Palma

La aerolínea española Air Nostrum, especializada en vuelos regionales, experimenta este verano uno de los pocos efectos positivos en el maltrecho sector aeronáutico. El auge del turismo interior ante las restricciones de la Covid-19 está incrementando de forma notable las reservas de vuelos respecto a 2019 en este tipo de trayectos. En concreto, suponen un 7% más en el mes de julio respecto al mismo mes de hace dos años y del 50% en el mes de agosto.

Así lo detalló este lunes el presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, en la mesa redonda sobre "reactivación inmediata e interconexión territorial" de la cumbre que celebran los gobiernos valenciano y balear en Palma de Mallorca. "Podemos decir que, después de un gran esfuerzo, ya hemos recuperado el 100% de la actividad que teníamos en 2019, contemplamos el 107% para el mes de julio y alcanzar el 150% en agosto", precisó.

"Desde la creación de Air Nostrum llevamos 27 años operando de forma ininterrumpida en el archipiélago", precisó la compañía. Se trata de "casi 600.000 vuelos y más de 18 millones de pasajeros con origen o destino las Baleares, cinco de los cuales volaron desde la Comunidad Valenciana".

Air Nostrum es la principal aerolínea regional española con 75.507 vuelos y unos 5,2 millones de pasajeros en 2019. Opera para el Grupo Iberia bajo la marca Iberia Regional Air Nostrum. Su facturación supera los 501 millones de euros y su plantilla es de 1.400 empleados.

Su presidente, además, reclamó a las administraciones públicas de los territorios turísticos "no bajar la guardia, pero sí el nivel de alarma", con el objetivo de no ahuyentar a los turistas durante la campaña de verano. "No significan lo mismo ahora las cifras de incidencia del coronavirus que cuando se traducían en muertes. Hay que empezar a bajar el estado de alarma", solicitó.

Los participantes de la mesa redonda. EE

Junto a Bertomeu, participaron en la mesa redonda el presidente de Baleària, Adolf Utor; el consejero delegado de Melià, Gabriel Escarrer; y la vicepresidenta y CEO del grupo Iberostar, Sabina Fluxà.

Utor, en línea con Bertomeu, subrayó que, al margen del parón que sufrieron al inicio de la pandemia, el transporte marítimo también se está beneficiando del auge del turismo interior. "Soy feliz", llegó a afirmar el empresario, que centró su intervención en reclamar "más ayudas para fomentar un transporte marítimo sostenible". "Hay tecnologías muy eficientes que no están siendo incentivadas", lamentó.

Escarrer se mostró muy crítico con "el turismo de borrachera" y con la falta de regulación del alquiler vacacional. "Los viajes de estudios no aportan nada al turismo de esta comunidad autónoma", aseveró en referencia a las Islas Baleares, y reclamó "aprovechar los fondos europeos para reconvertirnos". "Tenemos una oportunidad única para convertir nuestros destinos en competitivos para los próximos 20 años", afirmó.

"Creo en el modelo de alquiler turístico, pero creo que tenemos que regularlo y moderarlo. No puede ser que el alquiler, en solo cuatro o cinco años, haya igualado, incluso superado, la oferta del sector hotelero", agregó. También reclamó agilidad en las ayudas a pequeñas y medianas empresas. "Hay pymes que esperan esas ayudas como agua de mayo, y nosotros los hoteleros no somos nada sin la oferta complementaria en los destinos", explicó el consejero delegado de Melià.

Por su parte, Sabina Fluxà destacó "la responsabilidad" de la industria hotelera durante la pandemia. "En Iberostar hemos tenido solo el 0,02% de incidencia del virus entre los clientes de nuestros hoteles", afirmó.

Cumbre bilateral

Los gobiernos valenciano y balear celebran entre los días 5 y 6 de julio una "cumbre" para "la reivindicación de la periferia". Así la describió la presidenta autonómica Francina Armengol en su discurso de bienvenida, en el que ensalzó "la España real, que es muy plural". "En ocasiones las decisiones desde el centro no tienen en cuenta esta riqueza", lamentó.

El líder del ejecutivo valenciano, Ximo Puig, fue más explícito. "Queremos que se vea que hay vida fuera de Madrid, incluso vida inteligente". No es la primera vez que el socialista recurre a esta frase provocadora. Pero cuando la utilizó por primera vez en las Cortes Valencianas habló de "Madrid y Cataluña", durante la enésima crisis derivada del procés copaba la actualidad nacional.

En esta ocasión la broma de Ximo Puig es, en exclusiva, un ataque contra "el centralismo" que, a su juicio, marca la política nacional. En esta línea, planteó la cumbre que comienza este lunes como "una alianza a favor de la periferia", de territorios "con una manera diferente de entender una España, como una suma permanente de identidades".

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