Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, a su llegada un foro en el Senado de EEUU el pasado mes de septiembre.

Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, a su llegada un foro en el Senado de EEUU el pasado mes de septiembre. Reuters

Tecnología

Los 5 días de lucha por el control de OpenAI: más poder para Sam Altman y el papel clave de Microsoft

La guerra por controlar la empresa de ChatGPT refleja las tensiones entre las aspectos comerciales y existenciales que rodean la inteligencia artificial.

26 noviembre, 2023 02:48

OpenAI ha vuelto a acaparar durante la última semana toda la atención del sector tecnológico (y no sólo). Pero esta vez los titulares no se los ha llevado su popular aplicación ChatGPT, sino Sam Altman, su consejero delegado. En tan sólo cinco días pasó de ser despedido de la empresa que fundó "por pérdida de confianza" del consejo a recuperar su puesto con el respaldo masivo de la plantilla y de su accionista Microsoft.

De hecho, entre las conclusiones que los expertos extraen de esta crisis de gobernanza es el papel clave que desempeña Microsoft dentro de OpenAI, de la que posee el 49% del capital; el excesivo poder que acapara ahora Altman; y la batalla que existe entre los aspectos existenciales y comerciales que rodean la inteligencia artificial (IA). 

Altman fue despedido de manera fulminante como CEO el viernes 17 de noviembre tras perder la confianza del consejo de administración, que le acusó de obstaculizar su trabajo al no ser "sincero" en sus comunicaciones con este órgano de manera reiterada. "La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI", aseguraba.

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Sin embargo, el despido de Altman se encontró con dos apoyos claves. Por un lado, la plantilla, ya que se calcula que en torno al 95% de los 770 empleados de OpenAI firmaron una carta reclamando su reincorporación y la dimisión del consejo. Incluso amenazaron con abandonar sus empleos e irse a trabajar a Microsoft.

Precisamente, el gigante tecnológico ha sido el otro gran valedor de la vuelta de Altman. De hecho, 48 horas después de su despido, Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, fichó a Altman para dirigir una nueva área de inteligencia artificial junto al otro fundador de OpenAI, Greg Brockman, quien dimitió tres horas después del despido de su socio.

El último giro de guion de esta historia llegó el miércoles 22 de noviembre con el regreso de Altman a OpenAI como consejero delegado y la salida de todo el consejo de administración que promovió su despido, con la excepción de Adam D’Angelo, director ejecutivo de Quora.

La crisis de gobernanza quedaba así cerrada. Pero lo ocurrido en estos cinco días abre nuevos retos para OpenAI y algunas dudas sobre el futuro de la compañía, así como sobre la evolución del desarrollo de la inteligencia artificial en pleno auge de esta tecnología.

Microsoft

Los expertos creen que, si alguien ha salido reforzado de estas crisis, son Microsoft y el propio Altman. Luca Menozzi, analista de Julius Baer, señala que la vuelta de Altman supone que en la gestión de OpenAI primará a partir de ahora la visión estratégica de su fundador, más enfocada en la innovación y la comercialización de nuevos productos, así como el refuerzo de los lazos entre el creador de ChatGPT y Microsoft.

Menozzi considera que OpenAI debería evolucionar desde una startup a una empresa más parecida a una compañía cotizada con una mejor estructura de gobernanza y que dé prioridad a los intereses de los inversores. Y en esa nueva estructura es previsible que Microsoft reclame un asiento en el consejo para defender su inversión estratégica.

Oficinas de Microsoft en Múnich (Alemania).

Oficinas de Microsoft en Múnich (Alemania). Peter Kneffel / dpa - Europa Press.

Ángel Barbero, profesor de EAE Business School, señala a EL ESPAÑOL-Invertia que, dado lo rápido que ha sucedido todo en estos cinco días, lejos de suponer un impacto negativo para OpenAI, esta crisis ha reforzado el vínculo con Microsoft y la posición del liderazgo de Sam Altman, "que se ha visto además muy clara en la reacción de toda la empresa cuando supo de su despido".

Así, afirma que lo ocurrido ha demostrado que, aunque no tiene la mayoría en el accionariado, Microsoft es "clave para el futuro comercial de la compañía". En su opinión, es probable que la relación entre el gigante tecnológico y OpenIA se vaya "estrechando" e, incluso, asegura que "no es descartable una compra completa de la empresa por parte de Microsoft".

Sam Altman

Menozzi señala que la primera tarea de Altman tras recuperar su puesto de CEO de OpenAI será la de implementar una nueva política de gobernanza y crear un nuevo y más amplio consejo de administración, que tras esta crisis ha quedado compuesto por Bret Taylor, Larry Summers y Adam D'Angelo.

A este respecto, Mak Yuen Teen, director de la Escuela de Negocios de la Universidad de Singapur, ve probable que los problemas de gobernanza no se acaben aquí. "Altman parece enormemente poderoso ahora y no está claro que ningún consejo sea capaz de supervisarle", afirma.

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En declaraciones a Reuters, Beatriz Valle, analista de GlobalData, coincide en que Altman tiene ahora "demasiado poder". Además, añade que la incorporación de Summers, exsecretario del Tesoro de EEUU, y Taylor, ex consejero delegado de Salesforce, supone un giro "radical" en la compañía.

A este respecto, Barbero recuerda que una de las razones esgrimidas para el despido de Altman fue la diferencia entre el consejero delegado y el consejo de administración respecto a la visión comercial y de propósito de la empresa.

Sam Altman, CEO de Open AI

Sam Altman, CEO de Open AI Reuters Omicrono

Así, apunta que el consejo esgrimió que la visión comercial de Sam Altman ponía en peligro el propósito humanista de la empresa, "insinuando que pondría por delante el interés comercial frente a posibles implicaciones éticas y un uso más abierto de la tecnología que estaban desarrollando".

Por su parte, Jason Wong añade que Altman sale de esta crisis "definitivamente más fuerte", pero también "más ensuciado". En su opinión, estará más vigilado por la comunidad tecnológica y empresarial. "Ya no puede hacer nada mal", apostilla.

Inteligencia Artificial

En un artículo para el think tank Bruegel, Bertin Martens, investigador de la Universidad de Tilburg (Países Bajos), destaca que lo ocurrido estos días en torno a la empresa de ChatGPT constata las "tensiones estructurales subyacentes" que existen en la industria de la IA.

Así, apunta que la ambigüedad de la propia estructura organizativa que tenía OpenAI es un reflejo de las tensiones entre los "aspectos existenciales y comerciales" que rodean el desarrollo de la IA. Lo que empezó como una organización de investigación en IA sin ánimo de lucro terminó añadiendo un brazo comercial para generar ingresos y facilitar la colaboración con otras empresas. 

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Por su parte, Barbero señala que la IA está transformando todos los aspectos de la vida de las personas y de las empresas. "Su potencial transformador es tan grande que se habla de una nueva revolución incluso mayor que la que supuso Internet en su momento", incide.

En este contexto, apunta que el camino que ha recorrido OpenAI y su estrategia hasta ahora la han convertido en la pionera de la IA generativa y ha conseguido "mucha ventaja frente al resto del mercado". "Tomar posiciones ahora en esta revolución generará los líderes tecnológicos del futuro", agrega.