Los Cabos es uno de los principales destinos turísticos de México. Sus playas, naturaleza y resorts cautivaron a casi tres millones de visitantes el año pasado, principalmente estadounidenses y canadienses. Ahora, la región quiere tentar al turismo europeo, concretamente al español, con un peculiar modelo de colaboración público-privada que huye de la masificación.
La primera piedra ya está puesta. A mediados de julio Iberojet estrenó la primera ruta directa entre Los Cabos y Madrid, que se mantendrá hasta septiembre. Gracias a ella, Los Cabos prevé contar con 4.000 turistas españoles en 2022, más que el doble respecto a 2019.
Se trata la primera conexión de esta área de la Baja California con Europa, algo que las autoridades de Los Cabo esperan ampliar a otras capitales del viejo continente en los próximos meses.
Precisamente, Rodrigo Esponda, presidente del Fideicomiso de Los Cabos, explica a EL ESPAÑOL-Invertia que sus planes van mucho más allá de España. "Estamos a punto de confirmar dos rutas más desde Europa", explica. Se trata de conexiones aéreas que estaba previsto que comenzaran a funcionar en 2020, un plan que la pandemia de Covid-19 truncó.
Con todo, desde Madrid, se trata de un vuelo de 12 horas. ¿De qué atractivos dispone Los Cabos para animar al turista a afrontarlas? "Los Cabos es para un público que busca experiencias distintas, está buscando cultura mexicana, calidad al más alto nivel de servicios y diversidad de paisajes". Entre ellos destaca el Mar de Cortés, que contiene la reserva marina de Cabo Pulmo, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Para conservar este y otros atractivos, Los Cabos apuesta por la sostenibilidad y huye de la masificación del turismo. "No lo estamos buscando. El crecimiento del destino ha sido muy particular y esparcido. Hay un plan de desarrollo urbano muy consistente para restringir las densidades y las alturas y ofrecer un valor al visitante que además se refleje en la comunidad":
Para ello, "hay varias restricciones por ley. Se limita el número de cuartos de hotel que se pueden construir por metro cuadrado", así como la altura de los edificios, que está topada a seis pisos. A día de hoy, Los Cabos cuenta con unas 18.000 habitaciones de hotel. "Si alguien quisiera construir un modelo de 3.000 habitaciones no podría hacerlo", afirma.
"No buscamos ser destino de masas", añade Espronda. De hecho, la mayoría de los 85 hoteles que hay en Los Cabos están dirigidos al lujo, con resorts exclusivos que son frecuentemente visitados por celebrities extranjeras.
Sin embargo, hay otro aspecto llamativo de Los Cabos como modelo turístico: la colaboración público-privada, que se aplica sobre todo en el ámbito de la seguridad. En este sentido, pese a los problemas de delincuencia que pueda haber en otras áreas de México, Espronda se muestra tajante: Los Cabos es un destino seguro.
"Tenemos un sistema integral público-privado. No podemos pensar que las autoridades son las únicas responsables de que el destino sea seguro. La única forma de que sea así es la corresponsabilidad de todos los sectores, precisamente por nuestra condición de aislamiento y porque el turismo es nuestra única actividad económica", apunta.
Se trata de un modelo en el que no solo están implicadas las empresas dedicadas al turismo, sino las organizaciones empresariales en general, las entidades de profesionales colegiadas (como los arquitectos o los ingenieros) y los sindicatos.
Esta especial implicación del sector privado se muestra en la financiación del propio Fideicomiso de Los Cabos. Si bien cuenta con 12 millones de dólares anuales vía impuestos, las empresas proporcionan dos millones 'extra'.