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Un avión de Air Nostrum.
La Justicia avala que Air Nostrum dé a sus pilotos dietas más altas que a las azafatas y la Fiscalía lo recurre al Supremo
Pilotos y azafatas tienen distintos sindicatos y diferentes convenios. En su mayoría, los primeros son hombres y los auxiliares de vuelo, mujeres.
Más información: Air Nostrum firma la paz con sus azafatas por sus dietas pero el TJUE dirá si la compañía las discriminó
El pasado diciembre, la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, en línea con lo dispuesto meses antes por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), avaló que Air Nostrum pague a sus pilotos dietas más altas que a las azafatas.
Sin embargo, la Fiscalía ya ha recurrido este fallo ante el Tribunal Supremo, al considerarlo discriminatorio.
Pilotos y azafatas tienen distintos sindicatos que los representan y, en el caso de Air Nostrum, diferentes convenios. Y, tal y como expone el fiscal Manuel Campoy en su recurso, los primeros, generalmente, son hombres y los auxiliares de vuelo, mujeres.
Es por eso que el Ministerio Público considera que pagarles dietas distintas supone una discriminación por sexo y, además, "perpetúa los roles de género".
En el marco de este procedimiento, tal y como avanzó EL ESPAÑOL-Invertia, la Justicia española planteó esta misma disyuntiva al TJUE, a través del procedimiento denominado cuestión prejudicial.
Pero el tribunal de Luxemburgo, el pasado octubre, respondió que no se trata de una práctica discriminatoria. ¿Por qué? Porque se trata de dos trabajos distintos, cuyas condiciones son negociadas, en efecto, para dos colectivos diferentes (por un lado, los pilotos y, por otro, las azafatas), aunque todos ellos formen parte de la plantilla de una misma empresa.
A juicio del TJUE, el trabajo desempeñado por esos dos grupos no puede ser calificado como "de igual valor" en los términos exigidos por las normas europeas. Por tanto, no existe una discriminación si se pagan unas dietas mayores a los pilotos que a los tripulantes de cabina, al tratarse de labores diferentes.
La Fiscalía, sin embargo, discrepa de esta postura. En su recurso, el fiscal Campoy expresa que el hecho de "que el TJUE haya respondido (...) que la situación jurídica entre los colectivos de trabajadores concernidos no constituye una discriminación indirecta entre mujeres y hombres no impide que, conforme al Derecho interno [el ordenamiento jurídico español], sí lo pueda ser y se pueda y deba otorgar la protección jurisdiccional debida".
¿De qué forma podría efectuarse? La Fiscalía subraya que la directiva europea que aborda la igualdad entre sexos "se autoconfigura como un derecho de mínimos" y dispone que los Estados miembros de la UE pueden adoptar disposiciones más favorables para proteger y garantizar el principio de igualdad.
"Discriminación indirecta"
Campoy advierte en su recurso que las dietas son pagos que sufragan la manutención de los trabajadores debido a sus desplazamientos y que, por tanto, "no retribuyen el trabajo realizado, sino que compensan gastos [generados] por necesidades vitales, personales, básicas e iguales para todas las personas por el hecho de serlo".
"De cuanto antecede, se concluye que por la empresa demandada, Air Nostrum - Líneas Aéreas del Mediterráneo SA, se ha cometido un trato desigual y constitutivo de discriminación indirecta sobre el colectivo de mujeres trabajadoras respecto al de hombres", añade.
"Y todo ello, sin que conste ni exista una justificación objetiva en atención a una finalidad legítima, ni que se trate de una medida necesaria y adecuada para alcanzarla", reprocha.
"De modo que mantener y validar dicha situación discriminatoria contribuye a mantener situaciones de desigualdad real entre mujeres y hombres y a la perpetuación de los roles de género", señala la Fiscalía. Ahora, será la Sala Social del Supremo la que tenga la última palabra.