A pesar de que 2023 es el año de la recuperación del sector turístico, la cadena hotelera Meliá ha cerrado el primer trimestre con unas pérdidas de 500.000 euros. Cifra que, por otra parte, reduce en un 99% los números rojos del año pasado, según un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los ingresos alcanzaron los 396,1 millones de euros, un 45,9% más respecto al primer trimestre del año anterior (impactado por la variante Ómicron), y superando también en 0,8% los registrados antes de la pandemia, en un año positivo como fue 2019.
Junto con la evolución de los hoteles vacacionales -tanto de playa como de ocio urbano-, la compañía informa de la mejora de los hoteles pertenecientes a los segmentos MICE y Corporate, que muestran una mejora del negocio ya confirmado para 2023 del 68% respecto al año anterior, y del 28% sobre 2019, a pesar de que todavía no se habrían recuperado los niveles de anticipación en las reservas para Grupos.
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Destaca la mejora del segmento MICE en los hoteles del Caribe (+100%), seguida de los hoteles urbanos en España (+67%) y en el área de EMEA (+46%).
El Ebitda del Grupo alcanzó los 78 millones de euros (un 243,4% más respecto a 2022). A cierre de marzo respecto al cierre del ejercicio 2022, la deuda neta se ha situado en los 2.736,5 millones de euros, lo que supone un incremento en 63,5 millones de euros durante este primer trimestre del año, explicado principalmente por la estacionalidad del negocio.
Durante este mismo periodo la deuda neta financiera pre-NIIF 16 aumentó en 49,8 millones de euros, alcanzando los 1.260,2 millones de euros. La situación de liquidez (incluyendo la tesorería, así como las líneas de crédito no dispuestas) asciende a 360,5 millones de euros.
La compañía sigue manteniendo como una de sus prioridades reducir deuda, por lo que mantiene su foco en la realización de operaciones de rotación de activos.
Precios
El principal indicador de negocio, el RevPar (ingreso medio por habitación disponible) se sitúa un 43% por encima del mismo periodo del año anterior, con buena evolución de la tarifa media y un índice de ocupación en ascenso mes tras mes, que mantiene la tendencia y espera alcanzar en mayo los niveles de 2019.
Y las previsiones son positivas. “Estimamos una temporada estival positiva tanto en la evolución que mantendrán los precios, como en los niveles de ocupación, que podrían al fin superar los registrados en 2019, vislumbrando además un todavía amplio margen de mejora, tanto en precios como en volumen, que nos reafirma en una visión prudentemente optimista para el ejercicio”, señala Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá Hotels International.