Vodafone España ha cerrado su último ejercicio fiscal, que concluyó el pasado 31 de marzo, con unos ingresos totales de 4.180 millones de euros, lo que supone un 0,3% más que los 4.166 millones de euros que facturó el año fiscal anterior.
En un comunicado, Vodafone señala que estos resultados se han visto respaldados por el incremento de ventas por terminales y dispositivos, que logró compensar el descenso del 2% registrado por los ingresos por servicio.
La operadora achaca esta caída a la competencia en precios en España, que se ha visto parcialmente compensada por los ingresos por roaming y turistas, así como por el aumento de la demanda en el segmento de empresas y administraciones públicas.
Por otro lado, Vodafone informa de que su resultado bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 957 millones de euros en su último ejercicio fiscal, lo que supone un descenso del 1,1% en términos orgánicos y del 8,3% en reportados respecto a los 1.044 millones de euros comunicados hace un año.
Este menor resultado bruto de explotación es consecuencia de la caída marcada por los ingresos por servicio, que se ha visto parcialmente compensada por los ahorros de costes generados. Asimismo, el margen de Ebitda disminuyó en 0,3 puntos porcentuales.
"El compromiso de la compañía con la digitalización y la reducción de costes, un nuevo modelo organizativo y una cultura más ágil permitieron mantener un performance financiero consistente", remarca la operadora.
Asimismo, Vodafone agrega que en este ejercicio finalizó su plan de reestructuración, cambiando el modelo de gestión de las tiendas propias a franquicias y optimizando otras áreas de la organización.
Resultados comerciales
En cuanto a la actividad comercial, Vodafone señala que esta se vio parcialmente impactada por la "continua competitividad de precios en el segmento de valor". No obstante, la operadora afirma que se ha producido "una mejora gradual" hacia el final del año fiscal, lo que refleja el "continuo impulso para mejorar la fidelidad de los clientes".
En este contexto, la base de clientes móviles de contrato se mantuvo estable, en los 11,4 millones, apoyada por la fuerte demanda del sector público. Por su parte, la base de clientes de banda ancha se redujo en 164.000, hasta los tres millones, mientras que los de televisión bajaron en 88.000, hasta 1,5 millones.
Por otra parte, Lowi, la marca con la que Vodafone compite en el bajo cote, creció en 310.000 líneas en el año, hasta alcanzar 1,5 millones. Sólo en el cuarto trimestre la segunda marca de la operadora europea se hizo con 82.000 altas netas.