La temporada del Imserso se da por terminada. Con la prórroga del estado de alarma todos los viajes han sido cancelados mínimo hasta el 26 de abril y, teniendo en cuenta que el programa finaliza a principios de mayo, ya no habrá más viajes durante este curso. El escenario que se abre ahora es de máxima incertidumbre y, como es lógico por la crisis del coronavirus, no se sabe muy bien qué va a ocurrir.
En este contexto, se plantean muchas dudas y se barajan muchas opciones de cara a la próxima campaña: ¿se retrasará la próxima campaña cuyo inicio de venta suele ser en septiembre? ¿Se mantendrán por la necesidad de reactivar el turismo nacional? O simplemente, ¿se atenderá a cuestiones sanitarias para decidir su puesta en marcha teniendo en cuenta que afectan a un colectivo vulnerable en la actual crisis?
Empezaremos por el principio, es decir, el inicio la cancelación. El Gobierno anunció, tras el Consejo de Ministros del pasado 10 de marzo, la suspensión del programa de Turismo Social. Medida que entró en vigor el 11 de abril y se ha alargado con el estado de alarma. De hecho, el Imserso anunció hace unos días el procedimiento para pedir la devolución de los importes ya pagados.
En situaciones normales, la próxima temporada de venta debería iniciarse a mediados de septiembre a través de las dos UTE que ganaron el año pasado el concurso: Mundiplan (Iberia, IAG7 Viajes y Alsa) y Turismo Social (antigua Mundosenior, formada por Globalia y Barceló). Así, en teoría, los nuevos viajes se deberían empezar a disfrutar entre octubre de este año y mayo de 2021.
Y aquí viene la pregunta del millón. ¿Se podrán desarrollar? Fuentes de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales aseguran a Invertia que, de momento, “los criterios los marca Sanidad”; por lo que no van a tomar ninguna medida ni pueden realizar ninguna previsión sobre la puesta en marcha de nuevo de estos viajes.
Si bien es cierto, el grupo de personas que se benefician de este programa es el más vulnerable a la pandemia, por lo que cuando se levante el estado de alarma y se reactive el turismo, esto también se tendrá que tener en cuenta porque, como reconocen fuentes del sector, “se trata de una población de riesgo”. Todo parece abierto.
Ayuda para el turismo
En el lado más positivo se sitúa la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave). Su presidente, Martí Sarrate, piensa en un escenario más positivo en el que el impacto de la pandemia no se extienda en el tiempo y el inicio de los viajes del Imserso se produzca sin problemas. “Quedan seis meses y muchos hoteles mantienen la esperanza de que así sea”, apunta.
“Se tendrá que potenciar el turismo nacional y, dentro de este, el Imserso es una salvaguarda para el turismo, especialmente para hoteles, agencias y aerolíneas que tan mal lo están pasando”, señala Sarrate, consciente de que el turismo internacional estará parado.
Con la Semana Santa perdida y el verano en el aire, parte del sector turístico se agarra a este programa por su poder desestacionalizador. Solo para la temporada 2019-2020 está dotado con 900.000 plazas y el Termal oferta 208.000 vacantes. En este participan unos 320 hoteles y la mayoría de las agencias de viajes españolas del país; además se crean 12.000 empleos ya que permite que muchos hoteles no echen el cierre en plena temporada baja.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta premisa. Fuentes de la alianza turística Exceltur no creen que en el poder de salvación del Imserso, ya que es el “público que menos se gasta en sus viajes”.
El éxito del programa
Cabe recordar que este servicio lleva 35 años en funcionamiento y cada temporada amplía plazas. En el año 1985, el Instituto Nacional de Servicios Sociales, organismo entonces dependiente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, inició, con carácter experimental, un Programa de Vacaciones financiado parcialmente y destinado a los mayores de 65 años.
Desde entonces ha sido todo un éxito económico. El Estado se beneficia de forma indirecta de estos viajes -que subvenciona parcialmente-. Se calcula que por cada euro que el Gobierno invierte en los viajes del Imserso recibe 1,56 euros.
Ese beneficio lo consigue gracias a que los viajes del Imserso favorecen la creación y mantenimiento del empleo en el sector turístico. Sin estos viajes, muchos trabajadores de estos establecimientos acabarían en el paro. Por lo que tendrían que cobrar una pensión de desempleo a cargo del Estado. Así, el Gobierno sigue recaudando el IVA, Impuesto de Sociedades e IRPF y se ahorra el pago del desempleo.