El Puente Aéreo sobrevive a la liberalización ferroviaria. El histórico servicio de Iberia entre Madrid y Barcelona afianza las 86 frecuencias semanales que tenía antes de la pandemia con el objetivo de plantar cara a los operadores que realizan ese corredor ferroviario: Avlo y AVE (de Renfe), Ouigo (SNCF) e Iryo (Air Nostrum y Trenitalia).
“Acaban de empezar los competidores, pero no vemos ningún cambio”, reconoce el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, que asegura que la cuota permanece estable. Por ello, desde Iberia apuestan fuerte por este servicio.
Así, el día que más frecuencias hay es el miércoles con 15 al día, mientras que los fines de semana se reducen considerablemente. En total son 700.000 plazas para la temporada de invierno, ligeramente superior a las de 2019 porque se opera con aviones A320neo (con mayor capacidad), según detallan fuentes de la compañía. Esto ha hecho que este servicio tenga una cuota del 65% en la ruta aérea.
Por tanto, estas 86 frecuencias a la semana suponen recuperar del todo el servicio que ofrecían en 2019. Hay que tener en cuenta que en noviembre de 2020, tras los momentos más duros de la pandemia, se trató de reactivar los viajes corporativos casi duplicando la oferta desde las 24 a las 43 frecuencias semanales.
Pero la liberalización ferroviaria no es el único problema en la estrategia de la aerolínea para el Puente Aéreo. Recientemente, Bruselas dio el visto bueno para que Francia prohíba los vuelos entre ciudades en las que exista una alternativa ferroviaria con viajes de 2,5 horas.
Esto de momento no ha ocurrido en España, aunque es cierto que hay voces desde el mundo de la política que lo han pedido. Y aquí la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es la que más ha insistido en ello. De llevarse a cabo, esta medida podría acabar con un gran número de vuelos en este corredor y hacer desaparecer este servicio.
Ante esto, la aerolínea de IAG saca las garras para defenderse. “Hay estudios que han terminado de confirmar que existe una distancia donde el AVE es más conveniente que el avión y está alrededor de los 300 kilómetros”, señala el presidente.
Algo que se supera en la ruta entre la capital de España y la Ciudad Condal. Para recorrer en tren los más de 500 kilómetros que separan ambas ciudades se tardan unas dos horas y media (aunque hay trayectos con más paradas que son más largos). En avión la duración es de 1 hora y 15 minutos aproximadamente.
Cosa distinta son también los precios. Y aquí, volvemos de nuevo a los nuevos operadores ferroviarios que son los que han bajado los altos precios del servicio tradicional de alta velocidad y del propio avión.
En Avlo los billetes para viajar a Barcelona se venden a partir de siete euros, mientras que en Ouigo se pueden encontrar ahora desde 15 euros en cualquiera de sus 32 frecuencias diarias.
Y aunque parezca que la rivalidad entre avión y tren es eterna, nada más lejos puesto que ambos medios de transporte buscan ser complementarios en muchas rutas. Iberia, por ejemplo, siempre ha defendido la llegada del AVE al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Relanzamiento en 2017
El Puente Aéreo es uno de los servicios más antiguos que mantiene Iberia. Se estrenó el 1 de noviembre de 1974 con billetes que costaban cerca de 1.971 pesetas (11 euros). No obstante, esta ruta ya se cubría por la aerolínea siendo la primera que se estrenó hace 95 años. Es decir, el Puente Aéreo tomó el relevo.
Se estrenó conectando Madrid y Barcelona bajo la filosofía de “llegar y volar” que caracteriza a este servicio, pues permite a los clientes presentarse hasta 20 minutos antes de la salida del vuelo y ofrece una total flexibilidad en las conexiones entre ambas ciudades.
A pesar de ello, ha vivido épocas complicadas, especialmente con la entrada en funcionamiento de su principal competidor: el AVE. La línea Madrid-Barcelona se inauguró en 2008 y durante algunos años el tren ha mantenido cuotas de más del 65% frente al avión.
Quizás por ello, en 2017 la compañía relanzó este servicio con Vueling como compañero de viaje. La oferta incluía para volar hasta 26 vuelos diarios (diez de ellos operados por Vueling) por sentido en días laborables y hasta 13 en fin de semana, con la posibilidad de reserva previa del asiento. Esto supuso, por aquel entonces, doblar los recursos de este servicio.
En ese momento también se añadieron otras ventajas como los billetes abiertos, el embarque hasta con 15 minutos de antelación y la zona exclusiva en el aeropuerto. Todo ello para hacer frente a algunos problemas y desventajas frente al tren como la falta de plazas en las horas punta.