En enero de 2016 Telefónica rompía con Mediaset para comercializar su publicidad con equipo propio e intentar rentabilizar sus espacios publicitario de sus plataformas. Se ponía fin a una larga relación con Publimedia que se remontaba a los tiempos de Canal+, cuando Digital+ (DTS) estaba en manos de Prisa.
Telefónica fichó a Felipe de Lucas, hasta ese momento responsable de Prisa Brand Solutions, para poner en marcha un nuevo equipo comercial. Éste era uno de los ejes de la nueva filosofía que quería implantar la operadora en su plataforma de televisión tras la compra a Prisa. La idea era aprovechar el lanzamiento de su canal generalista #0 y de la reestructuración de su oferta de canales propios para complementar sus ingresos por venta de contenidos.
En su primer año de funcionamiento el equipo comercial de Movistar+ ha logrado ingresar 26,1 millones de euros, según consta en las cuentas de Telefónica Audiovisual Digital -la sociedad mediante la que Telefónica canaliza todo su negocio audiovisual- presentadas al Registro Mercantil.
Un tercio de la publicidad de los canales de pago
Estos ingresos incluyen la gestión de la publicidad de todos los canales propios de la plataforma (#0, Movistar Cine, Deportes, Series) así como la gestión exclusiva de la publicidad emitida en los canales de fútbol (Movistar+ Partidazo, BeIN Liga y BeIN Sports).
Por otro lado, este dato representa el 32% de los 81,4 millones de euros que facturó por publicidad todo el sector de la televisión de pago en España en 2016, según cifras de Infoadex. Un sector que, sin embargo, sigue siendo minoritario respecto de la facturación publicitaria de la televisión en España.
Siempre según Infoadex, el sector televisivo ingresó por publicidad 2.121,9 millones de euros, del que el 86% corresponde al duopolio de Mediaset y Atresmedia. De hecho, existía inquietud en el sector por la irrupción de Movistar como player publicitario y cierta reticencia por parte de estos operadores por el efecto que podría tener Telefónica en el negocio.
Pequeña parte de sus ingresos
Lo cierto es que estos 26,1 millones representan una pequeña parte del total de la facturación de Movistar+ que centra su verdadero core y la fortaleza de su negocio en los abonados. De hecho, el operador rozó los 3,7 millones de abonados al cerrar el año 2016. Según estas mismas cuentas la compañía ingresa 1.342 millones de euros por venta de contenidos y canales a su matriz Telefónica.
En julio de 2016 Telefónica constituyó Telefónica Audiovisual Digital, S.L.U., como consecuencia de la escisión parcial de DTS, Distribuidora de Televisión Digital, S.A.U. (DTS). “Su actividad se centra, fundamentalmente, en la producción, compra, venta, y distribución de contenidos, y las actividades propias de la comercialización publicitaria”. Por tanto, los resultados generados por estas operaciones se han imputado, con carácter retroactivo, a esta compañía desde el 1 de enero de 2016.
En esta línea, los ingresos llegaron a los 1.390 millones de euros que proceden, mayoritariamente, de transacciones con empresas del grupo derivados de su actividad de venta y distribución de contenidos para la plataforma Movistar+.
Revisión de política de contratos
Al 31 de diciembre de 2016, los gastos de explotación ascendieron a 1.421 millones de euros, siendo el 85% de los gastos correspondiente a los consumos de los contenidos adquiridos y producidos por la sociedad.
El resultado neto de explotación (Ebit) ha registrado pérdidas de 31 millones de euros. En este sentido, “la compañía está en continua revisión de su política de negociación de contratos y adquisición de contenidos en búsqueda de control y reducción de costes al mismo tiempo que optimiza sus ingresos mediante nuevas alternativas de explotación publicitaria”.
Respecto de los riesgos, Telefónica reconoce que el negocio de la televisión de pago se sustenta en su capacidad de ofrecer programación de carácter exclusivo y de alta calidad en los contenidos, asociado a la tecnología de última generación.
La compañía tiene suscritos contratos con los principales proveedores de contenidos premium y temáticos, de vencimientos periódicos, “para garantizar la prestación continuada de un servicio de calidad a sus clientes”. “La capacidad para asegurar en el futuro la continuidad del suministro de contenidos de televisión constituye un riesgo inherente al negocio de la televisión”, han indicado.