“He vuelto con la nueva Room Mate y soy el presidente ejecutivo”. Con estas palabras Kike Sarasola confirma que no se va de la cadena. Se queda. Y lo hace como presidente y con el beneplácito de sus nuevos dueños: el fondo estadounidense Angelo Gordon y la gestora hotelera canadiense Westmont Hospitality. Estos han confiado en el fundador un proyecto a medio y largo plazo para expandir la compañía a golpe de compras de hoteles y cadenas, nuevas aperturas y proyectos como entrar el mercado hotelero del lujo. 

La nueva Room Mate parte con 22 hoteles y 11 edificios de apartamentos turísticos en seis países, principalmente en España, Italia y los Países Bajos. También con un hostel recientemente abierto bajo el nombre de WabiSabi (que significa la belleza de lo imperfecto, en japonés). Cuenta con 190 camas y está en Estambul (Turquía). “Nos está marchando muy bien y ya tenemos un 90% de ocupación”, reconoce el empresario. 

Pero la idea es expandir todo el negocio a lo grande. ¿Cuánto? Pues el sueño de Kike Sarasola siempre ha sido llegar a 100 hoteles, pero de momento no hay una cifra concreta, pero sí un lugar concreto: Europa. “Dentro de nuestro plan de expansión estratégico y estructurado estamos abiertos a considerar la compra, el arrendamiento o la gestión de hoteles, cadenas hoteleras, edificios de apartamentos y hostels en toda Europa”, detalla. Ciudades como Valencia, Málaga, Sevilla... están en su radar.  

Pero la cosa va más allá ya que sobre la mesa también hay un plan para estudiar entrar en el mercado del lujo hotelero con hoteles de cinco estrellas. De momento, es algo que “están estudiando”, así como tener hoteles de tres estrellas o crear nuevas marcas hoteleras. Ahora mismo, los 22 establecimientos que tiene la firma son de cuatro estrellas. 

De hecho, tal y como desvela el exdeportista olímpico, Room Mate está en varios procesos para comprar hoteles e incluso alguna cadena hotelera en Europa. Sin embargo, Sarasola no desvela más detalles de estas operaciones que podrían ver la luz en 2023. 

Kike Sarasola, presidente de Room Mate.

También rehúsa dar datos de inversión y de cierre del ejercicio 2022. Sí avanza que “ha sido un gran año y va a ser parecido a 2019 (cuando facturaron 107 millones), como el resto del mercado”. El pasado año subieron un 25% las tarifas en España y hasta un 40% en Italia; pero para este 2023 no esperan que suban más. Sarasola, además, se muestra optimista de cara al primer semestre de 2023 y prevé “tener beneficios pronto”. 

Algo que nunca llegó a tener antes, cuando “Rosalía Mera quería que fuéramos el Zara de los hoteles”, afirma el presidente. Por aquel entonces, la exmujer de Amancio Ortega y madre de Sandra Ortega tenía algo más del 30% de las acciones de la cadena y la idea era la de crecer mucho y de forma rápida. A su muerte en 2013, fue su hija la que encabezó la sociedad propietaria del capital de la hotelera. 

Duro camino

Y lo cierto es que el camino hasta llegar aquí ha sido, en palabras de Kike, “muy duro. Casi me lleva por delante y casi me arruina. He perdido Room Mate (como propietario)”. De hecho, estuvo muy cerca de cambiar de sector. Ofertas, al parecer, no le faltaron. Pero al más puro estilo de su ídolo Rafa Nadal se ha levantado. “El socio llegó y ahora estoy muy contento”, dice.

Angelo Gordon y Westmont, junto con el equipo directivo de Room Mate que se ha mantenido casi al completo (al igual que la plantilla), ya han puesto en marcha una serie de iniciativas destinadas a mejorar la rentabilidad global del negocio y su crecimiento en el futuro. 

[Room Mate espera cerrar pronto la entrada de un fondo americano para suplir la salida de Sandra Ortega]

Hasta la fecha, esto ha incluido la mejora de la estructura de capital de la cadena, la interrupción de los acuerdos con hoteles de bajo rendimiento y la prolongación de los contratos de arrendamiento de determinadas propiedades. 

Pero no todos se han prolongado. Por el camino se han quedado seis hoteles, entre ellos los que tenía en EEUU (en Miami y Nueva York) ya que Sandra Ortega inició un proceso de desahucio al exigir el pago del 100% de las rentas de alquiler por esos dos establecimientos a la cadena. En Málaga y Barcelona tampoco consiguieron renegociar los contratos de alquiler. 

Cronología

En el último año, el futuro de la cadena y de su fundador ha sido realmente incierto. En junio, Room Mate solicitó el concurso de acreedores voluntario. La compañía se vio fuertemente golpeada por la grave pandemia y por los litigios judiciales que mantuvo la accionista Sandra Ortega con los bancos financiadores de Room Mate. Además, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) rechazó darle un rescate de cerca de 50 millones que la compañía solicitó.

Tan solo un mes después, la cadena hotelera confirmó la compra de la misma por el fondo Angelo Gordon y Westmont. El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid autorizó la venta del grupo al fondo y a la hotelera. Esta es la única oferta que había para comprar la compañía por cerca de 57 millones de euros. 

Kike Sarasola, presidente de Room Mate, y su equipo.

De estos, 53 millones corresponden a la asunción de pasivos laborales, saldo pendiente con proveedores, arrendamientos y deuda neta contraída. Y los otros cuatro son la contraprestación ofrecida por la unidad productiva que incluye la explotación de 22 hoteles. Todo ello en un proceso que el directivo califica “de récord”.

Además, Kike Sarasola y el resto de sus consejeros fueron descartados como culpables de propiciar la quiebra de la hotelera. Así lo decidió el último análisis de su administrador concursal (PwC), calificando el concurso como fortuito.

Actualmente, el concurso está en proceso de liquidación. “Los activos ya son de  Angelo Gordon y Westmont y falta la ratificación de la jueza de que no tuvimos ninguna culpa”, explica Sarasola.