Las redes de ADSL tienen los días contados en España. El masivo despliegue de fibra óptica que han llevado a cabo los operadores de telecomunicaciones en España, una tecnología con unas prestaciones muy superiores a las de la red de cable, ha permitido poner fecha de cierre a todas las centrales de cobre de Telefónica en el país. Salvo a una: San Marcial, situada en pleno casco histórico de San Sebastián.
Las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar la operadora para desplegar la red de fibra que sustituirá al cobre en esta parte de la ciudad como consecuencia de las exigencias del ayuntamiento donostiarra llevó a Telefónica a pedir la suspensión (que no la paralización) del cierre. Esta fue autorizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al considerar que existían "causas objetivas" para ello.
Según explica el regulador en una reciente entrada en su blog, el proceso de cierre de las 8.532 centrales de cobre que tiene Telefónica en España se inició en 2009, cuando se definieron las condiciones en las que se llevaría a cabo para evitar cualquier tipo de incidencia.
Las dos primeras centrales se cerraron en 2014 y estaban situadas en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y en Torrelodones (Madrid). Este proceso se ha ido acelerando y hoy por hoy ya se han clausurado algo más de 2.200 en toda España. Las dos últimas, situadas en Málaga, tienen como fecha de apagado definitivo el 10 de marzo de 2026.
Sin embargo, es muy probable que para esas fechas ya no haya prácticamente ningún cliente en las redes de cobre de Telefónica. Y es que la intención de la compañía es apagar su servicio propio de ADSL el 19 de abril de 2024, fecha en la cumple 100 años, aunque tendrá que seguir prestando servicios mayoristas unos meses más.
San Marcial
Dentro de todo este proceso existe un caso único, el de la central de San Marcial en San Sebastián. Su situación actual es la de "comunicada con cierre en suspenso". Esto significa que, al igual que el resto de instalaciones, tenía programada una fecha para su cierre. En concreto, el 29 de octubre de 2021.
Sin embargo, en una resolución emitida en mayo de 2021, la CNMC autorizó suspender su cierre a petición de Telefónica por las dificultades en el despliegue de fibra debido a la normativa urbanística en la parte vieja de la ciudad vasca. En su solicitud, la operadora explicaba que esta central da servicio a una parte importante del casco histórico, sujeto a una especial protección que no permite tendidos aéreos, entre ellos los de telecomunicaciones.
Esto provocaba que el despliegue de la red de fibra siguiendo la normativa marcada por el Ayuntamiento implicaría "unos costes que hacen inviable su ejecución". En concreto, según estimaciones de la operadora, el coste de despliegue por unidad inmobiliaria era ocho veces superior al de uno estándar.
La compañía examinó la posibilidad de atender las fincas afectadas desde patios interiores, que no están sujetos a unas condiciones tan exigentes y cuentan con la infraestructura necesaria. Sin embargo, esta tampoco era una solución viable, ya que no todos los edificios de la zona disponen de patio interior y solo es posible llegar al 15% de las unidades inmobiliarias.
La operadora señalaba que había estado trabajando ininterrumpidamente desde 2016 con distintas áreas del Ayuntamiento para poder desbloquear la situación, con el objetivo de encontrar alternativas que limitaran el impacto visual del despliegue y que a su vez permitan contener los costes para hacerlo viable, sin que hasta esa echa se hubieran producido avances significativos.
"La imposibilidad de cierre de la central no se debe a dejadez por parte de Telefónica ni a ninguna estrategia comercial por la que se haya decidido no invertir en el despliegue de fibra del casco viejo de San Sebastián, sino a que es imposible acometer en estos momentos el despliegue de la zona que no está aún cubierta, en los términos fijados por el Ayuntamiento", detallaba.
Cascos históricos
Desde que hace más de 15 años Telefónica empezara a desplegar redes de fibra, la compañía se marcó como objetivo conectar a través de esta tecnología al 100% de los clientes. A cierre de marzo de 2023, ya había más de 28,3 millones de unidades inmobiliarias pasadas con fibra en nuestro país, lo que permitirá a la empresa apagar su red de cobre en 2024.
Sin embargo, el despliegue de estas redes no siempre es sencillo, ya que la operadora depende de los permisos de las distintas administraciones (ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas...) para llevarlo a cabo. Y son estas entidades las que marcan los requisitos de despliegues y si son necesarias subvenciones a las comunidades de vecinos para acceder a la red de fibra (y en qué cuantía).
El caso más evidente es el de los cascos históricos, que suelen conllevar más exigencias a la hora de desplegar nuevas redes. Por ello, Telefónica y el resto de operadoras que despliegan fibra trabajan constantemente con los ayuntamientos para consensuar soluciones que permitan dotar de conectividad a los ciudadanos sin que esto tenga impacto en el patrimonio histórico cultural.
Por ejemplo, según se expone en la resolución de la CNMC sobre San Marcial, Telefónica presentó al Ayuntamiento de San Sebastián, a modo de ejemplo de éxito, el convenio que había firmado con el Ayuntamiento de Toledo para el despliegue en las zonas de especial protección.
En su blog, la CNMC explica que los problemas que llevaron hace dos años a suspender el cierre de San Marcial ya han sido solventados y avanza que "próximamente", aunque sin una fecha concreta, se establecerá una fecha de cierre definitiva para esta central, completando así el 100% de estas instalaciones de Telefónica.
Pese a todo ello, lo que es seguro que es cuando Telefónica apague su red de cobre, todos sus clientes dispondrán de una red de altas prestaciones que sirva de alternativa. Si existe algún caso aislado en el que sea imposible llegar al usuario con la fibra, el servicio se prestará con tecnología radio o, en último instancia, con el satélite.