La rebaja del IVA de los productos básicos de alimentación que entró en vigor este 1 de enero va a generar una "vorágine caótica de trabajo" tanto para los supermercados como para sus proveedores tecnológicos, ya que los sistemas informáticos de estos establecimientos, así como los de la propia Administración tributaria, no estaban preparados para aplicar en tan corto plazo de tiempo un cambio tan relevante.
Así lo advierte la Confederación Española de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Conetic), que acusa al Gobierno de haber tomado una vez más "decisiones improvisadas", evitando toda planificación y asesoramiento por parte de los profesionales de los sectores afectados.
Desde Conetic no cuestionan la decisión del Gobierno de rebajar el IVA de los alimentos básicos. De hecho, aseguran que las reformas aprobadas serán "necesarias y probablemente de provecho". Sin embargo, sí critican "la celeridad y la falta de previsión" con las que se han adoptado.
Así, las empresas tecnológicas advierten de que los cambios aplicados no contemplan la cadena de acciones que deben desarrollar para ponerlas en marcha tanto las empresas comercializadoras de los productos como las compañías proveedoras de soluciones tecnológicas.
Un escenario que, según advierten, aboca al sector a una "vorágine caótica de trabajo", debido a esta falta de previsión y conocimiento. En su opinión, esto generará "un descontento generalizado, un importante pico de estrés, el desgaste en la relación con empleados y proveedores, y miles de quejas relacionadas con la nula viabilidad en cuanto a los plazos de desarrollo, instalación y actualización de los sistemas informáticos".
"Es una nueva demostración de absoluto desconocimiento de la realidad empresarial del sector y, cómo no, de las modificaciones y actualizaciones necesarias en los sistemas informáticos de gestión y comercialización de dichas compañías", inciden.
Asimismo, la organización añade que ni siquiera los propios sistemas informáticos de la administración estaban preparados a fecha de 29 de diciembre para esta nueva realidad, lo que genera aún mayor incertidumbre a las empresas tecnológicas a la hora de operar en este nuevo escenario de rebaja del IVA.
Administración tributaria
En concreto, detalla que el tipo impositivo 0% no está soportado por el Suministro Inmediato de Información (SII), el sistema de tramitación desarrollado por la Agencia Tributaria (AEAT) para la gestión electrónica de los libros registro del IVA. Tampoco por TicketBAI, el sistema para el envío y certificación de las facturas emitidas de todas las actividades económicas por las Haciendas Forales.
En las pruebas realizadas estos días, las empresas TIC se están encontrando con que el sistema rechaza este tipo de facturas indicando que el tipo impositivo es un campo obligatorio y ha de ser distinto de '0'. Desde la AEAT han trasladado a Conetic que no disponen de información al respecto, al ser algo aprobado recientemente en Consejo de Ministros.
Asimismo, también añaden que el nuevo recargo de equivalencia (un régimen especial de IVA que es obligatorio para autónomos que vendan al cliente final) del 0,625% no está publicado en la AEAT como tipo vigente, ni saben si lo estará, al ser algo temporal para 3 o 6 meses.
Además, tanto en el SII y el TicketBAI, como en el Modelo 303 (el formulario de declaración trimestral del IVA), todos los campos de tipos impositivos están definidos con dos decimales para los ejercicios 2022 y 2023, mientras que un recargo de equivalencia del 0,625% requiere de tres decimales.
"De modo que ni tan siquiera podemos comenzar a trabajar en una adaptación definitiva a los nuevos requerimientos, pues las empresas TIC proveedoras de soluciones de gestión estamos pendiente de si finalmente se modificará el SII y el Modelo 303 o bien se cambiará lo publicado en el BOE por un valor con 2 decimales", resaltan.
Desde la asociación señalan que lo que está ocurriendo con el IVA de los alimentos básicos recuerda a lo que sucedió con el lanzamiento de la bonificación de 20 céntimos al combustible. Entonces las compañías TIC se vieron obligadas a desarrollar una serie de acciones precipitadas que desembocaron en un descontento generalizado por parte de las compañías comercializadoras.