Los activos de los operadores de telecomunicaciones, especialmente los relacionados con las infraestructuras, han gozado de una alta popularidad entre los inversores en los últimos años y han protagonizado importantes operaciones corporativas. Sin embargo, las subidas previstas de los tipos de interés podrían suponer un freno a estos movimientos que han ayudado a las operadoras a sanear sus cuentas en los últimos años.
"Las ventas de activos podrían ralentizarse". Así lo asegura la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) en la última actualización de sus perspectivas para el sector europeo de las telecomunicaciones cuando habla del impacto que pueden tener los aumentos de los tipos de interés en la industria.
En concreto, explica que estas subidas pueden "erosionar" los elevados múltiplos de valoración que han registrado en los últimos años este tipo de activos de telecomunicaciones y hacer que se reduzca el número de potenciales pretendientes dispuestos a invertir en ellos.
En esta misma línea, Scope Ratings también apunta que el aumento de los tipos de interés, sumado a unas perspectivas de bajo crecimiento para el sector de telecomunicaciones europeo y la reticencia de muchos operadores a perder el control de sus infraestructuras, reducirá el número de operaciones en torno a los activos de las operadoras.
De esta manera, se pondría fin a varios años en los que prácticamente todas las grandes operadoras de telecomunicaciones del Viejo Continente han aprovechado el atractivo que tenían sus activos de infraestructuras entre los inversores para monetizarlos y aumentar su flexibilidad financiera.
Venta de torres
Los inversores veían en las infraestructuras de telecomunicaciones un activo estable, caracterizado por un crecimiento orgánico moderado, pero sostenido, y con visibilidad de estabilidad en el tiempo, debido a que los contratos de prestación de servicios son siempre a largo plazo y ajenos a los vaivenes del mercado.
El último de estos movimientos para poner en valor estos activos tuvo lugar la pasada semana con la venta del 51% de la filial de torres en Alemania y Austria de Deutsche Telekom a Digital Bridge y Brookfield. Antes Orange escindió sus torres en una empresa independiente (Totem) y Vodafone las sacó a bolsa a través de su filial Vantage Towers.
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Telefónica también quiso aprovechar el interés del mercado por las infraestructuras de telecomunicaciones y en enero de 2021 su filial Telxius vendió casi 24.000 torres en España y Alemania a American Tower (ATC) por 7.700 millones de euros y unos múltiplos de valoración récord entonces: 30,5 veces el resultado bruto de explotación (Oibda).
Todas estas operaciones han ayudado además a las operadoras a sanear sus balances y a reducir sus niveles de deuda en un periodo complicado para el sector. Y es que la elevada competencia y la alta fragmentación del sector en Europa han lastrado las cuentas de resultados de las operadoras en los últimos años con continuos descensos de los ingresos.
Puerto seguro
Por otro lado, el informe semestral elaborado por Standard & Poor's también apunta a que en caso de que la economía europea entre en recesión durante los próximos meses, el sector de las telecomunicaciones es "un puerto relativamente seguro".
En su opinión, la naturaleza de "servicio público" que ha adquirido la industria en los últimos tiempos debería ayudar a las empresas a "amortiguar la volatilidad" del escenario económico general.
En concreto, la agencia prevé que el sector registre un crecimiento "modesto" de los ingresos, de entre un 1% y 3%. Además, tampoco espera que una posible recesión tenga un elevado impacto en el nivel de endeudamiento de las operadoras, ni siquiera en el peor escenario ni para aquellas que se encuentran en peor situación económica.
Respecto a la elevada inflación, S&P señala que el impacto está siendo menor para las operadoras de telecomunicaciones que para otros sectores. Sin embargo, sí le están afectando en la partida de gastos, debido por ejemplo al aumento de los precios de la energía, los materiales o los salarios. Y esto, a su vez, supone un riesgo para sus márgenes y sus planes de inversión.
No obstante, advierte de que aumentar los precios apoyándose en la elevada inflación es algo que las operadoras deben "gestionar con cuidado". En este sentido, apuntan que pueden justificar esas subidas en el aumento de sus costes o en el valor no monetizado que proporcionaron durante la pandemia de la Covid-19.
Sin embargo, también advierte de que unas subidas de precios agresivas que trasladen al cliente todo el impacto de la alta inflación pueden verse como "una extralimitación". "Si se considera que se están aprovechando de la inflación, los operadores pueden, sin darse cuenta, abrir la puerta a la competencia o al análisis de los reguladores", agrega.