Las cuatro patronales turísticas de Canarias (Ashotel, FEHT, Asofuer y FTL) han presentado una campaña de concienciación ante la grave situación que atraviesa el sector en el archipiélago, ya que 49.000 personas están en ERTE con muchos hoteles cerrados que soportan 100.000 euros mensuales de costes en impuestos y mantenimiento. Es decir, un total de 1,2 millones de euros.
“En Tenerife el 65% de los hoteles están cerrados y los que están abiertos tienen ocupaciones muy bajas. Los que están cerrados soportan costes fijos y de mantenimiento y no se pueden abandonar”, denuncia Jorge Marichal, presidente de Ashotel.
A unos días de cumplirse un año del primer estado de alarma, esta campaña, bajo el nombre ‘Salvemos el turismo canario’, denuncia el escaso apoyo de muchas administraciones públicas mediante el cobro de tributos por servicios que no reciben desde hace casi un año, como la tasa de basuras. También denuncian que cerca de 500 hoteles de cuatro estrellas han llegado a pagar 13 millones de euros en IRPF.
Circunstancias que ponen en serio riesgo los 340.000 puestos de trabajo directos e indirectos dependientes del turismo en Canarias.
Escenario crítico
Durante la rueda de prensa, las patronales han expuesto el escenario crítico al que han llegado las empresas turísticas en el archipiélago, que genera el 35% de la riqueza de las Islas (16.500 millones de euros anuales) y el 40% del empleo.
Además, según el último informe Impactur 2018, el turismo contribuyó a las arcas públicas con 2.475 millones de euros en impuestos directos e indirectos, un 32% de lo recaudado en Canarias y el 78% de lo que entra vía impuestos.
Las cuatro patronales representan en conjunto a más de 1.700 establecimientos reglados de alojamiento turístico y unas 425.000 camas alojativas en toda Canarias, así como a 300 empresas de otros subsectores en Lanzarote, como hostelería y restauración, agencias de viaje, ocio, turismo activo, centros de buceo, transporte discrecional y coches de alquiler.
No obstante, desde las patronales han querido ver el lado positivo de la situación a pesar de que la Semana Santa está perdida. “Las reservas para la segunda mitad del año están llegando, aunque no en forma de avalancha. Vemos la luz al final del túnel”, indican desde Ashotel.