La polémica surgida con el rescate de 53 millones de euros aprobado para Plus Ultra y la llegada de agosto han paralizado la aprobación de muchas de las ayudas públicas solicitadas al Fondo de Ayuda a la Solvencia de las Empresas Estratégicas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El problema es que la mayoría corresponden a empresas turísticas que necesitan ese chute de liquidez para poder sobrevivir.
Una de las que más lleva esperando es Naviera de Armas, que en noviembre solicitó ayuda económica a la SEPI por cerca de 125 millones. A la espera de estos fondos y con una situación delicada, la dueña de Trasmediterránea alcanzó un acuerdo con sus principales acreedores financieros para convertir en capital un total de 240 millones de euros en deuda y, además, recibir una inyección de liquidez de hasta 100 millones.
A este le siguió en febrero de este año el Grupo Julià, especializado en servicios de turismo y transporte de viajeros, que solicitó 37,4 millones de euros. Y también el Grupo Serhs, considerado el mayor grupo turístico de Cataluña, que necesita 35 millones.
En marzo, Room Mate, la cadena hotelera presidida por el empresario Kike Sarasola, solicitó formalmente en torno a 50 millones de euros. Su situación empezaba a ser complicada; por lo que en abril suscribió un préstamo de 15 millones de euros con Atitlan, el fondo de deuda del yerno de Juan Roig, Roberto Centeno, con el objetivo de salvar el verano y a la espera de la llegada del rescate de la SEPI.
Por el camino, su segunda accionista, Sandra Ortega, puso en venta su participación del 31% y la hotelera comenzó a estudiar alternativas y llegando a estar "en negociaciones muy avanzadas con un grupo de asiáticos, otro inglés y un último de EEUU", según pudo saber Invertia.
Tras ésta, fue el turno de otra hotelera: Hesperia, que solicitó 55 millones de euros. En su caso, estaban estudiando alternativas ya que también habían accedido a un crédito ICO. "Si Hesperia decidiera ir adelante con esta línea de financiación, se destinaría a reforzar su liquidez en la coyuntura actual de pandemia", dijeron. No obstante, la marcha del verano no está siendo buena y quizás sí que lo necesiten.
En abril, Air Nostrum pidió un préstamo de 103 millones de euros. ¿El motivo? En 2020 perdió 129 millones tras seis años consecutivos de beneficios debido a la caída de una actividad aérea que no se recuperará hasta 2024, como mínimo. Su situación también es límite.
Tres aprobados en el sector
El sector turístico también es el que más ayudas ha recibido. En concreto, de los cinco rescates aprobados, tres de ellos corresponden a empresas de esta industria. Los otros dos recayeron en Duro Felguera y Tubos Reunidos.
El primer rescate fue el de Air Europa por valor de 475 millones de euros repartidos en un préstamo participativo de 240 millones y en otro ordinario de 235 millones a pagar en siete años. Esta ayuda era vital además para allanar la compra de la aerolínea por parte de Iberia (aún pendiente del visto bueno de Bruselas).
Después llegó la ayuda más polémica de todas: los 53 millones de euros para la aerolínea Plus Ultra. Un capital que se concreta en un préstamo ordinario de 19 millones de euros y otro participativo de 34 millones de euros que llegó a estar retenido por un juzgado ante un presunto delito de malversación de fondos públicos. Finalmente, se desbloqueó el dinero.
Y tan solo una semana después, el Consejo de Ministros aprobó el rescate de 320 millones de euros solicitado conjuntamente por Globalia y la división de viajes de Barceló (Ávoris) para materializar su fusión a través de Ávoris Corporate Empresarial.
Cabe recordar que el Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, dotado inicialmente con 10.000 millones de euros, tiene como objetivo dar apoyo financiero a compañías que atraviesen severas dificultades a consecuencia de la pandemia y que sean consideradas estratégicas.