El debate sobre si las grandes tecnológicas deben o no financiar las redes de telecomunicaciones sigue marcando la agenda de esta edición del Mobile World Congress (MWC). Este martes ha sido el turno de Netflix, quien ha mostrado su rechazo a esta posibilidad e incluso ha apuntado que la plataforma de streaming tiene argumentos para pedir a las operadores que le paguen por su contenido, pero no lo harán por el bien de todo el ecosistema.

El co consejero delegado de Netflix Greg Peters ha elegido el mayor evento mundial de la industria de la tecnología móvil para dar su primer gran discurso desde que asumiera este cargo el pasado mes de enero tras el paso atrás dado por el fundador de la compañía de streaming Reed Hastings. 

Buen parte de su intervención se ha centrado en intentar desmontar los argumentos en los que las operadoras de telecomunicaciones basan su petición de que las 'Big Tech' financien el despliegue y el mantenimiento de sus redes y en advertir de los riesgos que una medida de estas características acarrearía. 

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El primer argumento esgrimido por Peters es el de la doble imposición. El directivo ha recordado que los clientes de las operadoras de telecomunicaciones, que son los que impulsar el crecimiento del tráfico, ya financian el desarrollo de la red con las tarifas que pagan cada mes.

Por ello, el co consejero delegado de Netflix ha incidido en que exigir a las empresas de entretenimiento que también paguen por las redes "significaría que las operadoras cobran dos veces por la misma infraestructura".

Logo de Netflix en la pantalla de un teléfono móvil frente a un televisor.

Asimismo, ha citado a la asociación europea de consumidores BEUC para subrayar que no existe ninguna evidencia de que estos gravámenes a las 'Big Tech' se vayan a trasladar a los consumidores en forma de precios más bajos o una mejor infraestructura. Además, ha recordado que los márgenes operativos de Netflix son "significativamente más bajos" que los de British Telecom o Deutsche Telekom.

Otro de los argumentos en contra de la petición de las operadoras se basa en que los datos demuestran que un mayor tráfico no se traduce necesariamente en un mayor coste para las 'telecos'. De hecho, ha apuntado que mientras en la última década el tráfico de Internet ha crecido de media un 30% al año, el coste de las operadoras se ha mantenido estable.

Inversiones

Por otro lado, Peters también ha incidido en las fuertes inversiones que ha realizado la plataforma en los últimos cinco años: más de 60.000 millones solo en contenido, lo que equivale a aproximadamente el 50% de sus ingresos totales.

"Este el papel que desempeñamos en la creación de un círculo virtuoso: contenido mejor y más variado, lo que hace que más personas estén dispuestas a pagar por mejores servicios de banda ancha", ha subrayado. 

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En resumen, Peters ha apuntado que las plataformas de entretenimiento podrían argumentar "con facilidad" que los operadores de red deberían compensar a las empresas de entretenimiento por el coste de su contenido, "exactamente como sucedió con el antiguo modelo de televisión de pago".

"Pero, no estamos pidiendo eso. Creo que el mejor enfoque es que las empresas de entretenimiento y los operadores se centren en lo que cada uno de ellos hace mejor para crear una marea creciente que impulse todos los barcos", ha asegurado.

Efectos adversos

Por otro lado, Peters también ha advertido de que obligar a las grandes tecnológicas a financiar las redes tendría un "efecto adverso", ya que reducirá la inversión en contenido. En su opinión, esto perjudicaría a la comunidad creativa, al atractivo de los paquetes de banda ancha de mayor precio y, en última instancia, a los consumidores.

Además, ha subrayado que, a medida que los grupos audiovisuales tradicionales vayan cambiando de una emisión lineal a una streaming acabarían generando una cantidad "significativa" de tráfico en Internet mayor a la de plataformas como Netflix, dada la audiencia que tienen actualmente. Y eso supondría que ellos también tendrían que acabar pagando las redes.