales de 5.977 millones de euros y un Ebitda de 1.477 millones de euros, por lo que pagar entre 300 y 400 millones cada año restaría a la nueva compañía una importante capacidad de inversión.

Todo ello en momentos en que el despliegue del 5G y de las redes de fibra óptica es uno de los pilares de la digitalización de España. La reconstrucción económica que va de la mano de los fondos europeos, requiere operadores fuertes y saneados que puedan afrontar compromisos de despliegue de redes y que no estén en manos de bancos de inversión que como acreedores supediten el futuro de la compañía resultante.

Del mismo modo, para buscar la rentabilidad de este nuevo gigante altamente apalancado en la deuda sería necesario un inevitable recorte masivo de costes, la desinversión de activos de red, y se recortaría su capacidad de inversión en nuevas infraestructuras de red (fibra y 5G).

Valoración de activos

Un escenario que es precisamente el opuesto al que se necesita en estos momentos, donde el desarrollo de infraestructuras -se ha comprobado el valor estratégico de las mismas durante la pandemia - y el compromiso con el desarrollo de la economía y la sociedad para la transformación y la digitalización de la economía (unos de los pilares estratégicos del plan del Gobierno) pasa por operadores con visión industrial, de futuro y vocación de permanencia.

Con todo, muchas cosas tendrían que cambiar para que se llegue a buen puerto esta integración. Vodafone y MásMóvil quieren liderar por su cuenta el grupo resultante y los amarillos insisten en que su valoración total debe ser similar al de Vodafone España, pese a que el valor en libros de los británicos es superior a 6.000 millones y la compra reciente de los fondos valoró MásMóvil en 3.000 millones más deuda.

Por otro lado, las fuentes consultadas le otorgan un valor de mercado de entre 7.000 a 5.500 millones, frente a los 4.500 de MásMóvil. Del mismo modo, Vodafone tiene unos ingresos de 4.200 millones y un Ebitda de 1.000 millones y MásMóvil de 1.800 millones y unos 600 millones, respectivamente. Tamaños que no son equiparables.