La historia de cómo Juan José Hidalgo creó Globalia es bien conocida por todos los que se mueven en el mundillo empresarial. El empresario emigró a Suiza a los 19 años para ganarse la vida. Trabajó de todo un poco hasta que con el dinero que ahorró se compró un Mercedes e inició su actividad como transportista de emigrantes. Luego vinieron un autocar, una flota de autocares, la primera oficina de Halcón (1972), una aerolínea (Air Europa) y el resto del grupo Globalia que conocemos en la actualidad.
El conglomerado cerró su ejercicio 2018 (dato más actualizado) con un beneficio neto de 48,7 millones de euros, lo que supuso triplicar las ganancias de 16,5 millones de euros registradas un año antes. Ese año logró una facturación consolidada de 3.850 millones de euros, 4,3% más que el año anterior, la mayor cifra desde 2014.
Toda una bestia turística que Juan José Hidalgo tardó unos cuantos años en crear, pero que, sin embargo, en menos de un año ha sufrido toda una ‘metamorfosis’ con su hijo, Javier Hidalgo, a la cabeza. Primero fue el anuncio de venta de Air Europa el pasado mes de noviembre. Luego le siguió la fusión de su división de agencias de viajes con las de Barceló (a través de Ávoris).
Ambas operaciones se cerraron antes de la llegada de la Covid-19. Desde luego, la jugada era maestra pero nadie en Globalia podía prever la llegada de la pandemia. Y, ahora, están condicionadas por el impacto de esta. Por un lado, Iberia negociará una rebaja del precio de compra inicial (1.000 millones de euros), mientras que Globalia y Barceló decidieron posponer la fusión de sus dos divisiones de agencias para después de verano con el objetivo de “salvar la temporada”.
Sin embargo, lejos de temores ahora anuncia que su división hotelera, Be Live Hotels, y la cadena BlueBay Hotels fusionarán sus proyectos empresariales para crear un líder en el sector con una fuerte vocación de expansión internacional. El grupo resultante de la operación gestionará un inventario de cerca de 100 hoteles y más de 21.000 habitaciones, la mayoría en categoría 4 y 5 estrellas, distribuidos en más de 15 países.
El proceso está siendo acompañado por Ernst & Young y PwC y los detalles del reparto del peso de la nueva empresa se desconocen por el momento. No obstante, fuentes cercanas al proceso señalan a Invertia que Globalia será la sociedad dominante con Javier Blanco (director general de Be Live Hotels) dirigiendo el proyecto.
Globalia ya avanzó hace meses no tener intención de vender su división hotelera sino todo lo contrario. De hecho, argumentó que “no sólo no tiene planes de vender su cadena hotelera, sino que está explorando oportunidades para crecer en el mercado”.
Sin aerolínea, pero con hoteles
Cuando Globalia anunció la venta de Air Europa y más tarde la fusión de las agencias, todo parecía indicar que el grupo se desintegraba. Sin embargo, con la nueva operación hotelera -en la que Globalia estaría al frente- lo que pretende es “reforzarse” y crecer en el plano hotelero “a través de otros grupos para ganar peso y tener más liquidez”, según fuentes cercanas. Refuerzo que también lleva a cabo con la fusión con Barceló, que es al 50%, aunque esta última sea la que lleve el mayor peso en la dirección.
De esta forma, la estrategia de Globalia se enmarca dentro de un proceso de consolidación de grupo. Antes de la llegada de la Covid, el sector aéreo asistía a dicha consolidación con la creación de grupos fuertes. Hasta la mismísima Ryanair creó un holding de aerolíneas. Y aquellas que no lo hacían corrían el peligro de quebrar como pasó con Germania, Air Berlin…
Y en medio de este panorama estaba Air Europa, que formaba parte de un grupo (Globalia), pero no aéreo. Las posibilidades de subsistir en solitario eran complicadas a pesar de que la división aérea aportó el 52% de los ingresos totales de Globalia en 2018. Es su negocio más rentable con unos ingresos de 2.114,52 millones de euros en 2018, un 9,3% más en comparación con el año anterior.
¿Qué queda en Globalia?
Si vende Air Europa y fusiona sus divisiones de agencias y hoteles, ¿qué le queda de gestión exclusiva a Globalia? Pues curiosamente mantiene la única empresa que nada tiene que ver con el turismo. Se trata de Globalia Artes Gráficas y Distribución, un centro gráfico y logístico que realiza trabajos de impresión para las marcas del grupo, pero también para empresas externas.
Porque la división de autocares -con la que Hidalgo padre inició su andadura en el mundo turístico- es de las marcas que se incluyen dentro de la fusión de Barceló. La compañía cuenta con varias concesiones de líneas de autobús en Murcia en un mercado copado por Alsa y Avanza.
Su situación económica es mejorable. A cierre de 2018, registró pérdidas de 1,2 millones de euros, mientras que su facturación ascendió a 32,8 millones de euros (un 10,2% menos), según datos del Registro Mercantil recogidos por Insightview.
También cuenta con una empresa ferroviaria bajo el nombre de Iberorrail, de la que apenas se registran movimientos. Si es verdad que Globalia trató de entrar en el proceso de liberalización ferroviaria en consorcio con Talgo, pero finalmente se quedó fuera.
En definitiva, si las compras y fusiones prosperan el grupo Globalia iniciará una nueva época con Javier Hidalgo al frente, sin Air Europa y uniendo fuerzas con Barceló y BlueBay para mantener vivo lo que queda del conglomerado que se creó sobre la nada, como decía Hidalgo (padre).