España cierra los meses más importantes de la temporada de verano con datos turísticos que invitan al optimismo, especialmente porque se ha conseguido apuntalar la estrategia que busca el turismo de calidad aumentando el gasto turístico medio; aunque no se ha recuperado todo el volumen de viajeros extranjeros que se esperaba. 

En concreto, entre los meses de junio y septiembre de 2022, España recibió 33,2 millones de turistas extranjeros. Cifra por debajo de la de 2019, el año de referencia en el sector por ser el último antes de la pandemia y el de mayor éxito turístico en España.

En esos cuatro meses de verano, nuestro país recibió 37,7 millones de viajeros. Se trata de una diferencia de más 4,5 millones. Aunque hay quienes auguraban un verano muy parecido al de 2019, lo cierto es que la cifra se ha quedado cerca.

Pero lo verdaderamente importante es que España está consiguiendo su objetivo de atraer a un turista de calidad que se gaste más dinero dentro de nuestras fronteras. Es decir, cambiar esa imagen de turismo de sol y playa por la de un usuario con mayor poder adquisitivo

Durante estos cuatro meses de verano, el conjunto de los turistas internacionales ha dejado 41.363 millones de euros frente a los 43.147 millones de euros de 2019. Se trata de una cifra muy cercana a los tiempos prepandemia. 

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De hecho, en el mes de julio es un ejemplo de esta cercanía en los datos. Durante el séptimo mes del año se gastó casi lo mismo en 2022 (11.980 millones de euros) que en 2019 (11.869 millones de euros), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El gasto medio es el que muestra que la estrategia en la búsqueda de la calidad del sector está dando frutos. Este verano, cada extranjero se ha dejado de media en su estancia 1.245 euros mientras que en 2019 fueron 1.144 euros. De media su gasto se ha incrementado 101 euros. Alemanes, turistas de los países nórdicos y americanos son los que suelen dejarse más dinero.

Inflación

Y aquí la inflación también ha aportado su granito de arena de dos formas. La primera de manera favorable para el sector: los precios turísticos se han elevado en nuestro país afectando a parte del aumento del gasto medio. Y la segunda, de forma negativa: la inflación ha supuesto en algunos casos un freno a la llegada de más turistas. 

A pesar de ello, en el Gobierno se felicitan. “Teniendo en cuenta el actual clima de incertidumbre económica general y la elevada inflación, estas cifras demuestran la gran resiliencia que está demostrando el destino España, que sigue presentando perspectivas positivas para lo que resta del año, según reflejan indicadores como la programación de las aerolíneas y las reservas”, señala la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.

Dichas previsiones dicen que las compañías aéreas han programado en los aeropuertos de la red de Aena 116,8 millones de asientos y casi 677.000 operaciones comerciales para la temporada de invierno, que arranca el próximo 30 de octubre y se prolongará hasta el 25 de marzo de 2023.

Además, la estrategia basada en el turismo de calidad podría dar más frutos más adelante. El Gobierno ha dotado con 271 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a Turespaña para que apoye la reactivación de la conectividad aérea de los destinos turísticos españoles con los mercados emisores, especialmente de largo radio. Aquí hablamos de asiáticos, pero también de americanos. 

Nueve primeros meses

Por otro lado, en los nueve primeros meses del año, los turistas internacionales que han visitado España superan los 55,9 millones (el 83,5% del mismo periodo de 2019) y su gasto alcanza los 68.137 millones de euros (el 92,7% de 2019). 

Los principales países emisores han sido Reino Unido (con cerca de 12 millones de turistas y un aumento anual del 414,6%), Francia (con más de 7,9 millones, y un incremento del 96,1%) y Alemania (con 7,7 millones, un 127,5% más).