Agosto es el mes turístico por excelencia y este año, tras la pandemia, era el más deseado por toda la industria, que llegaba con previsiones muy positivas. Tanto que muchos destinos han colgado el cartel de ‘lleno’. Pero la alegría del sector contrasta con unos precios totalmente disparados que asfixian a los ciudadanos en las llamadas vacaciones de la tranquilidad.
En concreto, los precios son un 19% más altos que en 2019, año anterior a la pandemia. Eso se traduce en que el precio medio por noche y persona en España ahora es de 49 euros, mientras que en 2019 era de 41 euros, según datos aportados por Destinia.
Pero si nos fijamos en las grandes cadenas hoteleras del país, el incremento de las tarifas es mayor que el anterior citado. Por ejemplo, la tarifa media diaria o ingreso medio de una habitación (ADR) de NH Hotels fue de 131,5 euros de media en el segundo trimestre del año. Si lo comparamos con el mismo periodo del año anterior, hablamos de 54 euros más.
Y eso se tradujo en un aumento de los ingresos por habitación disponible (RevPar) de NH Hotels de 102,1 euros en el segundo trimestre de este año frente a los 26,6 euros de 2021.
En el caso de Meliá, cogiendo el primer semestre de este año como referencia, la tarifa media fue de 137,54 euros (frente a los 97,2 euros del mismo periodo del año anterior). Hablamos de 40 euros más que hace un año. Su RevPar fue de 76,72 euros hasta junio de 2022 (27,34 euros en el primer semestre).
Billetes de avión
En cuanto a las aerolíneas, la situación es muy parecida. Los billetes aéreos se han encarecido un 45% más este julio respecto al mismo mes de 2021 por el incremento del precio del combustible, la inflación y la mayor demanda de viajes, según datos de Kiwi.com.
En agosto, los billetes subirán un 13% adicional en comparación con la media registrada en julio, mientras que en septiembre y octubre, al finalizar la temporada de verano, descenderán un 27,5%.
Estas subidas tienen un protagonista: Ryanair. La low cost ha confirmado que subirá 20 euros su tarifa media, que actualmente es de 37 euros. Eso quiere decir que de media un billete de la irlandesa costará cerca de 60 euros.
A todo esto hay que sumar que los ciudadanos soportan también la inflación a la hora de hacer la compra, cenar en un restaurante o de pagar las facturas de la luz. Solo hay que ver que el del Índice de Precios de Consumo (IPC) disparó su tasa interanual seis décimas, hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984 debido a la subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad.
A pesar de ello, los turistas nacionales están viajando por España. Y en el plano internacional, los viajeros internacionales también están llegando. En concreto, en junio fueron 7,5 millones los que llegaron a nuestro país, cifra ya muy cercana a los 8,8 millones de 2019, año previo a la Covid.
Estos turistas realizaron un gasto en nuestro país que alcanzó los 8.993 millones de euros. También se acerca a niveles prepandemia: en 2019, obtuvo unos ingresos de 9.696 millones de euros. El gasto medio por turista se sitúa en 1.205 euros, con un incremento anual del 10,3%. Aquí la cifra sí es más elevada que la de 2019: 1.098 euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
¿Ajuste de precio?
No obstante, para algunos los precios elevados en el sector turístico no durarán más allá de verano. Para Ricardo Fernández, director general de Destinia, se va a producir un ajuste a finales de año.
“Con la subida de tipos parece que se acaba esa bolsa de ahorro que tenían los consumidores y en algún momento se tiene que ajustar porque el consumidor no va a aguantar que se venda un 19% más caro”, apunta. Al final, el objetivo es mantener la demanda activa tras el verano en plena temporada baja (excepto en Canarias).
De hecho, a principios de julio el presidente de la Confederación Española de Hoteleros y Alojamientos Turísticos (Cehat), Jorge Marichal, reconocía la incertidumbre tras el verano por el “amenazante entorno macroeconómico” que puede complicar la recta final del año.
Por contra, los vuelos parece que no dejarán de subir de precio. Willie Walsh, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), alertó a los turistas de que volar “será más caro” ya que “el alto precio del petróleo se reflejará en billetes más altos”.