La falta de autonomía en el campo de la producción de chips no es el único riesgo al que debe hacer frente Europa para solventar sus problemas de soberanía en el ámbito digital. El Viejo Continente mantiene también una alta dependencia de fabricantes extranjeros en la fabricación de cables de fibra óptica, lo que podría llegar a poner en peligro el cumplimiento los objetivos de conectividad de la región.
El despliegue de redes de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) está creciendo a un ritmo sin precedentes tanto en Europa como en el resto del mundo. Un hecho que, sumado al desarrollo acelerado de las primeras redes de 5G y al auge de los centros de datos, ha provocado que la demanda de este producto no haya parado de crecer en los últimos años, ni esté previsto que lo haga a corto plazo.
Un estudio de Precedence Research recogido por el fabricante estadounidense de cables de fibra óptica ZMS Cable estima que el mercado global de la fibra óptica alcanzará un valor de unos 11.100 millones de dólares (unos 11.100 millones de euros) en 2030, con un crecimiento medio anual del 9,3%.
Sin embargo, existe el riesgo de que los fabricantes no sean capaces de alcanzar una producción suficiente para atender la demanda y de que aquellas regiones que menos autonomía tienen vean peligrar por ello sus planes de despliegue. Tampoco ayuda que, tras años de fuertes descensos, el precio de los cables de fibra se haya incrementado más del 70% en poco más de un año por la subida de los costes de la energía y la escasez de algunos materiales.
Los expertos y fabricantes no se ponen de acuerdo en si en estos momentos existe un problema de escasez de cables de fibra. Por ejemplo, para ZMS Cable sí existe dicha escasez, mientras que su rival europeo Prysmian Group cree se trata más bien de un problema temporal provocado en parte por los altos costes de producción.
En una entrevista a EL ESPAÑOL-Invertia, Vincent Garnier, director general de FTTH Council Europe, no cree que "escasez" sea el término adecuado, pero sí admite que Europa atraviesa un situación "difícil". Así, apunta que a nivel mundial la industria está elevando sus inversiones para aumentar su capacidad de satisfacer las necesidades del mercado, pero cada región muestra un escenario diferente "dependiendo de cuán autosuficiente sea".
"La tensa situación en la que se encuentra actualmente la cadena de suministro de fibra no ha supuesto un cuello de botella real per se hasta el momento, también gracias a los esfuerzos realizados por los fabricantes de cables europeos para aumentar su capacidad productiva. Pero las circunstancias pueden cambiar, dependiendo de las prioridades que establezcan los fabricantes", explica.
Falta de autonomía
El presidente de la asociación europea de la industria de la fibra destaca que el Viejo Continente tiene un problema de falta de autonomía y dependencia de otros mercados en cuanto a producción de fibra. Europa acapara casi el 13% de la demanda mundial de fibra, una cifra que está por encima de su capacidad de producción.
En concreto, Garnier destaca que Europa representa en la actualidad menos del 10% de la producción de fibra mundial, lo que hace que la región no sea autónoma en la fabricación de este componente crítico, a pesar de que cuenta con algunos campeones mundiales de la industria.
"La larga tradición de Europa de abrir el comercio con otras regiones, combinada con los altos costes de fabricación locales (en particular, los costes de energía y de mano de obra), hacen que el continente siga estando insuficientemente aprovisionado por el momento", incide.
Así, añade que el Viejo Continente depende de fabricantes extranjeros, quienes tienden a priorizar su propio mercado cuando se trata de suministro de productos. Un fenómeno que se ve amplificado por los precios promedio más bajos que se pagan generalmente en Europa frente a otras regiones, en particular América del Norte.
No obstante, Garnier destaca que la industria europea de la fibra ya está trabajando para mejorar su cadena de suministro. De hecho, remarca que los principales fabricantes están invirtiendo para aumentar su producción en la región y recientemente se han puesto en marcha nuevas instalaciones para fabricar cables de fibra.
Asimismo, incide que en que son necesarios dos factores para que mejore la autonomía de Europea en cuanto a la fabricación de fibra: infundir confianza a los fabricantes locales de que la competencia será "justa y sostenible" y garantizar un precio de mercado justo que les permita hacer frente a unos costes energéticos "extremadamente altos" que Europa está experimentando en la actualidad.
Más producción
Precisamente Corning, el mayor fabricante del mundo de fibra óptica, ha abierto hace unos días una nueva planta de producción en Mszczonów (Polonia), que se ha convertido en una de las más grandes que existen en la actualidad en la Unión Europea.
Con ella la compañía refuerza su capacidad de producción en Polonia para cumplir con la creciente demanda en la región. De hecho, espera ser capaz de cubrir el 30% de la demanda del Viejo Continente el próximo año.
Aprovechando la inauguración de esta nueva planta, Wendell Weeks, consejero delegado de Corning, dio una entrevista a Financial Times, en la que advierte de que Europa necesita una cadena de suministro "mucho más resistente y autosuficiente" para hacer frente a un mercado ajustado y al enorme crecimiento que se espera que registre la demanda de un material crucial para el desarrollo digital del continente.
"Realmente no tenéis una cadena de suministro sólida en Europa", advirtió Weeks, quien añadió que la cadena de suministro global no es como se pensaba que era y los fabricantes como Corning deben asumir la responsabilidad de producir más cerca de sus clientes.
Precio de la fibra
Aunque tanto Garnier como Weeks señalan que el precio de la fibra no es un motivo de excesiva preocupación entre las empresas del sector y por el momento no está previsto que impacte en los planes de despliegue de los operadores, es cierto que su evolución en los últimos años ha sufrido importantes vaivenes.
Durante la pasada década el precio de la fibra en Europa descendió de forma precipitada, en parte por la agresiva competencia en precio que llegaba de productores de otras regiones. Y al mismo tiempo algunos grandes fabricantes decidieron destinar parte de su capacidad a mercados que eran más rentables, como América del Norte.
Sin embargo, desde marzo de 2021 las empresas que forman parte de FTTH Council Europe han informado de un incremento de los costes de producción desde marzo, en parte por la escasez de algunos componentes cruciales para su fabricación como el helio, el octametilo y el silicio, así como por los crecientes costes de la energía.
El análisis de ZMS Cable estima que el precio de la fibra se ha incrementado un 70% de los valores mínimos que alcanzó en marzo de 2021, ya que aumentó desde los 3,7 dólares por kilómetro hasta los 6,3 dólares por kilómetro.
Michael Finch, analista de la firma Cru, advierte en un reciente informe recogido por Financial Times de que el coste de despliegue de redes se ha duplicado de forma repentina y ha despertado dudas sobre si los países serán capaces de "cumplir los objetivos establecidos para la construcción de infraestructura" y si esto podría tener un impacto en la conectividad global.
"El precio, la vida útil, la capacidad y el mantenimiento limitan el desarrollo de la industria de la fibra óptica. Aunque existe un gran potencial para el desarrollo de cables de fibra óptica, el mercado es muy competitivo. Y los aspectos políticos y técnicos aportan incertidumbres. Todavía existen algunos riesgos en su proceso de desarrollo", concluye ZMS Cable.