Nuevos contratiempos para la industria mundial de los semiconductores. El previsible descenso en los próximos meses de las ventas de ordenadores y smartphones como consecuencia del empeoramiento de las perspectivas económicas globales va a suponer una amenaza para las cuentas económicas de los grandes fabricantes mundiales de chips.
Las previsiones de las principales empresas del sector y las firmas de análisis ya constatan una menor demanda de chips para la fabricación de dispositivos electrónicos de cara a la segunda mitad de este año. Un escenario que va a frenar el crecimiento de la facturación de estas compañías en 2022 y que puede provocar incluso una caída de sus ingresos en 2023.
La firma de análisis Gartner ha recortado en 36.700 millones de dólares (35.723 millones de euros) su previsión de ingresos de la industria global de los semiconductores respecto a la realizada en abril, hasta los 639.218 millones de dólares (622.119 millones de euros), debido a las peores perspectivas económicas globales.
Esto supone que las empresas de chips facturarán este año un 7,4% más que en 2021. No obstante, este dato indica una ralentización de la tendencia de crecimiento del sector, ya que es bastante inferior a la subida del 26,3% que registró el pasado año, cuando alcanzó los 594.952 millones de dólares (579.177 millones de euros).
Sin embargo, la consultora prevé que la situación de este mercado empeore aún más el próximo ejercicio y anticipa que los ingresos de la industria de los semiconductores caerán un 2,5% en 2023, hasta situarse en los 623.087 millones de dólares (606.588 millones de euros).
Mercado de consumo
La consultora tecnológica explica que esta ralentización tiene su origen en una caída tanto de la demanda como de los precios de las memorias de dispositivos electrónicos, especialmente en áreas relacionadas con el mercado de consumo, como los ordenadores y los teléfonos inteligentes.
En concreto, prevé que las ventas de ordenadores desciendan un 13,1% en 2022 tras dos años de crecimiento, lo que hará que los ingresos que obtienen los fabricantes de semiconductores para estos dispositivos caigan un 5,4%. En el caso de las empresas de chips para smartphones, el aumento de sus ingresos se ralentizará desde el 24,5% de 2021 hasta el 3,1%.
Esta menor demanda contrasta con la recuperación de la oferta tras los problemas de escasez de chips que se han registrado en los últimos tiempos. En concreto, Gartner apunta que los inventarios se están recuperando con rapidez, los plazos de entrega comienzan a reducirse y los precios comienzan a caer.
"Aunque la escasez de chips está disminuyendo, el mercado mundial de semiconductores está entrando en un período de debilidad, que persistirá hasta 2023, cuando se prevé que los ingresos de las empresas de semiconductores disminuyan un 2,5%", remarca Richard Gordon, vicepresidente de Gartner.
En este sentido, Gordon detalla que esa debilidad ya es una realidad en algunos mercados de productos que requieren de semiconductores para su fabricación, sobre todo aquellos que están más expuestos a la capacidad de gasto de los consumidores.
En concreto, remarca que el aumento de la inflación, los tipos de interés y los impuestos, junto con unos precios más elevados de la energía y el combustible, están ejerciendo presión sobre los ingresos disponibles de los consumidores. Y esto, a su vez, está afectando al gasto que realizan en dispositivos electrónicos como ordenadores y smartphones.
Grandes fabricantes
Pero no solo las firmas de análisis anticipan una contracción de la demanda de semiconductores para los próximos meses. Los propios fabricantes vaticinan un peor comportamiento de su negocio de chips para el mercado de dispositivos electrónicos de consumo en la segunda mitad del año 2022.
Por ejemplo, Samsung espera un freno de la demanda de chips para ordenadores y dispositivos móviles debido al debilitamiento de la confianza del consumidor por el entorno macroeconómico. "Seguiremos vigilando la evolución de la demanda en medio de una fuerte inestabilidad y riesgos de una ralentización económica", subraya la compañía surcoreana.
En esta misma línea, Qualcomm ha revisado a la baja su previsión para su próximo trimestre fiscal ante el impacto de la incertidumbre económica en el gasto de los consumidores, mientras que Intel alerta de que los fabricantes de ordenadores con los que trabaja están reduciendo sus niveles de inventario y producción a mínimos que no se veían de la última década.
TSCM, la mayor empresa de semiconductores del mundo, también cree que este menor volumen de demanda de chips para ordenadores y teléfonos se mantendrá hasta bien entrado 2023. No obstante, agrega que tras dos años con unos elevados niveles de demanda impulsados por la pandemia de la Covid-19 y las medidas de confinamiento, "este tipo de ajuste es razonable".
Buenas noticias
De hecho, pese a la menor demanda de chips y a la peor evolución de los ingresos, los analistas restan importancia a este periodo de debilidad que va a atravesar el sector. "El mercado de los semiconductores está entrando en un ciclo descendente, que no es nuevo y que ha sucedido muchas veces antes", recuerda Gordon.
Y es que, pese al descenso previsto para el mercado de consumo, los ingresos derivados de la fabricación de semiconductores para centros de datos seguirán mostrando un comportamiento "resistente", con un crecimiento del 20% en 2022, debido a la continua inversión en infraestructura en la nube.
A ello se suma el crecimiento de dos dígitos que se espera en el negocio de la industria de los chips vinculado al sector de la automoción. "En los próximos tres años, el negocio de los semiconductores para vehículos aumentará debido a la transición a los coches eléctricos y autónomos", incide Gordon.