El lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022 no sólo ha puesto de relieve todo el potencial que tiene la inteligencia artificial (IA) generativa. También ha desatado una nueva ola de inversiones en el sector tecnológico que a algunos les empieza a recordar a lo que ocurrió a principios de siglo en torno a las empresas de Internet, lo que popularmente se conoce como la burbuja de las puntocom. 

Tras el éxito de la aplicación de OpenAI, empresa controlada por Microsoft, cada vez más compañías comenzaron a apostar por el desarrollo de esta tecnología con el objetivo de liderar la carrera de la IA generativa. Y con ello, llegó también la euforia de los inversores y los mercados, dispuestos a poner su dinero en aquellas compañías que creen que saldrán victoriosas de esta nueva 'batalla' tecnológica. 

El caso más llamativo sin duda ha sido el de Nvidia. Aunque la empresa se fundó en 1993, su liderazgo en el desarrollo de chips para IA ha disparado su valor en bolsa un 235% en un año y un 1.756% en los últimos cinco. Incluso, esta misma semana ha superado a Alphabet (Google) y Amazon en capitalización bursátil y es ya la tercera empresa más valiosa de Wall Street tras Microsoft y Apple. 

¿Burbuja de la IA?

Este boom que ha registrado la IA generativa en tan corto periodo de tiempo y su repercusión en los mercados ha provocado que algunas voces se pregunten si estamos ante una nueva burbuja tecnológica como la que se vivió a principios del siglo XXI con las empresas de Internet. Los expertos consultados por EL ESPAÑOL-Invertia coinciden a la hora de descartar que se vaya a repetir lo ocurrido con las puntocom, pero sí admiten que puede existir cierta euforia en torno a esta tecnología.

Los expertos apuntan que hay bastantes diferencias entre lo que está pasando ahora y lo que ocurrió hace algo más de dos décadas. La primera está en la propia tecnología. Mientras que el origen de las puntocom llegó con la aparición del acceso masivo a Internet, la IA generativa no deja de ser la evolución de una tecnología ya probada.  

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"La inteligencia artificial es una tecnología que hace mucho que existe", incide Verónica Ferrer, socia de la consultora de innovación Pitaya Next y profesora en EAE Business School.

En su opinión, la IA generativa está causando tanto revuelo porque va a tener un impacto muy relevante tanto en la forma de hacer negocios como en la de trabajar, ya que afectará a empleos que habían conseguido sobrevivir a revoluciones industriales anteriores. 

José Enrique Fernández del Campo, profesor de EAE Business School y experto en derechos digitales y de la IA, añade que otra de las diferencias reside en el acceso a la financiación. A finales del siglo XX hubo una inversión masiva de las firmas de capital riesgo en empresas de Internet que provocó "valoraciones exageradas".

Actualmente, añade Fernández del Campo, los inversores miran "con el espejo retrovisor" y son más prudentes a la hora de decidir dónde ponen su dinero, a lo que se suma una regulación y una supervisión "más estrictas" de los mercados financieros. 

Ilustración de una mano acercándose a un logo con las siglas de inteligencia artificial en inglés. Universidad de Sevilla / EP

Además, las puntocom tenían un modelo de negocio "poco claro" y con unas expectativas de crecimiento "desmesuradas". "Eran decisiones más basadas en emociones que en análisis racionales", señala el profesor de EAE Business School, quien apunta también a una saturación de actores en el mercado ante la facilidad para obtener financiación. 

Por el contrario, los actuales líderes de la IA generativa, como Nvidia o Microsoft, son empresas con una trayectoria demostrada de innovación y crecimiento en el sector tecnológico y un negocio diversificado. Y los inversores están más atentos a las condiciones del mercado y ya no ponen su dinero sin saber quien está detrás del proyecto. 

Euforia

Por otro lado, Ferrer ha apuntado que cuando aparece una tecnología nueva surge "una guerra a nivel de negocio" para ver quién lidera esta revolución. Por eso, aunque descarta que estemos ante una burbuja, sí cree que puede existir cierto hype en torno a las inversiones en empresas de IA generativa.

"Es un hype no porque no se lo merezca, sino porque en unos años será tan común que nadie será especial por usar IA", incide la profesora de EAE, que también subraya que esta tecnología no está todavía en su máximo desarrollo. De ahí, el interés del capital de estar cerca de las empresas que lleven la voz cantante. 

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Fernández del Campo coincide en que la IA se ha convertido en el tema de moda gracias a la aparición de su aplicación generativa porque se trata de algo "novedoso" y con un importante impacto en la sociedad. Y llega además en periodo de "crecimiento exponencial" del acceso a Internet. 

David Rainville, gestor de fondos en Sycomore AM (Generali Investments), también descarta que estemos ante una burbuja, ya que el buen comportamiento del sector en los mercados está impulsado por los 'siete magníficos' y no por una amplia apuesta de los inversores por esta tecnología.

Rainville no descarta que, dado el entusiasmo que suscita actualmente la IA, con el tiempo se pueda formar una burbuja, pero en estos momentos "sólo estamos en los inicios" de este boom de innovación (e inversión) tecnológica. "En nuestra opinión, los inversores aún pueden invertir en tecnología y en IA", afirma.

Por ejemplo, apunta que Nvidia cotiza actualmente a menos de 30 veces el Beneficio por Acción (BPA) que prevé el consenso de mercado para 2025. Para ponerlo en perspectiva, en el punto álgido de la burbuja de la Covid-19, sus acciones cotizaban más cerca de 60 veces el BPA previsto.

Cuestión de expectativas

Mario González, codirector de desarrollo de negocio de Capital Group para Iberia, añade que el reto para los inversores será "separar las expectativas de la realidad" en un contexto en el que se espera un crecimiento exponencial de los sistemas de IA.

En la firma son de la opinión de que el mercado "puede haber exagerado" dichas expectativas en comparación con los beneficios que está dando esta tecnología en su fase actual. Por ello, avisan de que si los resultados no llegan tan rápido como se esperaba, es posible que el entusiasmo se normalice y el mercado dirija su atención a otra parte del mercado. 

Un inversor en la Bolsa de Nueva York delante de una pantalla con la cotización de Nvidia. Reuters

"La exageración recuerda a la de los valores de Internet a finales de los noventa, aunque no creemos que en el caso de la IA sea tan generalizada. Creemos que la IA va a tener un enorme impacto en la sociedad, pero todavía estamos tratando de identificar los grupos de beneficiarios", detalla.

A este respecto, Jacques Aurélien Marcireau, codirector de renta variable en Edmond de Rothschild AM, recuerda que la historia nos dice que "siempre sobrestimamos el impacto a corto plazo del cambio tecnológico y siempre subestimamos sus efectos a largo plazo".

"Podemos ver que la IA generativa está creando claramente ganancias de productividad y oportunidades, pero creemos que las expectativas del mercado parecen fuera de escala", concluye Marcireau.