Eddie Wilson, CEO de Ryanair DAC y Michael O'Leary, CEO del Grupo Ryanair en un encuentro con medios.

Eddie Wilson, CEO de Ryanair DAC y Michael O'Leary, CEO del Grupo Ryanair en un encuentro con medios.

Turismo

Ryanair pasa al ataque contra el Gobierno mientras el sector muestra su preocupación por el recorte de rutas en España

Michael O'Leary entra en juego y lanza un ataque al Ministerio de Consumo por la multa de 107 millones a la aerolínea. 

Más información: Luces y sombras en los 20 años de Ryanair en España, la 'low cost' que democratizó los vuelos para todos

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Ryanair intensifica sus ataques al Gobierno. El ministro de Transportes, Óscar Puente, y el CEO del grupo aéreo, Michael O’Leary, toman partido en la guerra entre la low cost y Aena. Una guerra que tiene como consecuencia última el recorte de rutas en aeropuertos secundarios en España. Situación que ya preocupa en el sector. 

"Estos días está la polémica de Ryanair con Aena y esperamos que se solucione pronto y pueda haber conectividad. Para muchos destinos de España si no hay conectividad no hay clientes", dijo el pasado martes Raúl González, CEO EMEA de Barceló Hotel Group

Su opinión es la de muchos empresarios turísticos, especialmente de aquellos con negocios en ciudades más pequeñas que dependen de la llegada de los turistas que transporta Ryanair. De hecho, ha sido uno de los temas más comentados en la recién celebrada feria de turismo internacional Fitur.

Y entre sus rivales también están pendientes de lo que ocurra. "Son anuncios que miramos con mucha atención, el de Ryanair y cualquier anuncio que ocurre en el mercado español", señala Jordi Pla, director de Red de Vueling a este periódico en referencia a la posibilidad de ocupar sus slots (derechos de aterrizaje y despegue).

La preocupación es lógica. Cabe recordar que Ryanair es la aerolínea que más tráfico tiene en España con cerca de 60 millones de pasajeros transportados. Además, según un estudio realizado por PwC en 2022, sus operaciones generaron 14.000 millones de euros anuales de ingresos para la economía española. Por cada euro de PIB que genera de manera directa, se crean 2,2 euros de PIB en España.

Desde el plano laboral, la inquietud también es alta. Fuentes de USO-Sector Aéreo esperan que "este recorte de rutas no suponga hacer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), puesto que ya que tenemos experiencia con la forma en la que Ryanair entiende la ley". Cierto es que la compañía dijo que no habría despidos, sino recolocaciones de personal afectado.

A pesar de ello, desde el sindicato explican a este periódico que no descartan que "sea algún tipo de recolocación de aviones en otros países ya prevista, y que se aproveche para presionar a Aena". Para USO, "este tipo de presiones son habituales por parte de Ryanair". 

Esta incertidumbre en el sector se enmarca dentro de una guerra en la que ha tomado partido Óscar Puente, quien apoyó en una carta a Aena en su cruce de acusaciones con la aerolínea.

En la carta dirigida a Ryanair y que recoge Cinco Días, Puente recordó que "la política de transportes y de infraestructuras de nuestro país la define exclusivamente el Gobierno de España y está al servicio del interés general y no del interés particular de empresas concretas; y esta no puede estar sometida a presiones ni imposiciones de ninguna línea aérea". 

Y el CEO del grupo Ryanair, Michael O’Leary, no dudó en entrar en escena y echar más leña al fuego al referirse al titular de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy como "ministro loco comunista". Lo hizo por la multa impuesta por el ministerio que dirige a Ryanair (junto a Vueling, Volotea, EasyJet y Norwegian). ¿El motivo? Cobrar por equipaje de mano, entre otras prácticas

Para USO-Sector Aéreo, la actitud de Ryanair frente al Gobierno, "es la misma que utilizan contra los sindicatos" y la califican de "táctica trumpista al negar siempre la evidencia; intentar engañar a jueces, administraciones y pasajeros, y nunca aceptar errores o reclamaciones".

Cronología de esta guerra

Pero esta batalla no surge de la nada. La cronología de los hechos es la siguiente. En mayo de 2024, el Ministerio de Consumo anunció multas de 150 millones a cuatro aerolíneas low cost por prácticas abusivas como la de cobrar suplementos por el equipaje de mano, reservar asientos contiguos o imprimir la tarjeta de embarque. Entre ellas, estaba Ryanair.  

Meses después, Ryanair retó al Gobierno a dar más facilidades poniendo como ejemplo a Marruecos, donde la aerolínea tenía más incentivos y decidió abrir nuevas rutas. En noviembre, Consumo confirmó la multa a las low cost y la elevó a 179 millones, siendo Ryanair la más afectada con 107 millones de euros.  

Medio año después, al ver que el Gobierno no daba más incentivos, anunció el cese de las operaciones en Jerez (donde tenían tres rutas) y Valladolid (2 rutas), así su decisión de reducir un 18% su tráfico (800.000 plazas menos) para la temporada de verano en aeropuertos regionales. 

De ello culpó a Aena, sus tasas y la falta de incentivos en aeropuertos secundarios. Y aquí arrancó una guerra de acusaciones sin cuartel entre Ryanair y Aena a través de comunicados e incluso en foros de turismo. 

Aena llamó "chantajista" a la compañía irlandesa, mientras que la low cost denunció las trabas que supone su monopolio. Pero esta batalla al CEO de la aerolínea no le importa ni le desgasta. "No me importa la relación con Aena, sólo quiero soluciones", dijo en una entrevista concedida a este periódico. 

Y muy atrás ya queda la reunión de Michel O’Leary en Moncloa a principios de 2024 para presentar un plan de crecimiento en España con 33 aviones más y una inversión de 3.300 millones de euros en los siete próximos años.