El presidente y consejero delegado de Boeing, David Calhoun, abandonará su cargo a finales de año como parte de un proceso de reestructuración que está llevando a cabo el fabricante de aviones tras los problemas de seguridad y de producción de algunos de sus modelos.
Stan Deal, presidente y consejero delegado de Boeing Commercial Airplanes, también abandonará la compañía. Stephanie Pope asumirá el liderazgo de esta división, con efecto inmediato. Kellner ha sido miembro del consejo de Boeing durante 13 años y ha actuado como su presidente desde finales de 2019, según revela ‘The Wall Street Journal’.
Boeing ha estado bajo presión de inversores y aerolíneas desde el incidente ocurrido el 5 de enero en un vuelo de Alaska Airlines, cuando un avión modelo 737-9 (MAX) perdió un panel de fuselaje en pleno vuelo. De hecho, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EEUU) abrió hace dos semanas una investigación criminal por el incidente ocurrido.
El periódico revela que un grupo de directores ejecutivos de aerolíneas llegó a solicitar recientemente reuniones con la junta directiva de Boeing, una medida inusual que muestra su descontento con la compañía y Calhoun.
Calhoun, que asumió el puesto más alto hace casi tres años, había prometido un cambio de rumbo para el gigante fabricante. En cambio, se convierte en el segundo jefe de Boeing en salir en medio de las preocupaciones sobre la calidad de los aviones y los problemas de producción. Aerolíneas como Ryanair llevan más de un año quejándose de los retrasos en las entregas.
"Como todos saben, el accidente del vuelo 1282 de Alaska Airlines fue un momento decisivo para Boeing. Debemos seguir respondiendo a este accidente con humildad y total transparencia", apuntó el todavía CEO.
La crisis que vive Boeing, el segundo mayor fabricante de aviones comerciales del mundo tras la europea Airbus, se inició hace cinco años cuando dos 737 Max-8 se estrellaron en similares circunstancias en octubre de 2018 y marzo de 2019, provocando la muerte de 346 personas.