Iberia sigue defendiendo el carácter estratégico de la compra de Air Europa, una operación para la que Globalia y la aerolínea se dieron de plazo hasta finales de enero de 2022. A pesar del secretismo en las negociaciones, el plan de la compañía de IAG es cada vez más evidente y cobra más sentido ahora con la posible entrada del Gobierno en la operación. La compañía buscar presionar al Ejecutivo con la idea de salvar el aeropuerto de Barajas para convertirlo en un gran hub internacional.
“El principal mercado emisor es el sudeste asiático. Unas 2.400 millones de personas hasta 2030 se van a incorporar al nivel de clase media o por encima”, señaló el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, durante su intervención en el marco del VIII Foro de Innovación Turística que organiza Hotusa Explora.
“Desde Madrid y Barcelona el porcentaje de asientos al sudeste asiático es del 5% mientras que en otros como Londres, Ámsterdam, París está por encima del 25%. Ahí el hub se queda atrás si no somos capaces de desarrollar un operador fuerte”, alerta.
Estas declaraciones públicas no son casuales, sino que tienen la intención de seguir apoyando un proyecto para convertir Barajas en un gran hub y para que el Gobierno salve dicho proyecto que también interesaría al país, según fuentes del sector aéreo. Y más teniendo en cuenta que la ampliación de El Prat para atraer turismo internacional fracasó el pasado año.
Hay mucho en juego. Barajas, tras la operación, se convertiría en un gran hub con el que competir con otros como Heathrow (Londres) o Charles de Gaulle (París). Además, con la llegada del AVE a la T4 el aeródromo madrileño daría un paso más. Y la combinación de Iberia y Air Europa crearía la quinta aerolínea más grande de Europa en número de aviones de largo radio.
El Estado en el capital
El interés por salvar la operación también parece evidente en el Gobierno. De hecho, en diciembre, cuando se suspendió el acuerdo de compra, el Ejecutivo ya afirmó que analizaría “las distintas opciones que se abren en esta situación, con la intención de garantizar la continuidad de la actividad y las operaciones”.
Por aquel entonces, ya se avanzó que el nuevo acuerdo entre Iberia y Globalia para allanar la compra de Air Europa implica que Iberia tome una posición no dominante en la compañía aérea (por debajo del 50%), mientras que el Estado entre en el capital de la aerolínea para salvar la ayuda pública prestada a la empresa, según fuentes cercanas a la operación.
Y ahora parece que ese porcentaje podría ser del 40%, según ‘Bloomberg’. Además, tal y como recuerda el presidente de Iberia, “es público que la vicepresidenta -Nadia Calviño- decía que el Estado estaba en disposición o necesidad de dar un apoyo adicional a la compañía (Air Europa). Es el principal acreedor”.
Recordemos que esta opción siempre ha estado sobre la mesa y sería a través del préstamo participativo de 240 millones que la compañía recibió dentro del rescate de 475 millones de euros aprobado hace más de un año por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Hay que tener en cuenta que el Gobierno ha puesto a disposición de la aerolínea de Globalia más de 600 millones de euros en préstamos en plena Covid-19. Al rescate que deberá devolver en seis años se suma un crédito ICO de 140 millones de euros.
Situación de Air Europa
La situación, a 14 días de vencerse el plazo para alcanzar un nuevo acuerdo, la resumió Sánchez-Prieto de la siguiente manera: “Estamos jugando el partido en este momento. No tenemos claro cómo va a ser el desenlace”.
Y en ese partido quien necesita con urgencia que la operación llegue a buen puerto es Air Europa. La pandemia ha hecho bastante daño a la aerolínea. Además de requerir un rescate de 475 millones de euros, la aerolínea tiene una deuda que se calcula entre 600 y 800 millones de euros.
A esto hay que sumar que cerró su ejercicio 2020 con pérdidas de 428 millones de euros y tiene problemas para pagar a proveedores y devolver el dinero de los vuelos cancelados por la Covid.
A pesar de ello, la filial de Globalia en los últimos meses ha insistido en asegurar que el plan de transformación iniciado hace algo más de un año está dando sus frutos. “Tenemos un plan de futuro que nos ha permitido mantener nuestras operaciones y que ya está ofreciendo resultados”, dijo en una carta enviada a la plantilla en diciembre para tranquilizar a los empleados tras el fracaso inicial de la compra.
Y ayer, la compañía celebró su alta ocupación en la campaña de Navidad a pesar de ómicron. La filial de Globalia registró una media superior al 70% de plazas ocupadas, que alcanzó el 90% en el caso de los vuelos de largo radio. Estos constituyen el grueso de la oferta de la aerolínea, en especial a través de conexiones entre España y Latinoamérica.