El Ecofin, a punto de desechar la nueva tasa al queroseno de los aviones que quería introducir Bruselas
- La gran mayoría de países apoyan que la aviación y el transporte marítimo sigan estando exentos de impuestos sobre la energía, con cláusula de revisión en 2035.
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Los Gobiernos de la Unión Europea se inclinan por tumbar la nueva tasa al queroseno de los aviones que pretendía introducir Bruselas en la revisión de la directiva sobre la fiscalidad de la energía, y que según las aerolíneas supondría un importante mazazo para el sector turístico, en particular en los países periféricos como España.
En la reunión del Ecofin celebrada este martes en Bruselas, una mayoría aplastante de ministros de Finanzas de los 27 han apoyado la propuesta de la presidenta húngara de mantener la exención total de impuestos para el queroseno y el aceite pesado utilizado en el transporte marítimo, con una cláusula de revisión para 2035.
Francia, Países Bajos y Bélgica han sido los únicos Estados miembros que han protestado expresamente por la exclusión del transporte aéreo y marítimo de la directiva sobre la fiscalidad de la energía. En el extremo contrario, Malta ha reclamado que la excepción sea permanente, sin ninguna cláusula de revisión. España ha respaldado la solución de compromiso de Budapest.
Al final, no ha habido acuerdo en el Ecofin sobre la revisión de la directiva sobre la fiscalidad de la energía, ya que todas las normas sobre impuestos requieren el apoyo unánime de los 27 Estados miembros. Pero la solución de compromiso que se perfila (apoyada incluso por países particularmente ecologistas como los nórdicos) descarta crear la tasa al queroseno. La negociación se retomará bajo presidencia polaca a partir de enero de 2025.
El nuevo gravamen fue propuesto por la Comisión de Ursula von der Leyen en julio de 2021, como parte del paquete de medidas para garantizar que la UE cumpla sus objetivos de reducción de emisiones y lucha contra el cambio climático.
Bruselas alegó entonces que el hecho de que la aviación y el transporte marítimo estén totalmente exentos de impuestos sobre la energía en la UE constituye una "anomalía", ya que supone un "incentivo erróneo" teniendo en cuenta el papel de estos sectores en el consumo de energía y en la contaminación.
El plan original de la Comisión planteaba aumentar los tipos impositivos mínimos aplicables al queroseno y al aceite pesado de forma gradual durante un periodo de 10 años. Al mismo tiempo, los combustibles sostenibles destinados a estos sectores disfrutarían de un tipo mínimo nulo a fin de fomentar su utilización.
La iniciativa de Bruselas puso en pie de guerra a las compañías aéreas. Según un estudio elaborado por el sector, en España el impacto de este impuesto causaría una reducción de hasta 7.700 millones de euros en la contribución al PIB, una caída del 8,7% en la demanda de pasajeros y una disminución de 6.100 millones de euros en el gasto turístico.
"La fiscalidad de la aviación y la navegación acuática ha sido una de las cuestiones que ha generado más división durante las negociaciones", hasta el punto de "bloquear los avances en toda la propuesta", según el documento de balance presentado por la presidencia húngara al Ecofin. De ahí que el Gobierno de Budapest haya decidido renunciar a los nuevos impuestos, aunque con la cláusula de revisión en 2035.
En el debate público del Ecofin, la secretaria del Tesoro, Paula Conthe, que encabezaba este martes la delegación española, ha respaldado la solución de Hungría. "Estos cambios no socavan el principal objetivo de la directiva sobre la fiscalidad de la energía, que es alinear la tributación de los productos energéticos con el objetivo de descarbonizar la economía para 2050 y por ello pensamos que el texto actual es un compromiso razonable".
Los únicos defensores que quedan de la tasa al queroseno son Países Bajos, Francia y Bélgica, aunque estos dos últimos países tienen un Gobierno en funciones. "Países Bajos no está de acuerdo con una exención fiscal obligatoria para el fuel de la aviación en la UE. Eso impediría a los Estados miembros gravar la aviación y poner en marcha acuerdos multilaterales con países fuera de la UE para gravar el queroseno", ha dicho el ministro holandés, Eelco Heinen.
En contraste, su colega alemán, Jörg Kukies, sí ha apoyado el compromiso húngaro y ha destacado que existen soluciones alternativas para aquellos países que lo deseen. "La fiscalidad que se había previsto inicialmente en las áreas de la aviación y en el transporte marítimo obviamente no ha alcanzado el consenso requerido y aceptamos esa realidad", ha señalado.
"Entendemos a los Estados miembros a los que les hubiera gustado una mayor claridad en la fiscalidad de la aviación. En Alemania ya tenemos esta fiscalidad, que adopta la forma de una tasa a los billetes de avión y estamos a favor una tasa a los billetes armonizada a nivel de la UE que evite el peligro de la fuga de carbono o el desplazamiento de la aviación a Oriente Próximo", ha dicho Kukies.